En Managua, capital de Nicaragua y centro del poder que encabezan Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, por cada policía activo del régimen se han juramentado en días recientes un promedio de 11 "policías voluntarios", una nueva fuerza de disuasión e intimidación que tuvo juramentaciones masivas a lo largo del país centroamericano.
De acuerdo con un análisis numérico realizado por el portal informativo Confidencial, que desde el exilio en Costa Rica dirige el reconocido periodista Carlos Fernando Chamorro, a partir del 15 de enero y en apenas seis semanas, Nicaragua asistió a una serie de actos que implicaron que la Policía Nacional quintuplicó su número de agentes. De los 20.474 policías existentes al concluir el 2024, se pasó a 105.285 al iniciarse este mes de marzo de 2025 con las masivas incorporaciones de "policías voluntarios".
Hablar de "policías voluntarios" tiene una triste recordación entre los nicaragüenses, ya que la represión masiva de 2018 dejó un saldo de 350 muertos, según reportes del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. El régimen de Ortega y Murillo utilizó a civiles armados por el Estado, a los que bautizó con este eufemismo de "policías voluntarios", y estos tuvieron un rol represor de la ola de protestas ciudadanas que afloró entonces.
De acuerdo con Confidencial, este inédito incremento de un cuerpo que parece estar bajo la tutela de Rosario Murillo, coloca a Nicaragua con el mayor número de policías en toda su historia, "pese a que la dictadura dice que se viven tiempos de paz".
Tal como reseñó DIARIO DE CUBA, en enero, la Asamblea Nacional de Nicaragua, controlada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, aprobó una reforma de la Constitución y entre los cambios figuró la potestad del Ejecutivo para crear las "fuerzas militares de reserva patriótica" y la "policía voluntaria".
Los miles de nuevos agentes fueron juramentados por Murillo en diversas ciudades, principalmente. Todos usaban pasamontañas, de lo cual se infiere que actuarán con el rostro cubierto.
En medio de las olas de actos masivos para incorporar a los "voluntarios", y haciendo uso del nuevo esquema de poder compartido, el "copresidente" Ortega y la "copresidenta" Murillo le otorgaron un nuevo periodo de seis años como director general de la Policía Nacional a Francisco Díaz, consuegro de la pareja presidencial. Díaz dirige las fuerzas de seguridad desde el 5 de septiembre de 2018 y tuvo un papel clave en terminar de acallar las protestas que se iniciaron en abril de ese año.
Para Confidencial, la juramentación de estos supuestos policías voluntarios es una expresión de intimidación, según la evaluación de expertos en seguridad nacional, que conversaron con ese portal informativo bajo condición de anonimato para evitar represalias.
Según esa mirada analítica, esta operación de agigantar notablemente a la fuerza policial podría ser una estrategia de Rosario Murillo para establecer su propia fuerza armada, ante el fracaso que ha tenido de influir sobre el Ejército de Nicaragua, que parece demostrar lealtad solamente a Daniel Ortega.
La Policía Nacional de Nicaragua lleva años incrementando su tamaño. Sin embargo, se ha duplicado desde 2019, un año después de la represión masiva antes reseñada. De 2019 a febrero de 2025, se sumaron 13.452 nuevos efectivos.
Managua pasó a ser el lugar del país en tener mayor volumen de agentes policiales, al contabilizar tanto a los oficiales formados para tal fin como a estos miles de "voluntarios".
Al cierre de 2024, la capital nicaragüense tenía 2.740 policías y al primero de marzo de este año disponía de 32.740, tras la incorporación de 30.000 voluntarios. De esta forma, por cada oficial de esta institución hay 11 "policías voluntarios".
Vistiendo camisa blanca, pantalones jeans azul oscuro y pasamontañas negros, estos "policías voluntarios" del régimen aparecieron de forma pública a partir del 15 de enero. No hay información oficial sobre quiénes son, a qué se dedicaban antes y si tienen algún tipo de formación para llevar adelante actividades policiales. Se desconoce si tienen entrenamiento en uso de armas de fuego.
Al ser ratificado en su cargo, Francisco Díaz se limitó a decir que la policía voluntaria está "conformada por compañeros y compañeras nicaragüenses que expresan su servicio de forma voluntaria para defender la paz y la seguridad".
Sin embargo, en una entrevista concedida a un canal de televisión gubernamental, el comisionado general Jaime Vanegas, inspector general de Policía, confirmó que esta nueva fuerza la integran "obreros, trabajadores de la salud, de la educación, constructores, albañiles, comerciantes, emprendedores por cuenta propia y toda la población que de alguna forma se ha identificado a lo largo de todos años con este proyecto revolucionario".
De acuerdo con Vanegas, esos policías voluntarios no recibirán un sueldo o pago del Estado, pero ante "cualquier incidencia" usarán los recursos con los que cuenta la Policía Nacional.