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Venezuela

Pese a las primeras decisiones, aún no se devela cuál será la estrategia de Trump hacia el chavismo

Analistas estiman que aún debe esperarse para conocer cuál será la estrategia de EEUU ante la pretensión del régimen de Maduro de perpetuarse en el poder hasta 2031.

Caracas
De izq. a der.: el enviado estadounidense Richard Grenell, el dictador Nicolás Maduro y su presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez.
De izq. a der.: el enviado estadounidense Richard Grenell, el dictador Nicolás Maduro y su presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez. AFP

Si bien los primeros movimientos de Donald Trump en relación con Venezuela causaron desconcierto entre los venezolanos, analistas estiman que aún debe esperarse para conocer cuál será la estrategia que seguirá su Gobierno ante la pretensión del régimen de Nicolás Maduro de perpetuarse en el poder hasta 2031, pese a no poder demostrar que fue relecto con voto popular.

Si se toman como una suerte de termómetro las opiniones vertidas por venezolanos en las redes sociales durante este fin de semana, en el chavismo se celebró lo que consideran fue un reconocimiento de Trump al hecho cierto de que Maduro es quien ocupa el poder. Ciudadanos opositores manifestaron desconcierto y desazón, y el liderazgo prodemocracia guardó un silencio diplomático, salvo en los temas relacionados con los migrantes venezolanos en EEUU.

En una seguidilla de anuncios y noticias que se divulgaron principalmente a través de las redes sociales, Trump confirmó un viaje relámpago a Caracas de su enviado especial para situaciones especiales, Richard Grenell. Este se reunió con Maduro el pasado viernes y en cuestión de horas regresó a Washington, llevando consigo a seis estadounidenses detenidos por el régimen venezolano.

Horas después, Trump dijo que un fruto de estas gestiones era la decisión de Venezuela de aceptar vuelos de deportados, pese a que no existen relaciones bilaterales entre Washington y Caracas y a que no hay vuelos directos comerciales entre ambos países, justamente desde el primer mandato de Trump (2017-2021) cuando su apuesta contra el chavismo fue "la presión máxima", una política que no logró su objetivo, ya que Maduro prosiguió en el poder.

Según recuerdan observadores, el Trump de ese primer mandato se negó de plano a abrir canales de negociación con el chavismo, como sí hizo luego el demócrata Joe Biden. Todo apunta a que ahora habrá otra estrategia.

Tras una fuerte política de sanciones contra las finanzas estatales y la industria petrolera de Venezuela, en manos del Estado, que Trump tomó en 2019, Joe Biden apostó por aligerar sanciones a cambio de concesiones políticas. Una de estas fue evitar el encarcelamiento de la líder opositora María Corina Machado y la segunda, entre otras, permitir la realización de elecciones con la participación de factores de oposición.

Durante su campaña, como señaló a DIARIO DE CUBA la estudiosa de Relaciones Internacionales Elsa Cardozo, Venezuela y América Latina en su conjunto estuvieron ausentes en el discurso del Trump candidato, salvo para enmarcar a la región en los dos temas bandera del ahora presidente: migración y combate a las bandas criminales.

Tras su toma de posesión el 20 de enero, el mandatario estadounidense ha hecho pocas menciones a Venezuela, pero ha dejado en claro de que considera a Maduro un dictador y fustigó la política de flexibilización de sanciones, porque a su juicio eso le dio ingresos al régimen venezolano.

Cardozo analizó qué posición ocupa Venezuela sobre la mesa de estrategias de EEUU. Aseguró que, aunque Trump ya ha tomado algunas decisiones, las designaciones de altos funcionarios en su Gabinete como la del secretario de Estado Marco Rubio y la de Mauricio Claver-Carone como enviado especial de EEUU para América Latina, sugieren una estrategia más compleja.

También resalta Elsa Cardozo la inclusión de figuras como Richard Grenell, enviado especial para misiones estratégicas, que indica que la Casa Blanca podría estar explorando una combinación de estrategias que involucren la negociación, las sanciones y la presión diplomática.

Asimismo, Cardozo destacó que factores como las licencias de la petrolera estadounidense Chevron, la situación de los estadounidenses detenidos en Venezuela y las señales de apertura de Nicolás Maduro hacia la migración juegan también un papel clave en esta ecuación. No obstante, afirmó que, a su juicio, "el Gobierno de EEUU preferirá la transición en Venezuela, el cambio de gobierno y el respeto al proceso electoral del 28 de julio".

Otros analistas comparten la tesis de que, pese a los primeros movimientos, aún no se ha develado la estrategia estadunidense hacia Venezuela.

"La presencia de Rubio sin duda le dará un enfoque latino a la política exterior de EEUU, pero hay muchas situaciones que demandan respuestas urgentes de EEUU en otras partes del mundo. Mi pronóstico es que pasado algunos meses es que podremos ver con claridad cuál será la estrategia de este segundo Gobierno Trump", sostuvo el analista y escritor Moisés Naím, experto en Estudios Internacionales y exministro de Planificación en Venezuela.

Aún permanecen en Venezuela otros cuatro estadounidenses detenidos por razones políticas, con lo cual se vislumbra un tema de interés para Washington en el corto plazo. En relación con Chevron, el Gobierno de Trump no actuó este 1 de febrero para dejar sin efecto la renovación mensual de la licencia de esta petrolera estadounidense, que recibió permiso de Biden para volver a operar en Venezuela a pesar de las sanciones.

La Administración Trump sí actuó en materia migratoria, al dejar sin efecto una renovación del estatus de protección temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para ciudadanos venezolanos en EEUU, una medida tomada por Biden en la recta final de su Gobierno. Aunque el TPS sigue vigente, irá caducando para diferentes grupos de personas cada seis meses.

Por lo pronto, se estima que en el corto plazo unos 300.000 venezolanos, de un total de 600.000 beneficiados por el TPS quedarán sin protección legal para permanecer en territorio estadounidense. Solamente sobre este tema, entre los varios que están permeando la relación entre Washington y Caracas, es que el liderazgo opositor prodemocracia ha reaccionado, y lo hizo para pedirle al Gobierno de EEUU que revise su decisión.    

Junto a esto, el presidente estadounidense no pierde oportunidad de referirse a los criminales de la banda transnacional venezolana Tren de Aragua, un asunto que suele vincular a la migración sin documentación. De acuerdo con reportes de medios locales como El Pitazo, venezolanos en algunas ciudades estadounidenses han comenzado a sentir temor o a ser intimidados ya que por su nacionalidad se les endilgan lazos con los criminales ampliamente denunciados por el mandatario.

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