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Argentina

El escándalo por violencia de género del expresidente Fernández se asemeja a una telenovela

La Justicia de Argentina investigaba por corrupción el entorno más cercano a Fernández y encontró pruebas de otro gran escándalo.

Buenos Aires
Alberto Fernández y Fabiola Sánchez, 2022.
Alberto Fernández y Fabiola Sánchez, 2022. AFP

En Argentina, cuya economía sigue envuelta en una crisis sistémica sin que los indicadores muestren aún una real mejoría en el bolsillo de la población, con frecuencia los reflectores y atención se colocan en el caso de violencia de género que envuelve al expresidente peronista Alberto Fernández por encima de otros temas de interés público.

Se vive, al menos desde la narrativa mediática de los grandes medios de prensa de Buenos Aires, en una suerte de telenovela, con nuevas revelaciones y circunstancias, que incluso le hacen olvidar al público que este caso —de por sí un escándalo— llegó a manos de la Justicia por pura carambola, dentro de lo que sigue siendo una gruesa investigación sobre la corrupción durante los años de Fernández en el poder, entre 2019 y 2023.

"Fabiola Yáñez dice que tiene más fotos y pruebas contra Alberto Fernández", es uno de esos titulares típicos en los últimos dos meses y medio, desde que Clarín adelantó el 2 de agosto que intentó contactar al expresidente peronista en relación a un caso que involucraba a su pareja.

Al día siguiente estallaba la bomba en la cara del antiguo profesor que convirtió en pareja suya a una joven periodista a quien había conocido siendo ella estudiante, cuando lo entrevistó para su tesis de grado. Este detalle alimenta también el giro telenovelero del caso.

"Revelan nuevos chats entre Alberto Fernández y Fabiola Yáñez: 'Me dabas sopapos y me dejabas la cara hirviendo'", despliega en su primera página La Nación este 16 de octubre, en una clara muestra de que sigue la telenovela, además con gran impacto entre los argentinos, según han revelado encuestas y el clima de opinión que se respira en cafés y lugares públicos.

Con una diferencia de 22 años y una promesa de matrimonio que nunca llegó a realizarse, la pareja y sus vicisitudes están en la prensa, la radio y la televisión ya por largas semanas en Argentina.

La Justicia federal de Argentina investigaba el entorno más cercano a Fernández por el papel de quien había sido su secretaria directa, siendo presidente, en la asignación de contratos de los entes públicos a empresas de seguros.

El esposo de la exsecretaria aparece como el principal articulador de una trama que salpica por igual al exmandatario peronista, bajo el principio de que difícilmente se tomaron algunas decisiones de envergadura sin que el mandatario estuviese al tanto de esta relación privilegiada que favorecía a algunas aseguradoras.

En el proceso de investigación de este caso de corrupción fue incautado el teléfono móvil de la exsecretaria de Fernández y los investigadores encontraron conversaciones e imágenes que dejaban en evidencia la existencia de un patrón de maltrato del mandatario contra Yáñez en la residencial presidencial de Olivos, incluso estando ella embarazada del mandatario.

A juicio de algunos analistas, este escándalo ha favorecido políticamente por igual al mandatario liberal Javier Milei como a su archirrival, la dos veces presidenta peronista Cristina Fernández de Kirchner, quien gobernó entre 2007 y 2015 y fue vicepresidenta de Alberto Fernández. Esto último dentro de una jugada política que buscaba en su momento bajar la presión que existía sobre ella.

Milei ha tenido en estos dos meses y medio diversos momentos en los cuales los episodios de la violencia de género de Fernández contra Yáñez han hecho desviar la atención a los argentinos de problemas neurálgicos, relacionados con la ausencia de resultados palpables en la economía doméstica, tales como una alta inflación y aumento del desempleo.

Así como se ha desviado el foco de la opinión pública en diversos momentos de las últimas dos semanas, Milei ha ganado un gran tema a su favor dentro de lo que sus seguidores aseguran es la "batalla cultural" que libra el presidente, quien asumió el poder el pasado 10 de diciembre.

Milei, quien ya es férreo crítico de los mensajes a favor de la diversidad sexual o del feminismo, aprovecha el caso Fernández para echar en cara al peronismo que la defensa de los derechos de las mujeres hecha por el expresidente es solo una gran mentira, una estrategia política vacua.

En cuanto a Cristina Fernández de Kirchner, tras este caso ha desplazado por completo a Alberto Fernández de la estructura de poder dentro del peronismo, un lugar que el exmandatario planeaba disputar, como aseveró una vez que dejó la Presidencia.

Con Alberto Fernández anulado, la lucha intestina dentro del peronismo la protagonizan el ala del kirchnerismo, con Cristina y su hijo Máximo a la cabeza de ese sector, enfrentada al gobernador de la principal provincia del país, la de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien abiertamente tiene aspiraciones presidenciales de cara al 2027.

El pasado 6 de agosto Fabiola Yáñez presentó formalmente su denuncia por violencia física y psicológica contra Alberto Fernández durante una videoconferencia desde Madrid, donde reside. Ha trascendido que ella teme volver a Argentina.

El juez Julián Ercolini dictó inmediatamente una serie de medidas de medidas de protección para Yáñez, incluyendo un veto al expresidente de comunicarse con ella por cualquier medio, y la prohibición para este de abandonar Argentina.

Según la evaluación de diversas organizaciones no gubernamentales, la Justicia argentina no suele dictar sentencias con celeridad, y menos aún cuando los procesos involucran a figuras del poder político. Por lo tanto, no se esperan decisiones en el corto plazo en materia de la trama de corrupción por los seguros que envuelve a Fernández, pero tal vez en este ámbito de la violencia de género del expresidente contra su pareja la Justicia pueda decidir más rápidamente.

Mientras llega esa decisión, seguramente proseguirá la entrega por capítulos de esta telenovela judicial y escándalo político mayúsculo.

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1 comentario

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No es una telenovela, es una prueba mas que demuestra que la corrupcion y la hipocresia aunque no tienen signo ideologico, son parte esencial de la naturaleza socialista y de los que defienden la vagancia, el welfare y los perfiles raciales o de genero por encima del merito.