Dina Boluarte ha sostenido que contra viento y marea culminará el periodo presidencial de cinco años que inició el profesor Pedro Castillo en julio de 2021, teniéndole a ella como vicepresidenta. Presidenta de Perú desde diciembre de 2022, Boluarte tiene en contra la valoración ciudadana, llegando a registrar el más alto rechazo de cualquier jefe de Estado peruano en el siglo XXI.
Boluarte, de 62 años, asumió el poder por decisión del Congreso el 7 de diciembre de 2022, tras la detención de Castillo, quien puso fin a su traumático gobierno de casi año y medio con un fallido intento de desconocer al Parlamento. El antiguo maestro y dirigente del magisterio, quien había sido la gran revelación electoral en 2021, terminó siendo acusado de promover un golpe de Estado, está en prisión y enfrenta un juicio.
La mandataria peruana, que según analistas tiene su base de apoyo institucional en los uniformados (cuerpos policiales y fuerzas armadas) y en los factores conservadores del Congreso de Perú, ha sumado un 92% de desaprobación según una encuesta encargada por el tradicional diario peruano El Comercio.
La popularidad de Boluarte, quien aspira a gobernar al país andino hasta 2026, se encuentra en su peor momento desde que llegó a la silla presidencial, según una encuesta realizada por Datum Internacional para El Comercio. En algunas regiones, hasta el 94% de los encuestados expresó su rechazo al mandato de Boluarte. Sus ministros también obtuvieron elevados índices de desaprobación.
Inicialmente, Boluarte sostuvo que el suyo sería un gobierno de transición tras la destitución y encarcelamiento de Castillo, y abrió la posibilidad de convocar a elecciones generales adelantadas. Sin embargo, poco después cambió de opinión y fortaleció su sinergia con fuerzas parlamentarias, también negadas a una salida anticipada del poder, como respuesta a la grave crisis institucional que vive Perú.
Boluarte ordenó una dura represión contra manifestantes, especialmente del sur peruano, donde predominan las comunidades indígenas y rurales, por el rechazo en esos sectores hacia la destitución y encarcelamiento de Castillo. En la zona sur del país andino se concentra el mayor rechazo hacia la presidenta, llegando incluso al 94% de los consultados.
La popularidad de Boluarte es la más baja registrada en comparación con otros presidentes del ciclo democrático que se inició en Perú una vez que se le puso fin al régimen de Alberto Fujimori (1990-2000), quien, si bien llegó al poder democráticamente, luego tuvo una deriva autoritaria ampliamente denunciada.
Así las cosas, al compararse los periodos iniciales de otros presidentes, con un lapso similar a Boluarte, es la actual mandataria quien tiene el peor registro en comparación con la siguiente lista de presidentes: Pedro Castillo, Martín Vizcarra, Pedro Pablo Kuzcynski, Ollanta Humala, Alan García y Alejandro Toledo, según un reporte del Grupo de Análisis Político 50+1.
En el mismo tiempo en el poder, la aprobación de los antecesores de la mandataria siempre se mantuvo en dos dígitos, siendo Martín Vizcarra quien alcanzó la cifra más alta con el 57%, mientras que Alejandro Toledo llegó solo al 24%.
"Boluarte tiene los niveles de aprobación más bajos en la historia reciente. El único que se acercó a niveles parecidos fue Alejandro Toledo, pero recién en su tercer año de gobierno", sostiene el politólogo Alejandro Boyco, en el análisis del grupo especializado.
De acuerdo con el especialista de 50+1, esto responde a que cuando Dina Boluarte asumió la Presidencia, dejó atrás cualquier intento de mantener la continuidad del plan de gobierno de Pedro Castillo y esto generó el fenómeno de que "nadie se siente representado por ella, ni los votantes de Perú Libre (el partido de izquierdas que respaldó la candidatura de Castillo), ni la oposición", puntualiza este experto.
El estudio de opinión pública de Datum Internacional para El Comercio tuvo trabajo de campo entre el 4 y 8 de octubre con un total de 1.218 personas entrevistas en una muestra nacional.
Según el promedio de la encuesta, el 92% de los consultados manifestó rechazo a la figura de la presidenta, mientras que, en la región sureña del país, la tasa de rechazo escala hasta el 94%. En el este, los números favorecen un poco más a Boluarte, con un 87% de desaprobación de su mandato.
Para algunos expertos, los pobres niveles de popularidad de la mandataria peruana se deben a su ineficacia para tratar los principales desafíos que enfrenta Perú, además de ver diezmada su imagen por polémicos casos de corrupción, junto a significativos niveles de inseguridad que se registran en las principales ciudades de Perú.
Los elevados números de rechazo a Boluarte tienen eco en los de sus ministros. En octubre, el primer ministro, Gustavo Adrianzén, solo goza de un 7% en su índice de aprobación, según la misma encuesta. José Arista, ministro de Economía, y Juan José Santiváñez, ministro de Interior, solo tienen el 6%.
Tras asumir el poder en diciembre de 2022, Dina Boluarte inició su gestión con un 16% de aprobación, que alcanzó a subir a su pico máximo en marzo de 2023, con un 19% de respaldo, según encuestas previas realizadas por Datum Internacional para El Comercio.
"Boluarte, exvicepresidenta del socialista Castillo, sorprendió a muchos al pactar un acuerdo pragmático con facciones conservadoras en el Congreso, las elites empresariales y las fuerzas de seguridad, lo que hasta ahora ha garantizado cierto grado de estabilidad al país", matiza por su parte el think tank Crisis Group al analizar el contexto peruano en este 2024.
"Se han acallado las feroces crisis constitucionales que venían enfrentando al Legislativo y al Ejecutivo periódicamente desde 2016 y llevaron a la dimisión de tres presidentes", precisa Crisis Group, que también recuerda que al contrario de sus primeras semanas en el poder, en las que Boluarte acalló con una dura represión la ola de protestas en su contra, "las manifestaciones ahora son esporádicas".
