Ambos no ocultan su admiración por Donald Trump y privilegian el diálogo con Elon Musk más que con la Casa Blanca cuando visitan EEUU, y estos dos presidentes, el salvadoreño Nayib Bukele y el argentino Javier Milei comparten un ideario hibrido basado en las políticas de seguridad y el achicamiento del Estado, junto a una comunicación presidencial a través de las redes sociales.
Diversos analistas han enmarcado la visita de Bukele a Buenos Aires, precedida de una de Milei a San Salvador, como los primeros pasos para la consolidación de un espacio referente en América Latina de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), un espacio que tiene en el expresidente Trump a un protagonista medular.
A falta de mejor definición, se les ha comenzado a llamar "la nueva derecha" en América Latina, ya que electoralmente irrumpieron en contraposición a modelos de izquierdas, pero al mismo tiempo tomando distancia de los partidos conservadores tradicionales. En este grupo, aunque no están en el poder, figuran el expresidente brasileño Jair Bolsonaro y el excandidato presidencial chileno José Antonio Kast.
En el caso de Argentina, como apuntan analistas, a Milei se le percibe como pez en el agua, por ejemplo, en eventos del partido Vox en España, que también formaría parte de este nuevo espacio, mientras que tiene dificultades para mostrar como aliado al expresidente conservador Mauricio Macri, pese a que este le apoyó abiertamente en la segunda vuelta en 2023, una vez que quedó fuera del balotaje la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich.
Bullrich, por cierto, abandonó el espacio de Macri para compenetrarse con el proyecto de Milei pasando a ocupar el Ministerio de Seguridad, un ámbito en el cual las actuales autoridades argentinas no ocultan su admiración por lo ejecutado en El Salvador por Bukele.
El mandatario centroamericano, reelecto el año pasado pese a que la Constitución taxativamente prohíbe la reelección, ha llevado adelante una política contra los grupos criminales (conocidos como maras) a través de detenciones masivas y construcción de megacárceles. Bukele no cumplió el debido proceso e incluso hizo detenciones de personas inocentes, como han documentado organismos de derechos humanos.
La visita de Bukele a Buenos Aires, además de la simpatía manifiesta con Milei, ha estado envuelta en un halo de misterio y ha generado polémicas. El mandatario estuvo varios días en una visita privada antes de iniciar su "visita oficial", no mostraron imágenes de su arribo al país y tampoco se informó sobre qué actividades cumplía en la capital argentina, durante más de 72 horas, según reporta La Nación.
Así como el Gobierno de Milei quiere replicar el modelo de seguridad ciudadana aplicado en El Salvador, Bukele expresó su admiración por el programa de recorte de gasto público puesto en práctica desde diciembre pasado, cuando asumió el poder, por parte del presidente sudamericano.
Bukele y Milei se conocieron el pasado febrero en EEUU, cuando justamente fueron invitados a una reunión de la CPAC donde fueron presentados como una suerte de estrellas del nuevo espacio político en construcción en América Latina.
Ambos tienen en común que hacen viajes a territorio estadounidense, usualmente para reunirse con Musk u otras figuras de las redes sociales o del mundo tecnológico, pero evitan contactos con la Casa Blanca o el Departamento de Estado. Ninguno reniega de la Administración de Joe Biden en público, pero no parece ser una prioridad alimentar una relación de Estado en la actual coyuntura de Estados Unidos.
"Así como ha sido usual la conformación de espacios de referencia para los gobiernos y mandatarios de izquierda en América Latina, luce interesante esta nueva dinámica con mandatarios jóvenes, de verbo encendido, que lucen eficientes y cosmopolitas, y que además tienen en las redes sociales y en particular en X su principal herramienta de comunicación presidencial", resume desde Montevideo un analista de una fundación política de Alemania, que suele evaluar la dinámica latinoamericana.
De forma analítica, el periodista Miguel Díaz apunta que esta "nueva derecha", que tiene ahora en Milei y Bukele a dos referentes, "combina diferentes corrientes: desde liberales clásicos y libertarios, como es el caso de Milei, hasta conservadores y nacionalistas, donde se ubica Bukele".
Aunque no piensan igual en diversos temas, y tienen prioridades distintas en sus respectivas gestiones de gobierno, Díaz sostiene que como puntos de coincidencia de ambos figuran, entre otros, estos temas: la defensa de la vida (no al aborto), de la propiedad privada y de la libertad.
También comparten la reivindicación de la tradición, el "no" a la ideología de género y el refuerzo de la soberanía política nacional.
La revista The Economist, en un trabajo de inicios de abril pasado, resumía las señas de identidad de ambos, dentro de las cuales incluían su vinculación con la CPAC y su manifiesta admiración por Trump en el contexto de lo que definen como "guerra cultural".
Tienen ambos una abierta oposición al aborto y a los derechos de las mujeres y los homosexuales. Comparten una línea dura contra el crimen y el mantenimiento de la seguridad ciudadana. Y, asimismo, mantienen una postura intransigente frente a la socialdemocracia, y mucho más frente al comunismo, en la medida en que apuestan por las libertades individuales y un Estado reducido.
Tanto Bukele como Milei, en sus intervenciones públicas en Buenos Aires se cuidaron de dar señales sobre si realizarán una conferencia latinoamericana de la CPAC, como algunos pronostican. Pero lo que sí ocurrió en la capital argentina fue el afianzamiento de lazos personales, ya que los presidentes sostuvieron una extensa reunión de dos horas, completamente a solas en la Casa Rosada, algo bastante inusual en los estándares diplomáticos.
La mejor noticia del día, para ponerle freno a los comunistas.
Par de mierdas populistas. No lograrán cambios definitorios para sus respectivos países; solo miserias estancadas y abundancias aparentes. Obedecer las leyes, donde todo ciudadano responde igual ante la ley, es la base de cualquier sociedad moderna , no patrioteros de mierda como estos dos.
Andrés, "la nueva derecha" en América Latina no irrumpió “en contraposición a modelos de izquierdas”, lo ha hecho contra la extrema izquierda, o sea, la socialista, esa que tanto te gusta y domina 3/4 partes de las naciones de Canadá hasta Chile.
Efectivamente. Tal cual.