Este domingo entró en vigor el retiro de Nicaragua de la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA), una decisión Daniel Ortega y Rosario Murillo que para Washington busca "aislar aún más a Nicaragua de la comunidad internacional" y "demuestra su desesperación por evitar cualquier esfuerzo de la OEA o de colaboradores de ideas afines para responsabilizarlos por los atroces abusos contra los derechos humanos".
Así se pronunció Matthew Miller, portavoz de Departamento de Estado de Estados Unidos, en una declaración publicada este domingo.
Miller recordó que los abusos de Ortega "incluyen detener, condenar y maltratar injustamente a presos políticos, incluido el obispo Rolando Álvarez; atacar a periodistas independientes; y obligar a cientos de organizaciones de la sociedad civil e instituciones educativas a cerrar o traspasar sus operaciones al Estado".
"Las acciones de Nicaragua son una afrenta al compromiso del Hemisferio Occidental con la democracia", añadió el portavoz y dijo que a pesar de la renuncia de Ortega y Murillo a formar parte de la Carta de la OEA, "Nicaragua sigue sujeta a sus obligaciones de derechos humanos y gobernanza en virtud de los tratados e instrumentos en vigor, incluida la Convención Americana sobre Derechos Humanos".
"Estados Unidos, trabajando con nuestros colaboradores en la OEA, continúa revisando todas las herramientas disponibles y apropiadas para responsabilizar a Ortega, Murillo y sus representantes por sus acciones. Renovamos nuestro llamamiento a las autoridades nicaragüenses para cumplir con sus obligaciones y cumplir las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos", señaló en la declaración.
"La OEA actúa como la organización multilateral más importante del Hemisferio Occidental y tiene una larga historia de apoyo al avance democrático de todas las naciones de las Américas. Estados Unidos reitera nuestro apoyo al pueblo de Nicaragua y su búsqueda de libertades fundamentales, derechos humanos y democracia", sostuvo.
El Ejecutivo sandinista presentó el 19 de noviembre de 2021 la solicitud formal para salir de la OEA, luego de que la Asamblea General del organismo descalificara las elecciones presidenciales del 7 de noviembre de ese mismo año en Nicaragua. Ortega, en el poder desde 2007, fue reelegido en ese proceso electoral para un quinto mandato y cuarto consecutivo, con sus principales contendientes en prisión. La 51 Asamblea General resolvió por mayoría que las elecciones que garantizaron la permanencia de Ortega en el poder, junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, “no fueron libres, justas ni transparentes” y no tenían “legitimidad democrática”.
Las elecciones destacaron por la ausencia de siete potenciales candidatos a la Presidencia de la oposición que fueron encarcelados antes de las votaciones acusados de "traición a la patria".
Dos años para salir
En reacción, el Gobierno de Nicaragua anunció que ponía en marcha el procedimiento de dos años para desvincularse de la OEA, de la que fue uno de los miembros fundadores en 1948. Es la primera vez que un país abandona de manera formal la OEA. El régimen de Cuba fue expulsado en 1962, mientras que la pertenencia de Venezuela sigue en disputa, dado que el presidente Nicolás Maduro inició en 2017 el proceso para salir del organismo, pero la OEA dejó de reconocer a su Gobierno.
Acusaciones de Nicaragua
En su carta de denuncia, Managua acusó a la OEA de vulnerar su propia Carta fundacional, en referencia a la no injerencia en los asuntos internos de los países y de estar controlado por Estados Unidos.
Desde las protestas populares que estallaron en abril de 2018 contra el Gobierno de Ortega, y que dejaron al menos 355 muertos, el Consejo Permanente de la OEA aprobó 12 resoluciones sobre la situación de Nicaragua condenando la represión.
Cuatro meses después de denunciar la Carta de la OEA, el embajador de Nicaragua ante ese organismo, Arturo McFields, se rebeló contra el Gobierno de Ortega. En un duro e inesperado alegato durante una sesión del organismo en Washington denunció la "dictadura" de su país y exigió la liberación de los presos políticos. Un día después Ortega destituyó oficialmente a su representante diplomático y posteriormente expropió las oficinas del organismo en Managua.
McFields considera que Ortega y Murillo están "huyendo" de la OEA porque "no están dispuestos a dar la batalla política, diplomática y jurídica". "La salida de Nicaragua pone en evidencia algunas flaquezas graves de la OEA y es que no está capacitada para poner en cintura a las dictaduras del siglo XXI", señaló McFields en una entrevista con EFE con motivo del abandono del organismo este domingo.
La pareja dueña de Nicaragua se viste con ropa vieja y arrugada que parece comprada en el GoodWill. Ella parece una de esas viejas locas aficionadas a las baratijas y él parece un borracho de taberna de barrio. ¡Qué bastedad de dirigentes y qué modo tan cursi de representar al país que desgobiernan!