Brasil ha propuesto suavizar la redacción de una declaración sobre la dictadura de Nicaragua en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA). A pesar de la sorpresa que provocó en el Consejo Permanente, nadie le hizo frente al Gobierno de Lula Da Silva este viernes cuando se analizó el tema.
El texto final lo debe emitir la próxima semana la Asamblea General de OEA. Según un reporte de Infobae, el peso de Brasil y en particular de su presidente provocó silencio en la OEA y nadie fue al choque directo.
El citado medio señaló que el único representante que habló este viernes en el Consejo Permanente fue el canadiense Francois Jubinville. Canadá es uno de los cinco países integrantes del grupo de seguimiento sobre la crisis en Nicaragua que promovió el texto original. Este hablaba de "alarma" por la represión y violaciones a los derechos humanos y al derecho de propiedad en ese país, elementos que Brasil quiere eliminar de la declaración.
"Invitamos a los países a presentar otras sugerencias al texto, que ya refleja las aportaciones de otras delegaciones, incluidas los miembros del grupo de trabajo. Invitamos a hacer otras sugerencias y comentarios", expresó el representante alterno de Canadá ante la OEA, que agradeció también los "aportes" de Brasil.
El grupo que está promoviendo una declaración más dura contra Nicaragua deberá evaluar con qué fuerzas cuenta para ver si enfrentan a Brasil en una votación o si finalmente aceptan suavizar el texto en un punto intermedio para alcanzar un consenso.
Este viernes la delegación de Brasil dijo que su propuesta alternativa expresa la intención del país, pero que están dispuestos a "encontrar una declaración que pueda ser lo más amplia y abierta posible".
En 2018 la OEA creó un grupo de trabajo liderado por Chile y Canadá e integrado por Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Panamá y Perú, para darle seguimiento a la crisis de derechos humanos en Nicaragua. Pese a los cambios políticos que se dieron durante estos años en algunos de esos países, el grupo ha mantenido una postura frontal y crítica de la dictadura de Daniel Ortega. Un ejemplo es Chile que, cuando 2022 pasó a ser gobernado por la izquierda, mantuvo su voz crítica contra los abusos en Nicaragua.
Por esta razón causó sorpresa que en el texto de la declaración original, propuesto por la mayoría de los integrantes de esa comisión, no estuviera incluida la firma de Brasil. Hace dos semanas, cuando el Consejo Permanente recibió un informe de la comisión, la mayoría de los integrantes del grupo de seguimiento fue crítico de la dictadura de Ortega, pero Brasil guardó silencio.
El proyecto de declaración que presentó Chile, Canadá, Estados Unidos, Costa Rica y Antigua y Barbuda habla de una "profunda alarma" por la "represión, el cierre del espacio cívico, las violaciones a los derechos humanos, incluida la denegación de derechos civiles y políticos básicos de la ciudadanía nicaragüense, así como la violación del derecho a la propiedad y seguridad social, por medio de la confiscación de bienes y activos y la denegación de pensiones para aquellas personas privadas de la nacionalidad".
Además muestra la preocupación por "las denuncias de violación grave y sistemática del derecho a la libertad religiosa en el ámbito público y privado mediante, entre otras cosas, la detención arbitraria, el hostigamiento y la expulsión injustificada de miembros y clérigos de comunidades religiosas; el cierre forzoso de centros de enseñanza primaria, secundaria y universitaria creados por la Iglesia católica; el cierre de entidades dedicadas a obras de caridad y asistencia social; la denegación de acceso a lugares de culto y el impedimento de la difusión de creencias religiosas mediante la supresión de medios de comunicación católicos".
Sin embargo, Brasil sorprendió esta semana con una propuesta diferente, que pretende suavizar la declaración y proteger de esa manera a la dictadura de Ortega. El gobierno de Lula propone quitar algunas críticas y le agrega condicionales a algunos de los graves hechos que ocurren en el país centroamericano.
En vez de pretender que la OEA pida el "retorno" de la democracia a Nicaragua, propone solicitar "el fortalecimiento" de la democracia en el país. Donde dice que los países expresan "profunda alarma" por la situación en el país, propone poner que la OEA "exprese preocupación". A la denuncia por abusos y represión comprobados que hacía el texto original, Brasil pretende poner adelante la palabra "supuestas".
Según Infobae, para resolver estas diferencias sobre la declaración de Nicaragua hay dos caminos: emitir una declaración liviana que no condene enérgicamente al régimen de Ortega o exponer a los países a una votación dividida donde el resultado hoy es incierto.
Que se podía esperar...
Qué se le va a hacer… Hispanoamérica sigue votando por los gobiernos que se merece.
AL ladrón Lula un pucherazo lo hizo presidente.