El mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva firmó este viernes la ley que marca el retorno del programa "Más Médicos" a la nación sudamericana, informó el canal TeleSUR.
Lula da Silva había hecho el anuncio previamente mediante una publicación en su cuenta de Twitter en la que describió la nueva versión de "Más Médicos" como una forma de llevar a todos los rincones del país la posibilidad de que las personas sean atendidas por profesionales de la Salud.
"El SUS (Sistema Único de Salud) no sólo es grande, es el mejor sistema público de salud que tiene un país de más de 100.000 habitantes", aseguró el mandatario en la red social y añadió que "si alguien tenía alguna duda sobre el SUS, la pandemia nos ha demostrado la importancia y la dedicación de nuestros profesionales".
El programa dará cobertura a unos 96 millones de brasileños, señaló TeleSUR y apuntó que tiene una previsión de 15.000 nuevas plazas en 2023, con lo que el número de profesionales llegará a 28.000. Además, se tendrá en cuenta profesionales que sean personas con discapacidad y que pertenezcan a minorías étnico-raciales para que ocupen plazas.
Según el portal estatal Cubadebate, el presidente de Brasil lamentó que "Más Médicos" hubiera sido desmantelado por su predecesor, Jair Bolsonaro, al hacer uso de la palabra en el acto con el que quedó instituida la Estrategia Nacional de Formación de Especialistas para la Sanidad.
"Cuando Alexandre Padilha (ministro de Salud durante el Gobierno de Dilma Rousseff, de 2011-2016) creó el Más Médicos, yo no imaginé que alguien fuera capaz de terminarlo", citó el portal estatal cubano a Lula da Silva, quien aseguró que el programa "ahora, vino para quedarse".
Sin embargo, entre 2018 y 2019, DIARIO DE CUBA reveló, a través de una serie de reportajes, que el programa Más Médicos fue propuesto por el Gobierno cubano, que la contratación de servicios médicos cubanos en Brasil se ocultó bajo un supuesto programa de "formación" para no tener que pagar salarios a los profesionales, y que las negociaciones se efectuaron de manera confidencial para evitar la reacción de la comunidad médica de Brasil.
La investigación también mostró que el Gobierno cubano se quedó con más del 70% del salario de los médicos y el Gobierno brasileño estuvo de acuerdo con esto desde un inicio.
En 2018, tras la llegada al poder de Jair Bolsonaro, quien exigió que los médicos cubanos recibieran de manera íntegra los salarios que pagaba por ellos Brasil, que sus familias pudieran acompañarlos y que revalidaran sus títulos, el Gobierno cubano anunció la retirada de sus profesionales del programa.
A inicios del presente mes, se conoció que eran 3.235 los médicos cubanos ya inscritos en el programa y que, hasta ese momento, representaban el 9,5% de los inscritos. Según datos enviados por el Ministerio de Salud de Brasil a EFE, el 36% de los inscritos en el programa son profesionales formados en Bolivia, Paraguay y Cuba.
En la última convocatoria del programa, el 58% de los poco más de 34.000 inscritos eran nacionales formados en Brasil, quienes tienen prioridad en el acceso, mientras que el resto, un 42%, eran extranjeros o brasileños educados fuera del país.
De los formados fuera, 14% del total de inscritos (4.846 profesionales) ejercía en Bolivia; 13% (4.294), en Paraguay; y 9,5% (3.235), en Cuba, seguidos de lejos por Argentina y Venezuela, con números mucho menores.
El Gobierno de Lula, consciente de las críticas al programa en el pasado, por el que La Habana obtenía enormes beneficios explotando a miles de profesionales exportados, ha tratado de aumentar la representación de los brasileños con una variedad de incentivos, como complementos salariales y oportunidades educativas.
El alto porcentaje de médicos formados en el extranjero ha sido uno de los puntos más polémicos del programa desde que fue lanzado en 2013, durante el mandato de Rousseff, para resolver el déficit de personal sanitario en regiones apartadas como la Amazonía.
Según la ley actual, aprobada por el Congreso a finales de junio, los médicos que ejercen en el extranjero y se apuntan al programa pueden trabajar en Brasil sin necesidad de pasar por un examen de conocimientos durante los primeros cuatro años.
El Consejo Federal de Medicina, que regula la profesión, dijo en junio sobre los formados fuera que está "en contra de su derecho de ejercicio de la profesión en el país sin antes probar su preparación".
