Pese a la ruptura que subsiste desde 2021, y a la ausencia de canales de diálogo directo entre ambos, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner pactaron una candidatura unitaria, con Sergio Massa como el ungido del peronismo de cara a las elecciones presidenciales del venidero octubre.
Ha sido una decisión sorpresiva, no porque Massa no tenga aspiraciones o porque dejará vacante la estratégica posición de súper ministro de Economía, justamente en un año electoral que requiere músculo para financiar los subsidios sociales que son el gancho electoral peronista. La sorpresa ha estado en que sea una opción consensuada, con lo cual se repite la fórmula de 2019: tener un peronismo con sus varias corrientes unificado en torno a una fórmula presidencial.
Hace cuatro años la dos veces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, dio la gran sorpresa al traer de vuelta a un opacado Alberto Fernández como candidato a presidente y ella como aspirante a vicepresidenta, consolidado una unidad peronista que se impuso en las elecciones.
Tanto en 2019, como ahora, la fórmula de consenso busca evitar unas elecciones primarias en la coalición gobernante que puedan avivar las diferencias que ya existen. El propio presidente y su vicepresidenta han protagonizado en los dos años un sonado divorcio político, al punto de que no hay canales regulares de diálogo entre ambos.
El ahora candidato presidencial Massa como el aspirante a vicepresidente, Agustín Rossi, tienen en común su capacidad para acceder directamente y tener puentes de comunicación tanto con Fernández como con Fernández de Kirchner.
La fórmula de consenso se pactó después de varios días en los que comenzaron a destaparse públicamente precandidaturas, que se caracterizaban por simbolizar una u otra corriente. El actual ministro Eduardo de Pedro, afín al kirchnerismo, y el embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli, aupado por el presidente Fernández, ya habían anunciado que disputarían la candidatura.
Gobernadores y otras figuras del peronismo en diversas instancias de poder saludaron la decisión, que se acordó este viernes 23 tras una prolongada reunión entre Massa y Fernández de Kirchner, de acuerdo con medios de prensa en Buenos Aires.
"Vamos a trabajar por la fórmula presidencial de Sergio Massa y Agustín Rossi como peronismo unido, reconociendo a compañeros y compañeras que apostaron por el proyecto colectivo antes que lo individual con responsabilidad institucional, política y social", sostuvo el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil.
Por su parte, el mandatario de la provincia de Entre Ríos, Gustavo Bordet, destacó que "la unidad es el camino". El mandatario de La Rioja, Ricardo Quintela, se sumó: "Felicitaciones Sergio Massa y Agustín Rossi. Primaron los intereses de la Patria. Tenemos formula de unidad". A simple vista, puertas adentro del peronismo el acuerdo parece haber tenido un efecto positivo.
Las primarias de las diferentes coaliciones tendrán lugar en agosto y el 22 de octubre serán las elecciones. Las encuestas muestran una votación dividida entre tres. A los bloques tradicionales de peronismo (Unión por la Patria) y Juntos por el Cambio, que tiene al expresidente conservador Mauricio Macri como referente, en este 2023 ha emergido con fuerza —según los sondeos— el diputado ultra liberal Javier Milei.
En Juntos por el Cambio, que sí hará primarias tras el anuncio de Macri que no buscaría de nuevo la Presidencia, los principales aspirantes son el actual jefe de Gobierno de la capital argentina, Horacio Rodríguez Larreta, y Patricia Bullrich, quien fue ministra de Seguridad en el Gobierno conservador entre 2015-2019.
La candidatura de Massa comenzó a gestarse en agosto de 2022, cuando este dirigente político sin formación económica asumió como ministro de Economía, reuniendo además a varias áreas bajo su dirección llegando a formar una suerte de súper ministerio. Por casi un año, Massa ha liderado las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que desembocaron en un acuerdo macro, en torno al préstamo por más de 40.000 millones de dólares que el FMI otorgó al saliente presidente Macri en 2018.
Sin grandes logros económicos que mostrar, Massa sí ha dado muestras de su pragmatismo político. Pasó de ser jefe de Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en 2008, a decir en 2015 que metería presa a la presidenta, cuando compitió sin éxito por la presidente, en un escenario de un peronismo fraccionado. Finalmente, en 2022, logró convencer tanto a Alberto Fernández como a Fernández de Kirchner de que podría hacerse cargo de la cartera económica en medio de la incomunicación entre el presidente y su vicepresidenta.
Analistas políticos consideran que la propia Cristina Fernández de Kirchner deberá enfocarse en convencer a los sectores más radicales del kirchnerismo de que Massa es una buena opción, ya que además de proferir amenazas contra ella misma años atrás, en la actualidad se le percibe cercano a EEUU y al FMI. La fidelidad hacia la corriente más izquierdista podría estar garantizada no con Massa, sino con el aspirante a vicepresidente.
En su primera entrevista radial, tras su designación como candidato a vicepresidente, Rossi ratificó que la fórmula presidencial del peronismo tendrá "contenido kirchnerista", pese a ser liderada por Massa, quien se mantiene como una suerte de fiel en la balanza dentro de las corrientes y debates. "Yo nunca cambié. Siempre dije que soy kirchnerista y me considero kirchnerista", sostuvo Rossi al ser entrevistado por Radio 10 Horas.
Milei será el próximo presidente de Argentina.
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"Esta vieja es peor que el tuerto"... y le tienen pánico a Milei.
Qué horror!!! Lo peor que le puede suceder a los argentinos!!!