La última imagen que se ha visto de Tareck El Aissami, ex hombre fuerte del chavismo, quien en el pasado estuvo a cargo de los órganos de Seguridad, ha sido para darle cara en las barriadas de Caracas a la tradicional "quema de Judas", este domingo de Semana Santa.
El lunes 10 de abril se han cumplido tres semanas de la "renuncia" pública de El Aissami a su más reciente poderoso cargo como ministro de Petróleo, para el cual no tenía formación previa. Solo se publicó un mensaje en su cuenta en la red social Twitter y nada más. Así fue su caída, sobre la cual siguen tejiéndose diversas especulaciones entre los venezolanos.
Durante largos años El Aissami, sin llegar a ser el canciller o el ministro de Comercio Exterior, fue el interlocutor de Venezuela con países aliados del chavismo, pero lejanos geográficamente, como Irán, Turquía o Siria. Su origen árabe terminó siendo una carta de presentación exitosa, según analistas diplomáticos, para acuerdos comerciales, militares o energéticos, durante varios años, especialmente desde Nicolás Maduro llegó a la Presidencia en 2013.
Cuando Hugo Chávez estuvo en la Presidencia, tuvo en El Aissami un hombre de confianza para el manejo de los órganos de Seguridad, desde el Ministerio del Interior.
"En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en PDVSA, he tomado la decisión de presentar mi renuncia como ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso", indicó el ahora exfuncionario a través de Twitter, el lunes 20 de marzo.
Desde entonces no se sabe nada más de él, no hay imágenes ni declaraciones suyas. Incluso se especula sobre dónde estará físicamente, si detenido preventivamente o si se encuentra fuera del país.
La Fiscalía confirmó el sábado pasado que más de cuatro docenas de personas, incluyendo ex altos funcionarios del entorno cercano a El Aissami, han sido detenidos por la trama de corrupción que, según la narrativa oficial, se limita a tres entidades: Petróleos de Venezuela (PDVSA), la Superintendencia de Cripto-Activos y la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), que reúne a las empresas básicas de la siderúrgica y el aluminio, entre otras.
Los más altos exfuncionarios detenidos han sido: el exministro Hugbel Roa, quien de manera exprés fue destituido como diputado; así como de Hugo Cabezas, exdirector del estratégico Servicio de Identificación y Extranjería, donde la influencia cubana es amplia, de acuerdo con diversas denuncias; y Pedro Maldonado, en ese momento presidente de la CVG.
"Con la detención de Hugo Cabezas se ratifica que absolutamente todos los que han caído son del grupo de Tareck El Aissami", confirmó a DIARIO DE CUBA el analista de entorno Ricardo Ríos, presidente de la firma Poder y Estrategia.
A juicio de Ríos, en el marco de un reacomodo en el poder chavista, el Gobierno de Maduro optó por defenestrar a El Aissami, en aras de facilitar las negociaciones con EEUU, centradas en petróleo y en las elecciones presidenciales de 2024.
Todos los encarcelamientos, pero en particular estos tres (Roa, Cabezas y Maldonado), que formaban parte del círculo cercano y hasta íntimo de El Aissami, dispararon diversas hipótesis sobre qué ocurrirá con el otrora hombre fuerte del chavismo.
El conocido periodista Gregorio Salazar, quien por varios años estuvo al frente del Sindicato de la Prensa de Venezuela, lanzó una encuesta en Twitter que revela las interrogantes que rodean este caso, entre los venezolanos.
Salazar colocó estas opciones sobre el futuro que tendrá El Aissami: Enjuiciado y encarcelado; Ostracismo en Siria; Expulsado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV); y finalmente, Perdonado y reciclado. La mayoría de respuestas se inclinaron por la segunda y cuarta opción, es decir un exilio seguro en el Medio Oriente protegido por el régimen de Bashar al-Asad, o su regreso a otras posiciones de poder, luego de un periodo de "castigo".
El fiscal general Tarek William Saab ha evitado referirse a El Aissami, tampoco lo ha hecho Nicolás Maduro, ni el número dos del régimen, Diosdado Cabello. Todos denuncian la trama de corrupción, aplauden las detenciones y dicen que debe irse a fondo, pero evitan referirse a un tema central: gran parte de los detenidos y acusados de corrupción fueron colocados en tales posiciones por El Aissami y en varios casos debían rendirles cuentas administrativamente a él.
"Será que el fulano exministro no tuvo nada que ver con los robos, y con toda esta corrupción, porque nadie lo nombra", se quejó este lunes 10 de abril el oyente Segundo Colmenares, a través de un programa radial por la red de emisoras de Fe y Alegría, de la Iglesia Católica.
En este 2023, El Aissami estuvo presente en la tradicional celebración de la "quema de Judas", que se hace el Domingo de Resurrección al cerrar la Semana Santa, para encarnar a quienes traicionaron a Jesús, y en el caso de Venezuela se dice que quienes hayan traicionado al pueblo son también como Judas.
Muñecos y diversas figuras con los rostros de El Aissami (principalmente) y de Maduro fueron quemados en barriadas populares de Caracas y otras grandes ciudades. Los mensajes hacían referencia a la corrupción como una forma de traición contra el pueblo.
Las primeras versiones, tras conocerse la renuncia de El Aissami, daban cuenta de un faltante de unos 3.000 millones de dólares. Se trataba de petróleo vendido a través de terceros y tasado con criptomoneda, como una manera de eludir las sanciones de EEUU contra las operaciones comerciales de PDVSA.
Sin embargo, en medio del escándalo, la agencia Reuters estimó que PDVSA ha acumulado en verdad unos 21.000 millones de dólares en cuentas por cobrar, alrededor de 84% del total de las exportaciones facturadas por la compañía, tras recurrir a intermediarios poco conocidos para mercadear su petróleo.
