Los asaltos contra tres edificios públicos perpetrados este domingo en la capital de Brasil por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro han sido ampliamente condenados por la comunidad internacional.
Jefes de Estado de distintas orientaciones ideológicas y organismos internacionales rechazaron con contundencia los ataques ocurridos una semana después de la toma de posesión del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva, según publica AFP.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, manifestó su solidaridad con el Gobierno de Lula "frente a este intento de golpe de Estado" y, como presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), llamó a la región a unirse contra "la reacción antidemocrática".
En la misma línea se expresaron los mandatarios Andrés Manuel López Obrador, de México; Gustavo Petro, de Colombia, y Gabriel Boric, de Chile.
López Obrador calificó de "reprobable y antidemocrático" el intento golpista "de los conservadores de Brasil azuzados por la cúpula del poder oligárquico, sus voceros y fanáticos".
"Lula no está solo, cuenta con el apoyo de las fuerzas progresistas de su país, de México, del continente americano y del mundo", añadió en su cuenta de Twitter.
"El fascismo decide dar un golpe", escribió en la misma red social el presidente colombiano. "Las derechas no han podido mantener el pacto de la no violencia. Es hora urgente de reunión de la OEA si quiere seguir viva como institución y aplicar la carta democrática", añadió.
Boric, por su parte, describió el ataque como "impresentable". Su Gobierno anunció que está impulsando junto con otros países una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA "para respaldar la democracia y el Estado de Derecho en Brasil".
También los presidentes de Ecuador y Bolivia, Guillermo Lasso y Luis Arce, respectivamente, así como la presidenta de Perú, Dina Boluarte, condenaron las acciones de los seguidores de Bolsonaro.
Lasso las tachó de "irrespeto y vandalismo" porque "atentan contra el orden democrático y la seguridad ciudadana", y Arce afirmó que "los fascistas siempre buscarán tomar por la fuerza lo que no lograron en las urnas".
Boluarte rechazó "el uso de la violencia y el intento de asalto del Congreso y la presidencia en Brasil".
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló que lo sucedido era "escandaloso" y su asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, dijo que Washington "condena cualquier intento de socavar la democracia".
"Nuestro apoyo a las instituciones democráticas de Brasil es inquebrantable. La democracia de Brasil no se verá sacudida por la violencia", sostuvo Sullivan en Twitter.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, escribió en Twitter que "el respecto del derecho democrático de las personas es primordial en toda democracia".
El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, condenó "el ataque a las instituciones en Brasilia, lo cual constituye una acción repudiable y un atentado directo a la democracia".
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también repudió "los ataques a las instituciones y la violencia en Brasilia" en un comunicado en portugués citado por AFP.
Los gobernantes de Cuba y Venezuela, Miguel Díaz-Canel y Nicolás Maduro, ausentes en la investidura de su aliado, también se solidarizaron con Lula.
Los ataques de los bolsonaristas han sido condenados incluso por gobiernos de ultraderecha como el de la italiana Georgia Meloni, quien consideró que "las imágenes de la irrupción en las sedes de las instituciones son incompatibles con cualquier forma de desacuerdo democrático" y pidió "la vuelta a la normalidad".
Los gobiernos de Francia, España y Alemania también expresaron su rechazo a los asaltos y su apoyo a Lula, al igual que el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, quien manifestó su consternación por la "violencia extremista".
También la a presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, dijo estar "profundamente preocupada" y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, aseguró apoyar totalmente "al presidente Lula da Silva, democráticamente elegido por millones de brasileños tras unas elecciones justas y libres".
Bolsonaro se desmarca de los asaltantes más de siete horas después de los sucesos.
El expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien viajó a EEUU dos días antes de la toma de posesión de Lula, por lo que no le entregó la banda presidencial, tomó distancia de sus partidarios que perpetraron los asaltos, mediante un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
"Las manifestaciones pacíficas, dentro de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, el vandalismo y las invasiones de edificios públicos, como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla", escribió más de siete horas después de los sucesos.
Tras su derrota electoral en octubre pasado, Bolsonaro autorizó el inicio de la transición gubernamental, aunque no reconoció públicamente el triunfo de Lula por el 50,9% frente al 49,1% de los votos.
Los más radicales seguidores de Bolsonaro han acampado en los últimos dos meses a las puertas de los cuarteles militares de varias ciudades. De esta manera exigían una "intervención" militar que impidiese la investidura de Lula, efectuada el pasado 1 de enero.
La ceremonia tuvo que realizarse con un reforzamiento de la seguridad, debido a que en los días previos las autoridades detuvieron a un hombre por colocar un explosivo cerca del aeropuerto de Brasilia.
El sospechoso, junto con otros bolsonaristas, planeaba colocar explosivos en lugares estratégicos para "causar caos", provocar la intervención de las Fuerzas Armadas y evitar así la asunción de Lula da Silva, según declaró a la Policía.
Los asaltos de este domingo contra el Palacio de Planalto (sede del Ejecutivo), la Corte Suprema y el Congreso Nacional en Brasilia forman parte de los actos golpistas contra el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Las fuerzas de seguridad recuperaron el control de las sedes del Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema de Brasil este mismo domingo, informó EFE.
Las cifras preliminares dadas a conocer por el ministro de Justicia brasileño, Flávio Dino, y el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, hablan de más de 400 detenidos y 46 heridos.
Entre los heridos habría al menos diez periodistas, según el Sindicato de Periodistas.
Los agredidos incluyen a una periodista de la revista New Yorker, que recibió golpes y fue derribada por los manifestantes. También una fotógrafa del medio brasileño Metrópoles recibió puñetazos y patadas de diez hombres.
Otros profesionales, del diario O Tempo y de la televisión Jovem Pam, fueron agredidos. Los atacantes los amenazaron con armas de fuego.
Los radicales también obligaron a varios fotógrafos, entre ellos un profesional de EFE, a borrar las imágenes que habían tomado.
UNA CRISIS AHORA AHORRARÍA MUCHAS Y PEORES CRISIS EN EL FUTURO. Lula estaba preso por corrupto y ladrón y por una oscura maniobra de elementos izquierdosos lo indultaron y dejaron postularse para la presidencia, la cual ganó(¿?) misteriosamente. Sacar a Lula de la presidencia crearía una crisis pero a veces es necesaria una crisis para evitar otras peores. Sí, como lo leen, la permanencia de Lula en la presidencia puede crear varias crisis que sin duda se propagarán a los países fronterizos. Hay que sacar a Lula de la presidencia para salvar el continente que ya bastante revuelto está.
Se lo comentaba a un amigo el pasado diciembre, los golpes de estado van a volver a sur america. De un bando o de otro pero vuelven.
El pecado capital de la izquierda troglodita que ha tomado el poder en muchos paises, es que no saben gobernar y no quieren soltar el poder.
Lo de Brazil es solo el comienzo.
Si para evitar el comunismo tienes que instaurar una dictadura de derecha, estás derrotado. Es como si para evitar comer popó de perro, comes popó de gato. A mí, fracamente, no me gusta ni la una ni la otra. Prefiero un bistec.
Ese bistec se lo vienen comiendo los venezolanos desde que fracasó el supuesto Golpe de Estado a Chávez hace veinte años.
BOLSONARO SÍ, LULA NO.
Ni Lula ni Bolsonaro, ni izquierdismo antidemocratico populista barato ni fascismo antidemocratico de ultraderecha
Equiparar a los seguidores de Trump y Bolsonaro con comunistas nos da una idea de cuan enfermo esta este mundo y que cinicos y cobardes son los que, en nombre de la democracia, se roban elecciones y acusan de fascismo a todos aquellos que dudan de los resultados electorales. Casualmente, ninguno se hace eco del enorme historial de corrupcion y robo que ostenta Lula da Silva (al igual que el viejo decrepito y corrupto de Joe Biden) que deberia estar preso y no dirigiendo los destinos de Brasil.
La mayoria de los que hablan de "golpe de estado" son los mismos que han estado pregonando durante muchos anos la toma del poder politico a traves de la lucha armada.
Cuando un golpe de estado lo dan los comunistas o las izquierdas, milagrosamente deja de serlo.
Por favor, definan "comunidad internacional".
Imposible. Es algo brumoso e indefinido. Sólo un abstracto, oscuro y manido sinónimo de “los que piensan como yo”.