Luiz Inácio Lula da Silva asume por tercera vez la presidencia de Brasil este 1 de enero, en una ceremonia de investidura en la que se espera la asistencia de cientos de miles de seguidores y más de una veintena de jefes de Estado, bajo fuertes medidas de seguridad, informó AFP.
En la tercera toma de posesión del brasileño de 77 años estarán presentes los presidentes Alberto Fernández, de Argentina; Gabriel Boric, de Chile; Luis Lacalle Pu, de Uruguay; Gustavo Petro, de Colombia; Mario Abdo Benítez, de Paraguay, y Xiomara Castro, de Honduras, entre otros, además del rey de España Felipe VI.
En representación del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asistirá su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller. Por su parte, la presidenta peruana Dina Boluarte envió una delegación presidida por el premier Alberto Otarola, acompañado de la canciller Ana Cecilia Gervasi.
El mandatario estadounidense, Joe Biden, quien en 2015 asistió como vicepresidente a la ceremonia de investidura de Dilma Rousseff, esta vez envió a su secretaria de Interior, Deb Haaland, una mujer indígena crítica del saliente presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
La cancillería brasileña informó días antes a la prensa que había entregado invitaciones a todos los países con los que mantiene relaciones lazos diplomáticos.
Hasta el momento, no se ha informado si estarán presentes en la toma de posesión de Lula da Silva los gobernantes Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Nicolás Maduro, de Venezuela, y Daniel Ortega, de Nicaragua.
Menos de 15 días atrás, el nuevo canciller brasileño, Mauro Vieira, anunció que el Gobierno de Lula da Silva restablecería inmediatamente relaciones completas con los tres mencionados regímenes, con los que Bolsonaro, no mantuvo relaciones diplomáticas.
Durante la campaña electoral, el Partido de los Trabajadores de Brasil, del que Lula da Silva es el líder, había informado que, de llegar al poder, el septuagenario restablecería el programa Más Médicos.
Ese programa, como reveló una serie de reportajes publicados por DIARIO DE CUBA entre finales de 2018 y principios de 2019, fue propuesto por el Gobierno cubano.
La investigación también mostró que el Gobierno cubano se quedó con más del 70% del salario de los médicos y el Gobierno brasileño estuvo de acuerdo con esto desde un inicio.
En 2018, tras la llegada al poder de Jair Bolsonaro, quien exigió que los médicos cubanos recibieran de manera íntegra los salarios que pagaba por ellos ellos Brasil, que sus familias pudieran acompañarlos y que revalidaran sus títulos, el Gobierno cubano anunció la retirada de sus profesionales del programa.
En noviembre pasado, diez días después de la victoria electoral de Lula da Silva, el senador Humberto Costa, integrante del equipo de transición del presidente electo, informó que el nuevo gobierno pretendía lanzar una campaña para retomar el programa Más Médicos, pero con médicos cubanos que se quedaron en Brasil y nacionales graduados
Tampoco Bolsonaro estará presente en la ceremonia para entregar a su sucesor la banda presidencial. Dos días antes, partió rumbo al estado de Florida, Estados Unidos.
"El mundo no se acabará el primero de enero (...) Tenemos un gran futuro por delante. Se pierden batallas, pero no perderemos guerras. Como mínimo, atrasamos cuatro años el hundimiento de Brasil en esta ideología nefasta que es la izquierda. Di lo mejor de mí", dijo a sus seguidores entre lágrimas en una transmisión en vivo por sus redes sociales citada por AFP.
Tras su derrota electoral en octubre pasado, Bolsonaro autorizó el inicio de la transición gubernamental, aunque no reconoció públicamente el triunfo de Lula por 50,9% a 49,1% de los votos.
Para la nueva toma de posesión de Lula da Silva, Brasilia movilizará "el 100%" de su Policía.
Solo la Policía Federal empleará a más de 1.000 funcionarios en tareas de "inteligencia y seguridad", lo que constituye el mayor contingente hasta ahora en una investidura, según informó esa institución.
El reforzamiento de las medidas de seguridad se debe a que esta semana, las autoridades detuvieron a un hombre por colocar un explosivo cerca del aeropuerto de Brasilia.
El sospechoso, junto con otros bolsonaristas, planeaba colocar explosivos en lugares estratégicos para “causar caos”, provocar la intervención de las Fuerzas Armadas y evitar así la asunción de Lula da Silva, según declaró a la Policía.
Cuando un país tan grande como Brasil no puede producir opciones bien superiores a un Bolsonaro o un Lula, tiene muy serios problemas. Claro, los EEUU no están mucho mejor.