La condena a Cristina Fernández de Kirchner acelera el escenario electoral en medio de la polarización

Argentina se ha lanzado de lleno a la carrera presidencial de 2023 tras la condena por corrupción de la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Su anuncio de que no se presentará como candidata presidencial agita las aguas en el peronismo, aunque no se descarta que esto sea una estrategia propagandística para luego regresar a una carrera por la jefatura de Estado, que no luce nada clara aún.

Las elecciones presidenciales ocurrirán en octubre del año próximo y hasta ahora en el seno del peronismo nadie se animaba a salir al ruedo esperando la decisión de Cristina Fernández de Kirchner, quien tiene abiertas varias causas judiciales por su gestión como presidenta entre 2007 y 2015.

El año pasado Fernández de Kirchner confirmó que fue ella quien directamente designó a Alberto Fernández, actual mandatario, como abanderado de un peronismo unificado en las elecciones presidenciales de 2019. Esto la convierte de facto en "la gran electora", y por largos meses se venía especulando que sería candidata presidencial nuevamente en 2019.

Este 6 de diciembre, el Tribunal Oral Federal 2 dictó la condena a seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos contra Cristina Fernández de Kirchner por hallarla culpable del delito de administración fraudulenta en perjuicio del Estado por favorecer al empresario Lázaro Báez en la adjudicación de obras públicas para la provincia de Santa Cruz.

Según el tribunal, se deberá decomisar a la vicepresidenta en funciones de Argentina poco más de 84 millones de pesos argentinos por concepto de "efectos del delito", es decir, el monto del dinero defraudado. Esa cifra equivale a 500 millones de dólares, según la tasa oficial actual.

Cristina Fernández de Kirchner y el peronismo en general ha asumido esta decisión de la Justicia como una embestida política, detrás de la cual insisten está el grupo mediático Clarín.

Al sostener que no aspiraría a la Presidencia en 2023 y que tampoco se postularía a ningún otro cargo, dijo la vicepresidenta que entonces podrán meterla presa como lo quiere el propietario del grupo Clarín.

Para diversos analistas, en realidad, todo esto podría ser el germen de su campaña presidencial, exacerbando la victimización de su figura y promoviendo que desde las calles sea "el pueblo" quien le pida aspirar a la Presidencia una vez más.

Para otros observadores, Cristina Fernández de Kirchner no será candidata dado que aunque mantiene una base de apoyo importante genera también un alto rechazo. Bajo este escenario, la vicepresidenta podría estar abriendo juego con antelación para que salgan al ruedo aspirantes a la Presidencia, y luego fungir ella como la decisora en las filas del peronismo.

La decisión judicial de este 6 de diciembre aún deberá recorrer un largo camino en un sistema judicial que no avanza con celeridad precisamente.

Aunque la sentencia establece pena de cárcel e inhabilitación política, esto no será de aplicación inmediata. Cristina Fernández de Kirchner tiene aún varias instancias a la que apelar y, dada su alta posición de Estado, la prohibición de que no se postule a un nuevo cargo debería estar precedida de una decisión de la Corte Suprema de Justicia y tras un juicio político en el Congreso, una vez que haya una sentencia definitivamente firme.

Conocedores del sistema judicial argentino dan por descontado que en los próximos 11 meses, antes de las elecciones presidenciales de 2023, tales cosas ocurran, por lo cual en realidad ella podría presentarse o bien a la Presidencia o bien por un escaño en Senado (que también luego le daría inmunidad).

En Argentina el expresidente Carlos Menem, estando condenado pero en proceso de apelación ante la Justicia, fue autorizado por el máximo tribunal para que se inscribiera como candidato a senador, con lo cual pasaba a tener un fuero especial, y de esa manera evitar ir a la cárcel. Menem pudo ser candidato a senador nacional en 2017, a pesar de que pesaba sobre él una condena a siete años de prisión por tráfico de armas a Croacia y Ecuador, en un proceso igualmente largo y enrevesado.

Hace algunas semanas, el sitio especializado en elecciones Datoworld ponderó un conjunto de encuestas realizadas en Argentina de cara a las elecciones de 2023. La coalición Juntos por el Cambio, que tiene como referente al expresidente Mauricio Macri, tiene un 40% de intención de voto, mientras que el Frente de Todos (peronismo unificado) tiene un 29%.

Tras una serie de votaciones en las que era notable una polarización, una suerte de país partido en dos, los sondeos vienen reflejando un dato novedoso, el crecimiento de una tercera fuerza, de corte liberal, que tiene como referente al excéntrico diputado y economista Javier Milei, quien despuntó en las elecciones legislativas de 2021.