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Venezuela

El chavismo aprovecha las protestas en Cuba y detiene a un importante dirigente político opositor

Freddy Guevara, dirigente de Voluntad Popular, era el encargado para dialogar con el régimen de Nicolás Maduro.

Madrid
Freddy Guevara.
Freddy Guevara. AFP

Cuando los focos de la comunidad internacional están puestos en Cuba, gracias a la inédita ola de protestas ciudadanas y la represión del régimen castrista, en Venezuela su alter ego, el chavismo ha detenido a Freddy Guevara, exvicepresidente de la Asamblea Nacional y referente principal de Voluntad Popular, el partido de Juan Guaidó y Leopoldo López.

Amén de condenar las manifestaciones callejeras en Cuba, siguiendo el guion de La Habana, el chavismo ha usado como cortina de humo los sucesos cubanos para actuar contra Guevara, quien fue detenido este lunes, y dos días después (hasta la noche de este miércoles) aún se desconocía su lugar de reclusión.

Ni los familiares, ni sus abogados han tenido confirmación sobre las condiciones en las que se encuentra el exdiputado, quien paradójicamente había sido designado por Voluntad Popular para dialogar con el régimen de Nicolás Maduro.

Hay certeza de que se encuentra detenido, dado los señalamientos que hizo Tarek William Saab, el fiscal designado por una ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, acusándole de terrorismo y de traición a la patria.

Saab indicó que Guevara había sido detenido por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), uno de los principales órganos de seguridad denunciado ampliamente por torturas y otras violaciones a los derechos humanos.

Se presume que Guevara esté en El Helicoide, sede del SEBIN y denunciado ampliamente por organismos como el alto comisionado de Derechos Humanos de ser un centro de detenciones arbitrarias, torturas y tratos crueles contra presos políticos.

Guevara venía siendo interlocutor con representantes del Gobierno en aras de allanar una negociación, que ha sido puesta sobre la mesa tanto por EEUU y la Unión Europea (UE), como la respuesta de la comunidad internacional para salir de la crisis venezolana.

Noruega mediaría en este proceso, que ahora parece ponerse en suspenso. James Story, el embajador de EEUU para Venezuela, que opera desde Bogotá, aseveró que la detención de Guevara ponía en entredicho cualquier negociación respaldada por Washington.

Los analistas consideran que el chavismo ha dado otra fuga hacia adelante, para abortar una negociación que llevaría en pocos meses a una elección de alcaldes y gobernadores. Si bien no está en juego la presidencia, ya había claras señales de reunificar a fuerzas opositoras, incluyendo a Voluntad Popular. Con la detención de Guevara el chavismo genera una crisis entre los factores opositores, divididos entre asistir o no a los comicios de noviembre.

Lo que le ha ocurrido a Guevara, recuerdan organizaciones de derechos humanos, cumple desgraciadamente con un patrón que logró documentar de forma profesional y desapasionada la Misión Internacional de Verificación de los Hechos de la ONU, cuyo informe resultó demoledor al dejar en evidencia la existencia de crímenes de lesa humanidad en Venezuela.

Este informe ha sido la base para una próxima decisión de la Corte Penal Internacional, la cual anunciará este 23 de julio si abre o no una investigación formalmente contra Maduro y sus más cercanos colaboradores.

Esta misión, con un mandato del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas estableció que por lo general los presos políticos en Venezuela son desaparecidos durante uno, dos o tres días, sin que se revele su paradero, apenas son detenidos. Durante este tiempo los detenidos son torturados, obligados a firmar una declaración que les incrimine, en no pocos casos se les hacen videos denigrantes o de autoacusación.

Básicamente se busca doblegar a los detenidos y al mismo tiempo de forma rápida recabar "pruebas" que permitan llenar los espacios en blanco en las acusaciones que hace la Fiscalía siguiendo una suerte de guion preestablecido.

De acuerdo con diplomáticos consultados por DIARIO DE CUBA, el partido de Juan Guaidó y de Leopoldo López había aceptado a regañadientes sentarse a negociar con el chavismo. Una estrategia que ha seguido de forma autónoma otro referente opositor como lo es el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles.

Guevara estuvo tres años bajo protección en la Embajada de Chile, en Caracas, tras ser amenazado con la cárcel por el chavismo en 2017 acusándole de orquestar la ola de protestas antigubernamentales que tuvieron lugar ese año y que fueron duramente reprimidas.

A fines de 2020 recibió garantías del chavismo y salió de nuevo a la vida pública. Guevara, a contrapelo de lo que plantearon otros voceros partidistas, dijo que tras la fallida estrategia de sacar a Maduro del poder con el apoyo de EEUU, era necesario negociar con el régimen para encontrar una salida a la crisis.

De esa forma, pese a que el tema levanta urticaria entre los opositores, Guevara aceptó el desafío de ser el interlocutor de su partido, hablando incluso con representantes del Gobierno, tal como el propio Maduro reconoció recientemente.

Dos días antes de su detención, Guevara encabezó una reunión de opositores con delegados de la UE para evaluar si se envía una misión de observación a las elecciones de alcaldes y gobernadores de noviembre próximo. Tanto europeos como estadounidenses consideran levantar sanciones al régimen de Maduro, obviamente si este garantiza unas elecciones plurales.

Maduro echa al traste esta salida con la detención del dirigente de Voluntad Popular, a juicio de analistas. El chavismo juega a generar un clima de desasosiego y temor entre los opositores, con lo cual se dinamita el diálogo. Se aleja la posibilidad de que se levanten sanciones, sí, pero luego de varios años el chavismo ya ha aprendido a convivir con ellas, trasladando el costo de estas a la población, tal como ha ocurrido en Cuba.

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