Los aires de cambio que se respiran en Washington, con la presidencia de Joe Biden, también arropan a la estrategia estadounidense en relación con Venezuela. EEUU dejará de jugar en solitario en su política de presión al régimen de Nicolás Maduro.
Este 2 de marzo el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, sostuvo una conversación telefónica con Juan Guaidó, el líder opositor a quien Washington sigue llamando "presidente interino".
Tal como lo reseñó DIARIO DE CUBA, Blinken se comunicó por primera vez con Guaidó poco después de haber sostenido una conversación con su homóloga noruega, quien ha jugado un papel importante en la mediación entre el régimen chavista y la oposición durante los últimos años.
Un comunicado oficial del Departamento de Estado, por su parte, resaltó lo que es la nueva tesis oficial de EEUU: reconstruir el multilateralismo en política exterior. En relación con la crisis de Venezuela, Washington trabajará junto a los esfuerzos que hacen la propia Unión Europea (UE) y el Grupo de Lima, del cual forma parte Canadá.
Desde que el Gobierno de Donald Trump se involucró a fondo en la crisis venezolana, a partir de la juramentación de Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), en enero de 2019, EEUU se negó a trazar una estrategia común con la UE en relación con Venezuela. En tanto a los países latinoamericanos se les informaba de las decisiones, pero no se hizo nunca una mención de una política combinada con otros para presionar al régimen de Nicolás Maduro.
Blinken, en estas primeras semanas en su cargo, se cuidó de seguir llamando "presidente interino" a Guaidó, un reconocimiento que le dio en primer lugar EEUU en 2019, dado que se asumía a la Asamblea Nacional electa en 2015 como el único poder legítimo en Venezuela.
"Viene una nueva etapa, sin duda alguna. Sin que sea el centro de su política exterior, Washington está hablando del tema de Venezuela con sus socios europeos, como parte de su esfuerzo por recuperar el espacio estratégico de la alianza atlántica", comentó a DIARIO DE CUBA un veterano diplomático sudamericano radicado en Caracas.
"Y lo más llamativo es que el tema de Venezuela se está introduciendo en conversaciones más globales, en una agenda que sí es prioritaria para Biden como es Rusia e Irán, por razones de seguridad, y China, más en el orden comercial", sostuvo este diplomático.
Para América Latina, en tanto, países con gobiernos aliados de EEUU, como son los casos de Chile, Ecuador, Perú y Colombia, el tema de Venezuela no solo tiene que ver con el retorno de la democracia a éste país, sino que se trata fundamentalmente de un problema gigantesco en materia humanitaria y migratoria.
Estos cuatro países sudamericanos tienen la mayor parte de los 5,5 millones de venezolanos que se han visto forzados a salir de su país en los últimos años.
El hecho de que Blinken haya conversado con el Gobierno de Noruega antes de la llamada a Guaidó no es una casualidad. Antes de que Biden asumiera la presidencia varios analistas consultados por DIARIO DE CUBA aseveraron que EEUU se involucraría en una eventual salida negociada.
Un exdiputado joven en Venezuela, otrora del círculo íntimo de Guaidó, comentó a DIARIO DE CUBA que EEUU ha puesto una suerte de ultimátum al llamado G4, el grupo de cuatro partidos principales de la maltrecha oposición venezolana.
Delegados de estos cuatro partidos (Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción democrática y Un Nuevo Tiempo) fueron llevados a Bogotá, la semana pasada, a lo que este exdiputado calificó de "una encerrona" tanto con funcionarios del Departamento de Estado como de otras agencias de EEUU, tratando de que este G4 alcance una hoja de ruta común.
"En general prevalece la tesis de ir a elecciones. Unos partidos insisten en que solo se debe ir si hay también elecciones presidenciales. Nicolás Maduro parece dispuesto a dar mejores condiciones electorales si solo hay elecciones de gobernadores y alcaldes, y otro grupo de opositores parece dispuesto a aceptar esa ruta. Un asunto que complica la discusión es qué pasaría en este escenario con Guaidó. Algunos lo quieren sacrificar como parte de una negociación con el chavismo", explicó este joven dirigente político, a condición de que no se revelara su identidad.
A su juicio, este mes de marzo será crucial para definir si se asume la ruta electoral, y qué papel tiene la comunidad internacional en esto, o si prevalece la tesis de Guaidó y de su partido Voluntad Popular de negarse a la vía electoral hasta tanto no haya nuevas elecciones presidenciales, dado que no se consideran legítimas las votaciones de 2018, con las cuales Maduro fue reelecto.