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Venezuela

El chavismo cierra la posibilidad de diálogo al expulsar a la embajadora de la UE

La UE exigió que se revierta la expulsión, pero sin indicar qué acciones tomará en respuesta.

Caracas
Isabel Brilhante Pedrosa, embajadora de UE en Venezuela, y el canciller chavista Jorge Arreaza, en 2018.
Isabel Brilhante Pedrosa, embajadora de UE en Venezuela, y el canciller chavista Jorge Arreaza, en 2018. cancillería venezuela/ Twitter

El escenario, ideal para algunos, de que la Unión Europea (UE) actúe mediando una negociación en Venezuela, se ha esfumado. El régimen de Nicolás Maduro ha decidido expulsar a la embajadora de la UE en Caracas, al tiempo que endureció las restricciones para los actores políticos de la oposición, eventuales interlocutores en un hipotético dialogo.

Un Maduro que se siente sólido ante una comunidad internacional que aún se debate sobre cómo actuar ante la crisis venezolana ha sido la combinación para que el chavismo ordenara una rápida salida de Isabel Brilhante, quien ya en julio pasado estuvo amenazada con la expulsión, pero luego el régimen venezolano se retractó.

En ambas ocasiones la salida de Brilhante ha sido la respuesta de Maduro tras conocer una nueva lista de altos funcionarios sancionados por la UE. En julio de 2020 fueron 11, pero luego Maduro se retractó y dejó sin efecto la expulsión de la diplomática portuguesa. El pasado lunes la UE subió la apuesta y dio a conocer la más amplia lista de sanciones contra la jerarquía chavista, un total de 19 nombres en la lista.

El chavismo ha jugado, en esta oportunidad, al alter ego institucional. Ha sido la nueva Asamblea Nacional (Parlamento), dominada por el régimen y duramente cuestionada en el comunicado de la UE, quien pidió en primera instancia la expulsión de Brilhante. Varias voces radicales incluso fueron más allá, pidiendo que se cierre del todo la representación de la UE en Caracas.

Tras la solicitud del Parlamento, actuó el Poder Ejecutivo, y la Cancillería planteó una rápida salida de la diplomática, ampliamente apreciada por la sociedad civil venezolana, y en particular por defensores de derechos humanos.

En otra banda, pero igualmente conectado con un eventual diálogo entre Gobierno y oposición en Venezuela, este 23 de febrero la Contraloría, también controlada por el chavismo, inhabilitó políticamente a dos docenas de los anteriores diputados, incluyendo a Juan Guaidó, en su momento reconocido como presidente interino por más de 50 países.

Con esta sanción, también solicitada inicialmente desde el Legislativo, se cierra la posibilidad de que Guaidó o sus más cercanos colaboradores puedan optar a cargos públicos en Venezuela durante los próximos 15 años. Esto puede considerarse el remate en la dura reacción del chavismo en contra de la UE y de la propuesta principal europea, que no es otra cosa que una salida negociada a la crisis venezolana.

Un chavismo envalentonado, controlando a la totalidad de las instituciones públicas, junto a una oposición fragmentada y dispersa, son el telón de fondo de estas decisiones.

"La expulsión de la embajadora es una afrenta contra Europa, contra la defensa de los derechos humanos y la acción humanitaria. La abusiva e irrespetuosa forma en que se está visibilizando su salida confirma el talante misógino del ejercicio del poder", condenó la veterana activista de derechos humanos Liliana Ortega, consultada por DIARIO DE CUBA.

Ortega es fundadora y directora de COFAVIC, una organización nacida al calor de los sucesos del Caracazo en febrero de 1989. Es una de las voces más respetada entre las organizaciones de la sociedad civil venezolana.

"La sociedad venezolana es doliente de esta expulsión porque ha sido receptora de la ayuda humanitaria que Europa ha proporcionado solidariamente a Venezuela desde hace años", puntualizó Ortega.

El impacto negativo que podría tener en la ayuda humanitaria esta salida de Brilhante fue también colocada en el tapete por Julio Borges, expresidente del Parlamento venezolano y comisionado nombrado por Guaidó para representar diplomáticamente a la oposición.

Por su parte, la UE exigió que se revierta la expulsión de su embajadora en Caracas, pero sin indicar qué acciones en respuesta tomará Bruselas ante lo que puede considerarse una afrenta. "La UE lamenta profundamente esta decisión que no hará más que aislar a Venezuela internacionalmente", manifestó la portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Nabila Massrali.

"Esta acción socava los esfuerzos para superar la crisis venezolana con diálogo y negociación", reza por su parte una declaración de la propia representación comunitaria en Caracas.

Bruselas impuso sanciones contra 19 funcionarios del chavismo, esto incluye la congelación de cuentas y activos dentro del espacio europeo y la prohibición de ingreso en su territorio. Es una respuesta a los comicios legislativos del pasado 6 de diciembre, que se celebraron sin la participación de los candidatos opositores y registraron serias irregularidades y una alta abstención.

La UE solicitó de forma reiterada que se postergaran estos comicios. El alto comisario para la política exterior de la UE, Josep Borrell, incluso envío una misión con tal fin a Caracas. El chavismo respondió con lo que había venido sosteniendo a lo largo de todo 2020, que las elecciones parlamentarias se celebrarían contra viento y marea. Y así fue.

"El chavismo está aprovechando una coyuntura que le es favorable. El cambio de gobierno en Washington le quitó la presión máxima de Donald Trump, y en general con la UE el chavismo sabe que no encontrará una respuesta de choque por parte de Bruselas", sostiene un veterano diplomático sudamericano radicado en Caracas.

"A esto se suma que los países latinoamericanos que venían empujando la necesidad de una transición democrática en Venezuela hoy están abocados a dar respuestas internas a las crisis que viven por la pandemia de Covid-19", recalca este diplomático al ser consultado por DIARIO DE CUBA.

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1 comentario

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Profile picture for user Ares I

Que le manden al Alberto Navarro que estaba -o pronto va a dejar de estar- en La Habana.
Quien diga que el comunismo cubano es la octava maravilla y Raúl es lo mejor que le ha pasado a Cuba, lo podrá decir también de maduro, sin morderse la lengua ni que le quede nada por dentro.