Todo apunta a que este 20 de marzo el uruguayo Luis Almagro resulte reelecto como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), para un nuevo período de cinco años. Las dudas que rodeaban a esta elección han disminuido, según analistas consultados por DIARIO DE CUBA.
El camino parece haber quedado allanado para Almagro apenas a días de la elección. Este 16 de marzo la Cancillería de Perú anunció el retiro de su candidato. El Gobierno peruano había presentado la candidatura de Hugo de Zela, diplomático de larga experiencia, actual embajador de su país en EEUU y con una importante trayectoria en la OEA.
Lima reconoció que no había logrado apoyos suficientes. Con la salida del diplomático peruano la elección deberá ser entre Almagro, excanciller de Uruguay, y originalmente no avalado por su país para la reelección, y la excanciller de Ecuador, María Fernanda Espinoza, quien tampoco es respaldada por su país.
Espinoza fue canciller de Rafael Correa y tras bambalinas su candidatura tiene el apoyo de Venezuela y Cuba, que si bien no ocupan un sillón en la OEA, hacen una campaña sottovoce en contra de Almagro.
"Hasta hace pocos días la elección por la secretaría general de la OEA parecía compleja, dada la presencia de tres candidaturas", responde Félix Arellano al ser consultado en Caracas por DIARIO DE CUBA.
Arellano, analista y exdirector de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela, asegura que tras la decisión peruana de retirar la candidatura de su diplomático se ha allanado el camino para la relección de Almagro, cosa que a su juicio será lo que ocurrirá en el organismo hemisférico este 20 de marzo.
"La reelección de Almagro está garantizada", comenta a DIARIO DE CUBA un veterano funcionario de la secretaría general, a condición de que no se releve su nombre.
Según Arellano, a favor de Almagro han jugado tanto la decisión peruana como el cambio de gobierno que sucedió el 1 de marzo pasado, ya que el nuevo presidente Luis Lacalle Pou le dio un espaldarazo a las aspiraciones de continuar al frente de la OEA de quien fue canciller del expresidente Pepe Mujica.
"No me sorprendería una renuncia a último minuto de la excanciller ecuatoriana, ya que tiene muy poco respaldo. La avalan Venezuela y Cuba, pero ni el Gobierno de Nicolás Maduro ni el Gobierno de Raúl Castro votan en la OEA, no están formalmente dentro", recuerda Arellano.
Por su parte, desde Buenos Aires, Leandro Querido, director de la no gubernamental Transparencia Electoral, asegura que su organización avaló la candidatura de Almagro por el compromiso de este con procesos electorales íntegros, democráticos y transparentes en la región.
"Almagro demostró un apego nunca antes visto a la Carta Democrática Interamericana, velando por la integridad de todos los procesos electorales en toda la región", sostiene Querido, quien es también profesor en la Universidad de Buenos Aires.
Para este analista, la reelección de Almagro podría profundizar algunas tendencias en su primera gestión. "Como en ningún otro momento se le ha abierto las puertas a la sociedad civil, eso es algo muy importante para valorar. Hoy la OEA no es una organización solamente de estados", indica para resaltar este avance que se ha logrado en los últimos años.
Por su parte, el académico Arellano ve con buenos ojos la reelcción de Almagro para que el uruguayo lleve adelante lo que ya viene esbozando.
Se trata de "fortalecer el sistema de la defensa de los derechos humanos, fortalecer la defensa de la institucionalidad democrática que es débil". Además, su juicio, hay que afrontar las "fallas y debilidades de la Carta Democrática Interamericana, y como ya no podrá aspirar a un tercer período (por reglamentos de la OEA) podrá enfocarse y dedicarse a fondo a consolidar la organización".
La única amenaza que aparece en el firmamento para que Almagro sea relecto este 20 de marzo no es de carácter político. Se trata del coronavirus y las medidas preventivas que se han tomado. De acuerdo con las autoridades federales de EEUU no pueden darse reuniones con más de 50 personas. La sesión con 34 embajadores y el personal técnico de la secretaría general podría bordear dicha cifra para la elección que debe hacerse presencial y con voto secreto.
