Alianzas entre disidencias de las FARC con el grupo paramilitar Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), y de la guerrilla del ELN con la banda criminal Caparrapos y carteles mexicanos del narcotráfico, son los movimientos de grupos armados ilegales en Colombia que intentan hacerse con el control de las rutas de tráfico de emigrantes, armas y drogas en la frontera con Panamá.
Tras de la firma del acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos, el 26 de septiembre de 2016, el Estado colombiano ha sido incapaz de llenar los territorios del país donde las FARC eran la ley. Zonas como el Catatumbo, en la frontera con Venezuela; Tumaco, en la frontera con Ecuador, y Darién Chocoano, en la frontera con Panamá, viven hoy una guerra entre grupos ilegales armados por hacerse con el control de las regiones.
Para la Defensoría del Pueblo, "especialmente preocupa la situación del Departamento del Chocó", fronterizo con Panamá, donde han ocurrido entre el 1 de enero a 7 de junio de 2019 acciones de grupos armados que mantienen en confinamiento a 11.349 habitantes de 54 comunidades, especialmente en el área del Darién colombiano.
Pero no son solo grupos armados colombianos los que buscan hacerse con el control de la frontera con Panamá. El 8 de agosto de 2019, el gobernador del Chocó, Jhoany Carlos Alberto Palacios Mosquera, denunció la presencia de carteles mexicanos en los municipios del norte del departamento, en zonas de marcado tráfico de emigrantes, drogas y armas. Esas bandas incluso han reclutado para sus filas a menores de edad.
Palacios Mosquera solicitó al Gobierno central "una intervención rápida, tanto militar como social, para que podamos sacar toda la población adelante".
La denuncia de Palacios Mosquera fue corroborada por el defensor del pueblo de Colombia, Carlos Alfonzo Negret, quien en el marco de la audiencia por la crisis humanitaria en la zona del Pacífico del Darién colombiano alertó a las autoridades sobre la presencia de personas con marcado acento mexicano.
DIARIO DE CUBA pudo hablar con un líder de Juradó, quien pidió la reserva de su identidad por temor a represalias y confirmó lo expresado por el funcionario departamental: "de dos meses para acá, se ha visto una alta presencia de personas con acento mexicano. Por acá la única forma de moverse es por agua. A las bombas de gasolina de las cabeceras municipales han llegado mexicanos en lanchas, compran combustible y se internan en los ríos y caños controlados por ELN. Tenga la seguridad de que no son turistas", dijo.
Juradó es el único municipio del Darién colombiano con costas en el Océano Pacífico.
Al se consultado sobre la presencia del Estado en el territorio, el lugareño expresó su desilusión. "Con la firma de los acuerdos de paz, pensamos que la inversión social llegaría de la mano del Estado, pero más demoraron las FARC en salir que los otros (grupos ilegales) en llegar", dijo.
El Chocó, según el Departamento Nacional de Estadística de Colombia, es el departamento más depauperado del país, con un Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) del 96%, lo que significa que 321.185 personas viven en la pobreza absoluta. Mientras el Estado colombiano otorga un subsidio de 24 dólares a los jóvenes para su permanencia en las escuelas, los grupos armados ilegales ofrecen un salario mensual de 592 dólares.
La guerra es inminente por el control del Darién
A la Gobernación del Chocó le preocupa que en esta región esté cuajando una guerra. Así lo expresó un funcionario quien también pidió mantenerse en el anonimato.
"Por un lado, las alianzas en la región entre el ELN, carteles mexicanos y presumiblemente Caparrapos, y por el otro, entre las Autodefensas Gaitanistas de Colombia o Clan de Golfo y disidencias de las FARC así lo hacen prever", dijo.
"Las disidencias de las FARC ya llegaron al Medio San Juan, en sectores controlados por el Clan del Golfo. Su intención es llegar a Pizarro, también controlado por las AGC, y de ahí subir al Darién para a apoyar la guerra por el control de este territorio", consideró.
Según datos de administración de Muelle de Pasajeros de Turbo, 32.600 emigrantes irregulares se embarcaron con salvoconducto en 2018. Su destino era la frontera con Panamá en el Darién. No todos llegaron. Decenas murieron debido a lo agreste del territorio, otros no soportaron las largas jornadas por la selva inhóspita o fallecieron en crecidas de ríos o en el naufragio de embarcaciones.
Pero muchos murieron también por culpa del accionar de los grupos armados ilegales. Son seres humanos que quedan en el olvido y de los que nadie habla por temor a represalias.
