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Dolarización

Lo que trae el frenesí de la dolarización en Cuba: 50 nuevas tiendas y más desigualdades

Además de 'segmentar mercados, debilitar la política monetaria', la dolarización 'le pone otro candado a las desniveladas reglas de juego de los actores económicos', dice Pedro Monreal.

Madrid
Cajas de cobro del Supermercado de 3ra y 70.
Cajas de cobro del Supermercado de 3ra y 70. Diario de Cuba

Autoridades del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) anunciaron en la Mesa Redonda del miércoles sus planes de "dolarización parcial", cuya justificación vuelve a ser que las divisas recaudadas servirían para aumentar ofertas en moneda nacional, pese a que en la práctica reciente este argumento fracasó estrepitosamente. Al supermercado de 3ra y 70 se sumarán otros 49 establecimientos en todo el país que serán abastecidos por recién creadas sociedades estatales como Mercalhabana SA.

Para el economista Pedro Monreal, "en una nueva vuelta de tuerca a la dolarización en Cuba, el MINCIN se suma vigorosamente al reemplazo del peso cubano por divisas, segmentando mercados, debilitando la política monetaria y favoreciendo desigualdades".

"No se trata solamente de que tradicionales entidades 'recaudadoras de divisas' hayan fortalecido su infraestructura para transacciones internas directamente en divisas (incluyendo efectivo), sino que el MINCIN se lanza a fondo anunciando 50 tiendas dolarizadas", añadió el analista.

"El entusiasmo dolarizador arranca del sesgado reconocimiento de que hay una 'oferta deficiente en moneda nacional', pero sin mencionar que también son deficientes los salarios y pensiones en moneda nacional", advirtió Monreal, quien además cuestionó que "la dolarización no resuelve esos problemas estructurales".

"Afirmar que las divisas recaudadas servirían para aumentar ofertas en moneda nacional a la población es, cuando menos, una idea desacreditada por la práctica reciente, sobre todo cuando se anuncia una considerable inversión en la propia infraestructura comercial", afirmó.

Para Monreal, "es problemática la narrativa oficial de que el comercio mayorista en divisas garantizará insumos para fomentar la producción nacional", pues "el funcionamiento de eslabonamientos requiere otros factores, por ejemplo, suministro estable de energía e incentivos a productores nacionales".

Llama la atención del economista que "se intente vender un círculo virtuoso de recaudación dolarizada —venta de insumos en divisas— fomento de producción, conociéndose el fallo del esquema de la empresa estatal GELMA en sus ventas en divisas a los productores agropecuarios".

El analista dijo que, "en principio, la captación interna de divisas no requiere comercio interno dolarizado. En una economía con unificación monetaria y cambiaria esa función la cumplen los mercados cambiarios (oficial e informal)" e insistió en que "el comercio interno en divisas es una opción, no es una necesidad".

"La expansión del comercio interno dolarizado no parece ser tanto un mecanismo para potenciar la recepción de remesas, sino una vía para redireccionarlas desde el mercado cambiario informal hacia grandes 'holdings' estatales. Habrá que ver cómo funcionaría esa reorientación de las remesas en el anunciado nuevo mecanismo de 'asignación de divisas' y el supuesto 'redimensionado' mercado cambiario", apuntó.

En opinión de Monreal, "la dolarización le pone otro 'candado' a las desniveladas reglas de juego de los 'actores' económicos. No solamente los privados están excluidos del comercio mayorista, sino que el redituable comercio minorista dolarizado es monopolizado por pocos 'holdings' estatales".

"En un marco de creciente control monopolista estatal del comercio interno en divisas, parece campear un cínico discurso oficial que presume de 'flexibilización', 'incentivos para atraer inversionistas extranjeros' y 'precios competitivos' que no queda claro qué pudieran ser", alertó.

En declaraciones a Martí Noticias, el economista Miguel Alejandro Hayes dijo que el nuevo plan del Gobierno busca "recoger dólares de una manera mucho más avanzada".

"(Este proyecto) está diciendo que están saqueando la economía y que, al mismo tiempo, van a dejar con menos capacidades a la empresa estatal cubana y a todo el aparato económico estatal", explicó.

Hayes coincidió en que esta medida agudizará el desabastecimiento en la economía cubana, al tiempo que fortalecerá el circuito que permite al Estado "convertir las remesas en capital de negocio para GAESA", el conglomerado militar, "sin necesidad de pasar por la banca cubana".

Lo que el régimen llama "dolarización parcial" es parte de un "Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía en 2025" que, en opinión de Monreal, se trata de "anhelos y generalizaciones". El economista hizo su reflexión a partir de la publicación de la nota oficial sobre el programa que, con la habitual opacidad de la propaganda, no entró en detalles al respecto.

Monreal consideró que para poder valorar este tipo de programa de Gobierno se necesita información pública sobre un análisis autocrítico, objetivos cuantificados, plazos, indicadores de seguimiento y de evaluación, y recursos para su implementación.

El experto echó en falta una valoración de las "distorsiones" no resueltas por el fracaso del "ordenamiento", el ambicioso programa anterior del régimen que buscaba enmendar una economía en crisis total.

"El anunciado 'Programa de Gobierno' actual parece haberse olvidado de la gran promesa del ordenamiento acerca de generar importantes beneficios para todos los cubanos", lamentó.

"En Cuba hay empobrecimiento masivo y alta desigualdad, pero no se miden oficialmente para camuflar esa realidad. Sin embargo, hay un indicador (remuneración de trabajadores como porciento del PIB) que exhibe una brutal compresión de ingresos, rivalizando con ajustes neoliberales", denunció el economista.

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