¿Puede GAESA frotarse las manos con la suspensión de las sanciones de EEUU a sus empresas?

Además de la exclusión de Cuba de la relación de estados que patrocinan el terrorismo, la Administración de Joe Biden aprobó la suspensión del Título III de la Ley Helms-Burton y la eliminación de la lista de empresas cubanas con las que los ciudadanos e instituciones estadounidenses tienen prohibido realizar transacciones financieras.

Esto último, que favorece a La Habana, al revertir sanciones adoptadas por la Administración de Donald Trump para castigar a la red de empresas vinculadas a los militares cubanos, y que son en general parte del conglomerado empresarial de GAESA, ¿significa que el aparato represivo de la Isla puede frotarse las manos?

DIARIO DE CUBA conversó al respecto con los economistas cubanos Rafaela Cruz y Emilio Morales para saber su parecer en torno a la ventana de oportunidad que se habría abierto para que La Habana alimente sus arcas.

"El efecto del levantamiento de sanciones por parte de Joe Biden al castrismo será muy limitado, si acaso hay alguno", asegura Cruz. "Para GAESA, como gran monopolio de los negocios que en Cuba aun dejan algo de rentabilidad, es una oportunidad para mover algún capital escondido que por ahí tengan, utilizando una parte del sistema financiero internacional a la que hasta el momento no tenían acceso; podrán quizás concluir algún negocio, cerrar algún trato, pagar o cobrar cuentas pendientes, pero no mucho más que eso".

Para la economista, hay un tramo de tiempo muy corto para que lo anterior surta efecto, teniendo en cuenta que el lunes 20 de enero se producirá el cambio de mando en la Casa Blanca y el ejecutor de la severa política de sanciones contra La Habana recién suspendida regrese a la Oficina Oval.

"A nadie se le escapa que la Administración entrante no comparte el 'cariño' que los demócratas le propician al castrismo de vez en cuando y, por lo tanto, son muy altas las probabilidades de que eventualmente estas sanciones regresen, incluso endurecidas. No importa si se calcula que las sanciones serán impuestas inmediatamente o a medio o largo plazo; en cualquier caso, la sola perspectiva de que esas sanciones regresarán impide que GAESA pueda negociar a largo plazo, o cerrar tratos de inversión importantes", señala.

Del mismo modo, Emilio Morales, presidente y director ejecutivo de la firma de consultoría con sede en Miami Havana Consulting Group, especializada en inteligencia de mercado y estrategia para empresas interesadas en el mercado cubano, cree que es aventurado cantar victoria.

"No va a pasar absolutamente nada. Marco Rubio dejó bien claro lo que va a pasar", indica, en referencia a la declaración del senador cubanoamericano, nominado para el cargo de secretario de Estado de la nueva Administración, quien admitió que el nuevo Gobierno no estará atado a las decisiones de Biden.

"Esa patada de ahogado de último minuto muestra el desespero del régimen y la complicidad o mediocridad de la Administración Biden", advierte.

Cruz considera que, con las decisiones de la Casa Blanca, "el beneficio inmediato para el régimen es político. Por un lado, la actitud de Biden parecería demostrar que Cuba no es en realidad una amenaza para Estados Unidos y, por tanto, las sanciones son injustas y desmedidas, lo que calza el discurso internacional del régimen. Por otro lado, cuando se reinstauren la sanciones, los decibelios del victimismo subirán exponencialmente, lo que le servirá al régimen para, culpando a Estados Unidos, mantener el inmovilismo político al interior".

"Más allá de eso, el beneficio económico será minúsculo, porque los dineros no se mueven en base a las condiciones inmediatas, sino a las expectativas, y las expectativas sobre Cuba siguen siendo funestas, ya sea porque la nueva Administración pueda reanudar las sanciones; como por un sistema que hasta desde el bando de los aliados, Rusia y China, se han cansado de decirles que es incapaz de sostener una economía moderna; como por la experiencia acumulada de casi 40 años de inversión extranjera en Cuba, donde casi nadie ha hecho dinero realmente y, aunque lo haya hecho, ha sido a puro dolor. Sencillamente, hay alternativas mejores que Cuba para invertir", subraya.

Para Morales, la presunta victoria de La Habana no es más que otra manifestación de su situación crítica: "Al régimen le queda poco. Todo es cuestión de tiempo. Ellos dejaron pasar todas las oportunidades para reinventarse y no lo hicieron. Es tarde, están en cuenta regresiva".