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Resumen 2024

Fin de la luna de miel con las MIPYMES e intervención del mercado de divisas: la economía de Cuba en 2025

DIARIO DE CUBA conversa con la economista Rafaela Cruz, quien ve una lógica cristalina en los aparentes bandazos de la política económica del régimen.

Madrid
Un cubano sentado a la entrada de un comercio cerrado.
Un cubano sentado a la entrada de un comercio cerrado. DIARIO DE CUBA

A fines de 2023, cuando el régimen cubano anticipó la inminente aplicación de un paquetazo económico que vendría a solucionar los problemas que la "Tarea Ordenamiento", el severo ajuste aplicado en 2021, no había resuelto, parecía que 2024 sería un año de anuncios de recortes.

Y así fue, al menos en los primeros cuatro meses: aparte de aplicar la medida estrella del paquetazo, que consistió en la subida del precio de la gasolina y los combustibles, así como la dolarización parcial de su venta, sobrevino la subida de precios de productos y servicios. Todo lo anterior hizo dispararse la ya desbocada inflación, con dólar y euro registrando subidas históricas todas las semanas. 

Hasta que llegó el verano y la atención del régimen cubano pareció dirigirse de manera más enfática hacia uno de los objetivos de su plan de ajuste: las MIPYMES. Tras ofrecer a partir de 2021 al "sector no estatal de la economía" como una señal de apertura, tratando de disimular que la autorización de tales negocios fue consecuencia del hartazgo de la sociedad civil expresado el 11J, cuando las autoridades vieron que justo ese sector comenzaba a amasar dinero se afilaron los colmillos.

Los pasados meses pueden resumirse como sigue: Cuba pasó de la inflación a la estanflación (inflación más estancamiento económico); el dinero efectivo escaseó aún más, como parte de una política planificada para contener el incremento de la circulación, pero también para limitar aún más el consumo de los hogares. Todo ello, redundando en precariedad generalizada.

Súmesele a ello la consumación de la toma de control de las MIPYMES. La eliminación reciente del comercio mayorista privado que, pese a vender a precios prohibitivos, se había convertido en una de las pocas fuentes de productos de primera necesidad para los cubanos de la Isla, fue el tiro de gracia a ese aliviadero del hambre.

¿A qué responde esta aparente espiral de locura política, de torcer la economía aún más para obedecer a un ideal político fracasado?

DIARIO DE CUBA conversó con la economista Rafaela Cruz, quien desde nuestras páginas ha seguido la pista a los aparentes bandazos de la política económica de La Habana. Aparentes porque, desde su perspectiva, responden a un objetivo cristalino.

"Si algo destaca en la política económica castrista es su cruel inflexibilidad. Aun bajo circunstancias que pueden describirse como desesperadas, aun cuando el sufrimiento de la población es extremo, y aun cuando se sabe que la cura para tales desgracias está en cambiar el modelo socialista al que se aferran como método de control político, el castrismo no se sale un ápice de su línea económica y, cuando parece que lo está haciendo, que está dando pasos hacia el mercado, es solo un amago para solucionar una crisis puntual, jamás un cambio en la raíz de un modelo fracasado para un pueblo destruido, pero muy exitoso para esa elite que cómodamente sigue saqueando al país", señala la experta.

"La consolidación del flirteo del castrismo con el sector privado durante el 2024 es la tendencia dominante en este año. Desde finales de 2023, el primer ministro advirtió que iban a reordenar el sector privado, y es lo que han estado haciendo, estructurándolo no para que sea más eficiente, no para que bajen los precios, no para que satisfaga más necesidades del pueblo, sino para que sirva mejor como otra aspiradora de dólares, lo que finalmente han conseguido, o eso esperan. Veremos cómo reaccionan los empresarios privados a la Resolución 56 y el de facto final del comercio mayorista y el comercio exterior privado", apunta.

En lo que se refiere a la aparente contención de la espiral inflacionaria, que ha congelado en los pasados meses a dólar y euro sobre los 300 pesos en el mercado informal, Cruz tiene una opinión definitiva.

"La inflación no se ha contenido, se ha transformado. Ahora no se expresa en precios mayores, porque al haber menos cantidad de dinero circulante, es matemáticamente imposible que los precios sigan en ascenso mientras se mantenga la oferta estable", señala.

"Veremos, en un 2025 marcado por la Resolución 56, qué pasará con la oferta. La inflación se ha trasladado a mayores colas para obtener dinero efectivo, que es el que de verdad sirve para consumir; se ha trasladado a gastos financieros en el diferencial entre el dinero efectivo y el bancario; se ha transformado, en ultima instancia, en una miseria creciente al interior de los hogares que, aun con precios más estables, pueden consumir cada vez menos, pues el instrumento monetario es escaso y se concentra en los empresarios privados o el propio Estado".

Ante semejante panorama, Cruz se aventura a vaticinar qué situación tendrán que encarar los cubanos en el año por empezar.

"Mi apuesta personal es que prefieren exterminar hasta el último cubano en la Isla, obligándolos a emigrar o asesinándolos en vida, volviéndolos ancianos deprimentes y menores cada vez menos instruidos y educados, antes que entregar el poder, que en su mente (y en eso tienen razón) equivale a cambiar el modelo económico", enfatiza.

"Solo me aventuro a pronosticar dos cosas. Primero, que habrá más políticas concretas para, paradójicamente, seguir estatalizando al sector privado; no eliminarlo, sino instrumentalizarlo para que sirva al régimen y no al pueblo".

"Segundo, pueden esperarse cambios en el mercado cambiario, pues ya han llegado al límite de la devaluación de la moneda vía emisión monetaria y, dada la necesidad que tiene el castrismo de un peso débil, pueden hacer una devaluación oficial contra el dólar, pasando de los actuales 120 a los que el mercado negro esté marcando en ese instante, lo que forzará al mercado negro a degradar aun más al peso", finaliza.

Durante la reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el primer ministro Manuel Marrero confirmó ambos vaticinios. En concreto, sobre el segundo, advirtió que en 2025 el régimen intervendrá el mercado informal de divisas, estableciendo una nueva tasa de cambio para dólar y euro. Otra vez, ello beneficiará al Gobierno en primera instancia, pero no a la mayoría de cubanos que hace malabares para sobrevivir.

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