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De Weyler a Castro, reconcentración y hambre en Cuba

Aunque positiva, una tardía medida del Gobierno para la agricultura aplaza nuevamente la solución de los problemas fundamentales que multiplican el hambre en la Isla.

La Habana
Un campesino cubano.
Un campesino cubano. Diario de Cuba

Para la ONU, Seguridad Alimentaria es "acceso físico y económico a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para satisfacer las necesidades de una vida activa y saludable". Estudios de esa organización estiman que, para alcanzar y sostener tal seguridad, se requieren entre 0,1 y 0,6 hectáreas agrícolas por habitante. Cuando la tecnología permite explotaciones intensivas, el 0,1 es suficiente; el 0,6 es indispensable cuando la carencia de capital obliga a técnicas extensivas tradicionales.

Cuba tiene 0,8 hectáreas agrícolas para cada uno de sus 8,5 millones de habitantes —estimación poblacional actualizada—, una cantidad más que suficiente para que, incluso en condiciones de carencia tecnológica, recurriéndose a técnicas tradicionales, se lograse una seguridad alimentaria que sin embargo no existe.

Lo anterior es importante porque implica que, aun en ausencia de fertilizantes, plaguicidas e incluso combustibles importados para la mecanización, la tierra cultivable cubana es suficiente para proveer a la población aplicando meras técnicas de labranza milenarias. Probablemente no alcanzaría esa producción para exportar o sostener una industria azucarera gigantesca, pero al menos la población no pasaría hambre ni los alimentos serían tan caros, ya que una dieta suficiente en cantidad y calidad está al alcance de las condiciones físicas de país.

Claramente, no solo la cantidad de tierra determina los rendimientos agrícolas, pero es un factor clave que Cuba tiene de sobra, junto a su clima tropical amigable con la agricultura y agua suficiente si se recanaliza correctamente, además de que en su momento hubo una amplísima cabaña de animales de tiro.

En todo caso, las estimaciones de la ONU indican que, aunque al país no entrase ni un gramo de insumos extranjeros —que sí entran— y aunque eso fuera culpa del embargo estadounidense —que no lo es—, nada de ello explicaría la quiebra absoluta de la agricultura nacional. El problema es interno.

Que la libra de cebolla cueste medio salario mínimo, que un mes de trabajo de un cirujano pueda pagarse con 10 cabezas de ajo y que sea más fácil comer brontosaurio que cerdo, no es culpa del embargo, sino del bloqueo, el del PCC al pueblo.

Bloqueo es que tras dos leyes de reforma agraria para supuestamente dar la tierra a quien la trabaja, el 80% de esa tierra sea del Gobierno, esté administrada por empresas estatales normalmente ineficientes, o rentada a pequeños agricultores, habitualmente gente pobre sin recursos y muchas veces sin experiencia para explotar correctamente las parcelas, lo que ha generado una subutilización crónica del suelo cubano.

65 años de fracaso acumulado y, aún hoy, cuando alguien accede a área cultivable, el Gobierno mediante una de sus Delegaciones Municipales de Agricultura le dice lo que debe sembrar, algo conocido como "objeto social" de la tierra que se dictamina según las prioridades estatales, no las del campesino o las demandas del mercado.

Si luego de sembrar y fracasar la experiencia demuestra que el "objeto social" es inadecuado, el arrendador de la tierra debe tramitar un expediente en la Delegación Municipal de Agricultura para que una comisión eventualmente apruebe o no el cambio de "objeto social", y en vez de yuca el campesino pueda sembrar mango.

Además de lo que puede o no sembrar, el contrato de arrendamiento de la parcela especifica a quién puede vendérsele la producción y a que precio, lo que se aleja de cualquier incentivo económico. ¿Habrá herbicida más potente que el socialismo en acción?

Por supuesto, lejos de encarar el problema desmontando el armatoste burocrático que asfixia la agricultura, el Gobierno se va por las ramas y, para "estimular la producción nacional, con énfasis en la producción de alimentos", acaba de exonerar del "pago de aranceles a la importación de algunos productos como fertilizantes, piensos, medicamentos veterinarios y plaguicidas".

La primera reacción a tal noticia debería ser: ¿ahora?

Las cosechas, excepto las viandas, que comenzaron luego, están declinando desde 2015, llegándose a niveles de productividad solo comparables a los de los anatabeyes. Han tardado prácticamente diez años y llevado a la población a sobrevivir casi de alimentos importados que apenas cubren la ingesta calórica diaria —pues existe un déficit de más de 200 calorías/días por habitante— para decidir dejar de cobrar impuestos a insumos básicos a la agricultura.

Aun después de tantos sufrimientos, los niveles de criminalidad del castrismo no dejan de sorprender.

Esta cruelmente tardía exoneración arancelaria facilitará que lleguen más productos a las sucias tarimas de los antihigiénico agromercados cubanos, pero ni de lejos solucionará el problema, ni a largo plazo incidirá en los precios, pues la demanda seguirá siendo muy superior a la oferta. Esto no va a matar el hambre.

Quienes sí se beneficiarán serán aquellos campesinos que han podido acumular capital y podrán importar insumos, una nueva élite terrateniente muy diferenciada de los miles de pequeños agricultores descapitalizados, que desde sus huertos de mero autoconsumo se verán caer más abajo en la escala social de una Revolución que nos igualaría y traería justicia al campo, pero allí solo ha llevado marabú y desolación.

Sin las remesas que pagan los alimentos importados, el país caería directamente en una hambruna comparable a la que sufrieron los reconcentrados del asesino Weyler, a eso nos ha llevado esta Revolución que todavía tantos, aun con hambre, defienden.

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6 comentarios

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No entiendo,mis abuelos paternos,llegaron a sembrar frijoles al lado de la línea de tren y sacaban más producto que una cooperativa agropecuaria.No usaban fertilizantes, plaguicidas ni un carajo.El " Cenizas" con sus estúpidas " Leyes de Reforma Agraria" en vez de fomentar la alimentación del pueblo ,lo que produjo fue hambre.Lo mismo con la " Ley de Reforma Urbana.Conclusión: todo lo que tocan se vuelve m......

Profile picture for user Plutarco Cuero

Deberían tratar de buscar el gen de las vacas que las provee con 5 estómagos y pasárselo a los cubanos. Si algo no falta en Cuba es la hierba. Invertir seriamente en la Moringa que es más digerible también sería factible.

Profile picture for user Pedro Benitez

“Sin las remesas que pagan los alimentos importados, el país caería directamente en una hambruna”

Los dólares para importar alimentos ahora son menos, y la demanda por comida 🥗se incrementa. La desesperación por calorías puede comenzar a poner presión en el liderazgo municipal. ¿Está lista la revolución con planes de contingencia para los gobiernos municipales?

Wayler fue un asesino pero el HP no era Cubano, sino Mallorquin, sin embargo los Castristas también decendientes de españoles son más asesinos e Hijos de Puta que el Español porque por más de 65 años han venido aplicando todo tipo de terror de estado contra su pueblo

De nuevo nuestra económica insigne ha pasado a la dictadura por la trituradora.

Ariles del Balajú jarocho:

Ariles y más ariles
Ariles de aquel que fue
A darle agua a su caballo
Y se le murió de sed.
Este verso jarocho resume el tema la economía cubana en manos de los administradores de miseria Castrofascistas
Ministra :
"Agrícolamente" hablando el marabú jamás producirá guanábana.
dicho muy sabio del agricultor romano
Marco Piorreo .

Muy acertado su discurso agriculturoso, para decirlo en el Senado romano si hubiese libertad de expresión y Elección.. y UD por añadidura fuese una especie Margaret Thatcher pero nacida en Cuba.