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Opinión

Más agua para la sopa que le sirven a los cubanos

En un giro inesperado, el Gobierno anunció en diciembre aumentos salariales para la Salud y la Educación. ¿Mejoraron la economía y las cuentas del Estado? ¿Está controlada la inflación? Todo lo contrario. Aquí la explicación de esta maniobra.

La Habana
Sede del Partido Comunista en La Habana Vieja.
Sede del Partido Comunista en La Habana Vieja. Diario de Cuba

Es ofensivo que el grupito que vía inflación están destrozando el poder adquisitivo de los cubanos lleve años asegurando no poder mejorar salarios y pensiones porque eso sería inflacionario. Y sin embargo, sin que les tiemble la mano, son capaces de aumentar el déficit fiscal de 2023 un 44% por encima de lo planificado, con tal de mantener el máximo control estatal sobre los recursos de la nación.

Ha dicho el ministro de Economía, Alejandro Gil, que "incrementar salarios llevaría a más inflación" y "sería una medida populista", como si la inflación fuese "populista" solo cuando sirve al pueblo, pero buena y socialista cuando sirve al Estado, es decir, a ellos.

Mientras, Díaz-Canel asegura —como si de economía algo entendiese— que "hay quienes piden que se suban los salarios, pero hacerlo sin incrementar la oferta es contraproducente porque destruiría en poco tiempo la nueva capacidad de compra…" y termina la frase acomodándose satisfecho en el mismo butacón desde donde ha visto cómo, durante su periodo como mayoral, la Isla ha perdido más del 80% del poder adquisitivo y cerca de un millón de habitantes.

Sin embargo, mienten, mienten como a nadie le sorprende que mientan, pues es falso que aumentar salarios y pensiones sea necesariamente inflacionario. No lo es si ese aumento se equilibra reduciendo otros expendios estatales, o provocando un aumento igual o mayor del producto del país.

Y es que la relación entre salarios e inflación no es directa, sino mediada por el equilibrio de las cuentas estatales y la productividad. Lo que pasa es que bajo el socialismo las cuentas del Estado no suelen cuadrar y la productividad decrece porque el sistema no funciona, al menos no para el pueblo, porque para que Sandro Castro se compre otro Mercedes y Mariela se mude a una nueva mansión donde recibir a Lis Cuesta con su cartera de 6.000 dólares, sí que el socialismo es una maravilla.

Lo extraño es que, aunque Díaz-Canel volvió a mostrarse contrario a subir salarios y pensiones apenas en octubre, en un giro inesperado de los acontecimientos este diciembre ha anunciado un incremento salarial para los sectores de la Salud y la Educación valorado en 25.000 millones de pesos. ¿Será que cambió algo para bien en la economía? ¿Será que las cuentas del Estado están saneándose? ¿Será que la inflación está controlada?

Todo lo contrario, y no, no es exageración, es realmente todo lo contrario. Decidieron subir algunos salarios —¡pensionistas y jubilados que sigan muriéndose de hambre!— cuando la inflación está a punto de dar un salto y las cuentas públicas alcanzan su nivel más crítico.

El ajuste que tuvieron que reconocer en diciembre pasado significó inyectar 30.000 millones por encima de los miles de millones de pesos inorgánicos que ya habían planificado introducir durante 2023. Y bueno, podría pensarse, quizás eso les haya hecho más responsables para 2024… pues no.

Para 2024 decidieron ponerse generosos —con el dinero ajeno claro, son socialistas— y aumentaron gastos en asuntos tan "urgentes" como el Ministerio de Cultura y el INDER, con lo que sí, exacto, pagarán más salarios sin equilibrar otros gastos aumentando el déficit fiscal hasta un inaudito 18%, el mayor del mundo después de Ucrania.

Si el déficit fiscal de 2023 fue desastroso, el de 2024 es el manotazo de un ahogado que en su desesperación está listo para llevarse al fondo a cualquiera que pueda agarrar. Del castrismo hay que huir… o terminar de ahogarlo antes de que nos asfixie a todos.
 
Para rematar, y como si de una broma cruel se tratara, en la misma sesión de la Asamblea Nacional donde anunciaron el aumento salarial para Salud y Educación, anunciaron también que iban a subir los precios de un grupo de bienes que por su naturaleza ya están impulsando al alza el nivel general de precios de la economía.

Para simplificar lo sucedido pongámoslo así: subieron algunos salarios provocando un déficit estatal récord —exceptuando el año del Covid— a la misma vez que por decreto aumentaron los precios, no de algunos, sino de todos los bienes y servicios. ¡Son unos genios!

Con el descaro y la malicia que engalana a todo cuadro destacado del Partido Comunista, engañaron a quienes dijeron que le subirían los salarios, mientras hacen que el resto de explotados trabajadores y todos los miserables pensionados paguen de su bolsillo esa mentira del Gobierno. Le van a echar agua a la sopa, para dar menos sopa y cobrarla más caro.

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3 comentarios

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En Cuba solo existen dos clases sociales independientes de profesiones:
Los que reciben remesas.
Los que no.
Nosotros, exiliados, compramos el carro de Sandro, la mansión de Mariela. La gasolina cara, la luz, la comida, los teléfonos y el resto.
Nunca antes tuvimos tanto poder en las manos.
Solo resta cortar los envíos al máximo y esperar. Solo eso.

Aeh aeh !! Ahí viene Díaz Canel dando gofio pa' la sed!!! El Castrofascismo nunca ha creído, que las leyes económicas actúan en independencia de que se reconozca o no su existencia. Y lo peor no es eso, lo peor es seguir haciendo la misma estupidez, con la pretension de obtener un resultado diferente.

El aumento del salario de algunos de los trabajadores de la salud y educación, responde a la fuga considerable de profesionales de esos sectores que eran la vitrina de la revolución, pero con el aumento de precios ya anunciado de productos y servicios básicos recogerán ese excedente de dinero, dejando a los trabajadores beneficiados con dicho aumento con igual poder adquisitivo en el mejor de los casos y hundiendo más en la miseria al resto de la población.