El discurso del primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, refiriendo un supuesto programa de estabilización macroeconómica —algo urgente dada la inflación que sufre el país— mostró a un Gobierno no solo inepto, sino perdido en cuanto a macroeconomía.
Carece de sentido y es poco profesional presentar como plan de estabilización macroeconómica medidas que lo que están es encaminadas a aumentar la producción de bienes y servicios, captar inversión extranjera, acelerar el comercio electrónico o aumentar el alcance de las energías renovables.
Pero más que desconocimiento, detrás de esta perorata confusa ante la Asamblea Nacional lo que hay es abuso del desconocimiento económico del pueblo cubano —incluyendo a los diputados presentes— para, una vez más, poniendo el acento en la producción, culpabilizar a los gobernados por una situación creada por los gobernantes.
No es aumentando la producción como se estabiliza macroeconómicamente un país, al contrario, debe corregirse primero la inestabilidad financiera, la incertidumbre cambiaria y la volatilidad de los precios para luego poder aumentar la producción.
Mercado cambiario
Debió enfatizar Marrero la importancia de implementar mecanismos para que el tipo de cambio reflejase el valor de las monedas y, junto a la política monetaria y fiscal, amortiguara shocks externos e internos.
Pero por no querer liberar el valor del peso —algo entendible desde su perspectiva totalitaria, pues sin moneda controlada no hay economía planificada— cometen nuevamente el error de anclarse a un tipo de cambio que, debido a la fluidez del precio de las monedas, nace necesariamente muerto.
Es a ese modelo desfasado a lo que apunta el anunciado "grupo de trabajo, con protagonismo del Banco Nacional de Cuba, que ha avanzado en propuestas que se analizarán en el transcurso de 2024 para determinar cuál es la tasa de cambio que debe tener el peso cubano".
El mercado cambiario no necesita un tipo de cambio "actualizado", sino mecanismos flexibles y semiautomáticos con intervenciones puntuales del Banco Nacional en los picos.
Política monetaria
Otro punto neurálgico en un proceso de estabilización macroeconómica es la política monetaria, específicamente, definir el algoritmo para encender y apagar la impresora de dinero y especificar los objetivos del Banco Nacional. ¿Este va a priorizar o no la estabilidad de precios sobre el empleo y el crecimiento económico?
Sin mencionar nada de eso, de lo que sí habló Marrero fue de "implementar el nuevo mecanismo para la asignación y gestión de la liquidez para todos los actores económicos", es decir, habrá menos economía y más política en la asignación de los recursos del país, justamente lo que menos se necesita.
Política fiscal
Si sobre algo debe pivotar la estabilización macroeconómica es sobre el ajuste de los gastos e ingresos gubernamentales, que también deberían sujetarse a mecanismos semiautomáticos de control y restricción presupuestaria de los que, por supuesto, nada se dijo.
Sobre este crucial tema, Marrero afirmó que "es preciso identificar todas las reservas para la captación de nuevas fuentes de ingresos y avanzar en la reducción de los gastos del presupuesto del Estado".
De cómo recortarán el gasto estatal poco dijo, limitándose a una breve referencia a que "cada municipio que proyecte déficit presupuestario debe aprobar adicionalmente un plan de acciones dirigido a incrementar los ingresos y disminuir los gastos en las actividades administrativas y otros que no afecten a la población".
Parece que Gobierno central tiene un plan mínimo para reducir los gastos de los gobiernos municipales —sin afectar a la población—, pero ni idea de cómo reducir los gastos del propio Gobierno central, que son los que por su monto definen realmente el déficit presupuestario.
A nivel central podrían, por ejemplo, reducir el gasto militar y de los órganos de represión, recortar la cantidad y calidad de las embajadas y representaciones diplomáticas de Cuba en el extranjero, eliminar los gastos de propaganda política, minimizar el Ministerio de Cultura y el INDER, mover fondos actualmente mal invertidos en hoteles hacia salud y educación, privatizar gran parte de la ineficiente economía estatal y, muy importante, eliminar las prebendas que diferencian del resto del pueblo, a niveles obscenos, el nivel de vida de los altos funcionarios políticos y militares.
Ni pio sobre esos recortes que verdaderamente podrían hacerse sin que "afecten a la población", pero como el hilo rompe por el extremo más débil, sí se anunció que recortarán "gastos administrativos y plantillas que no son estrictamente necesarias".
Tan preocupados están por no afectar a la población que van a reducir el número de limpia pisos, archivadores y ascensoristas, pero se mantendrá la misma cantidad de cuadros del PCC, CTC, UJC, FMC, ANAP, CDR, OPJM y otras siglas revolucionarias.
Y aunque casi nada se dijo de recortar gastos —eso de quitarle protagonismo al Estado no le gusta a los socialistas—, en lo que sí se explayó el premier es en todo lo que la población, esa que no debe ser afectada, va a tener que pagar de más en 2024: agua, electricidad, combustibles, gas licuado, transporte público, productos de la bodega, cigarros, tabacos y tasas por compraventa de viviendas, todo más caro cortesía del castrismo. Además, las autoridades van a "revaluar las exoneraciones fiscales" y a "avanzar en el perfeccionamiento de la gestión de la Administración Tributaria", para así, muy preocupadamente, exprimirle hasta el último quilito al ciudadano.
Conclusiones
Por ningún lado de la diatriba del primer ministro de la República se encuentra ese "cambio esencial en materia de gestión macroeconómica" que supuestamente están haciendo. Lo que ha descrito Marrero no es más que el mismo estado centralizado actual, donde un gobierno todopoderoso dirige la economía desde oficinas climatizadas a golpe de decretos alejados de la realidad económica. En esencia, lo que podemos esperar es que nos sigan sacando cada vez más para darnos cada vez menos… sin novedad en el frente.
Lo único estable en Cuba es la corrupción infinita del Partido de Cuatreros Cubanos ...
Para que haya corrupción debe haber trabajo.
En Cuba no hay trabajo por lo que esa supuesta "corrupción" no es más que delincuencia y terrorismo de estado.
Imagino que ya estén trabajando en un nuevo plan B por si acaso estos "nuevos ajustes" fracasan y las elecciones de USA la ganan los republicanos. Este plan de reserva pudiera ser el adoptar la política aplicada por Pol Pot en la Kampuchea de los setenta del siglo pasado mezclada con otras medidas iraníes y norcoreanas.
De todos modos intentan hacer lo que se debe hacer en una economía en crisis: AJUSTES.
Lo hipócrita radica en los eufemismos (Ordenamiento o Estabilización) y en el hecho de criticar a aquellos que hacen lo mismo porque, como la Argentina de Milei, se enfrentan a situaciones similares. El destrozo que hizo el kirchnerismo en Argentina es el mismo que hizo el socialismo aquí.
Las soluciones son las mismas: menos estado y más mercado.
Su monopolio comunicacional inunda al pueblo con la idea que los "paquetazos " son cosas del brutal capitalismo y lo de ellos no es "para afectar al pueblo, sino para más revolución y socialismo".
El mercado tiene leyes que no se pueden violar ni cambiar con resoluciones y decretos, el precio del dólar no lo pone “El Toque “ni los que se dedican a cambiar, es el mercado y la ley de oferta y demanda, no les funcionó el cambio a 24 ni el cambio a 120 , tampoco funcionará el número que se les ocurra o se saquen de abajo de la manga . Siguen experimentando si al final sus errores los paga el pueblo y ni derecho a protestar tiene.
Título :
Diatriba para lo imposible contra un pueblo cautivo.