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Opinión

Milei vs Díaz-Canel: paquetazo liberal contra paquetazo socialista

El desaguisado argentino lo intentará enmendar un Gobierno democráticamente electo. El desastre cubano pretende componerlo el mismo que lo creó y sigue generando problemas cada vez peores.

La Habana
Javier Milei y Miguel Díaz-Canel.
Javier Milei y Miguel Díaz-Canel. EFE

Está de moda contrastar lo que está aconteciendo en Argentina y Cuba, centrando la crítica en la hipocresía del castrismo que, tras décadas culpando al neoliberalismo de todo mal, parece ahora hacer lo mismo, incluso de manera más extrema.

Sin embargo, esa crítica es incorrecta y peligrosa pues, posiblemente sin quererlo, asume la propaganda del Foro de Sao Paulo dando por sentado, a priori, que los ajustes neoliberales son negativos, cuando en realidad estos están correctamente diseñados como líneas generales para acometer transformaciones económicas globales y profundas, acompañadas por instituciones multilaterales de crédito.

El neoliberalismo sí ha funcionado allí donde la corrupción, el nepotismo y el mercado intervenido no han sido preeminentes, más si ha tenido tiempo para florecer antes de que la llegada de otro Gobierno "progresista" destruya lo avanzado, implantando políticas eufemísticamente llamadas sociales. La ola liberal de los 90 —lo de "neo" carece de sentido— fracasó en la América Hispana por problemas de mala implementación —causas políticas e históricas— no por fallos del concepto económico liberal.

Al contrario que el socialismo, que no puede exhibir un solo ejemplo exitoso —por lo que puede afirmarse que su teoría y praxis son pura bazofia—, el liberalismo, bien implementado, ha funcionado en Chile, Botsuana, países bálticos o del sureste asiático, por solo mentar algunos de muchos ejemplos de éxito transcultural. Demuestran la potencia de estas recetas económicas que, naturalmente, no pueden aplicarse todas en todas partes ni del mismo modo, pero cuya teoría de fondo está sólidamente comprobada.

En realidad, la única verdadera semejanza entre lo que está sucediendo en Cuba y Argentina es que ambos gobiernos han anunciado ajustes económicos drásticos en medio de una crisis profunda que avizora, en ambas naciones, catástrofes humanitarias. Pero mientras desde la Casa Rosada anuncian un paquetazo liberal centrado en el ciudadano, desde el Palacio de la Revolución defienden un paquetazo socialista centrado en el Estado.

Aparte de la coincidencia temporal, es muy distinto lo que sucede en el país austral y lo que están haciendo en la Isla. Para comenzar, el desaguisado argentino lo va a intentar enmendar un Gobierno nuevo, democráticamente electo, cuyas propuestas originales y extremas han sido convalidadas por el voto popular. Milei está haciendo como presidente lo que como candidato dijo que haría. Triunfe o fracase, su paquetazo está refrendado por los argentinos.

El desastre cubano, sin embargo, pretende componerlo el mismo Gobierno que lo creó y que, tras 65 años "solucionando" problemas, en vez de haber menos hay cada vez más y peores.

Mientras los argentinos eligieron consciente e informadamente intentar algo distinto, dando un cambio súbito a la conducción económica del país, los cubanos, calladitos, como si no fuera con ellos, observan y tragan —aire, comida cada vez menos—, mientras sus gobernantes no electos dicen que arreglarán al país, profundizando en aquello que lo destruyó: más socialismo.

El liberalismo entiende que el sistema capitalista de libre mercado correctamente regulado es la manera de coordinación social más eficiente y respetuosa con la naturaleza humana, pues condiciona la satisfacción de los intereses personales a la satisfacción previa de los intereses ajenos —hay que dar para recibir—, de ahí que cada persona sea respetada como sujeto de derecho.

Por su parte, el socialismo concibe al individuo no como sujeto, sino como objeto sacrificable, una parte prescindible de la masa social que es teóricamente sujeta de derecho, aunque de facto solo el partido, la vanguardia iluminada, es quien tiene capacidad de decisión.

Desde esa diferente concepción antropológica emana la mayor diferencia entre lo que postulan Milei y Díaz-Canel. Mientras aquel pretende salvar la Argentina dándole recursos al ciudadano, que es lo mismo que darle poder porque confía en la capacidad del individuo para ser libre a la vez que responsable —concepción liberal de libertad negativa—, en La Habana no pretenden salvar a Cuba, sino al Estado —a ellos mismos— como encarnación de la sociedad, para lo que necesitan quitarle aún más recursos al ciudadano, es decir, quitarle más poder para concentrarlo en el Gobierno.

Por ello, aunque los ministros de Economía de ambos regímenes diagnosticaron correctamente el déficit fiscal (mayor gasto que ingreso estatal) como su principal problema inmediato o, más específicamente, la monetización aparejada a este causada por el inacceso al crédito, las soluciones propuestas son diametralmente opuestas.

Los argentinos optaron por centrarse en la reducción del gasto estatal liberando recursos hacia la sociedad, dándole capacidad y oportunidad a las personas de administrar aquello que ellas misma producen.

Por su parte, el castrismo se ha centrado en aumentar los ingresos del Estado abusando del monopolio que tiene sobre productos de primera necesidad, aumentando precios sin importarle la inflación que eso provocará.

Milei fue electo a la primera magistratura para devolver poder y recursos al ciudadano, por ello centra su crítica en la casta gobernante argentina, aunque con ella necesariamente deba aliarse para gobernar, pues constreñir los principios a la realidad es precisamente la definición de política.

A Díaz-Canel lo pusieron en la primera magistratura para mantener el poder inamovible, por ello sus críticas son al pueblo por producir poco, no ahorrar suficiente, trabajar mal, malgastar, desfalcar, poner precios abusivos, no resistir más creativamente. En definitiva, parece que el castrismo no logra el paraíso que lleva 65 años prometiendo porque el pueblo no se sacrifica lo suficiente.

El paquetazo liberal de Milei puede fallar, no lo sabemos, de hecho es muy probable que no pueda en tan poco tiempo conseguir aquello que se propone y, lamentablemente, hay muchas posibilidades de que los argentinos no resistan las vacas flacas que se les avecinan —como resaca después de 20 años de borrachera Kirchnerista— sin recaer en su vicio monetarista, y apoyen en cuanto puedan a algún demagogo que les prometa que su cirrosis hepática se mejora con más alcohol de impresión monetaria y subsidios.

Pero lo que sí es seguro es que el paquetazo socialista de Díaz-Canel —administrador del negocio del muy comunista Raúl Castro— va a provocar más pobreza y alejará al país de la imprescindible corrección macroeconómica, requisito para corregir los problemas de inversión, productividad, diversificación, atraso tecnológico, descapitalización y muchas otras rémoras que, en 65 años de socialismo, se han incrustado al cuerpo desvalido de ese cocodrilo verde de las Antillas Mayores que llora lágrimas reales.

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8 comentarios

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Milei de un plumazo, se lanzó a destruir el aparato burocrático improductivo e innecesario del Estado Argentino,y redujo a sólo ocho de dieciocho que eran el total de ministerios. A pesar de los gritones que van a protestar, convocados por las Centrales sindicales y los planes de apoyo social para protestar por cualquier cosa a veces no saben ni por qué, los precios minoristas han comenzado a bajar vertiginosamente y las exportaciones han comenzado a reanudarse. En Cuba el paquete de medidas está destinado exclusivamente a trabar los agujeros por donde se les estaba escapando el poder.

No veo puntos comunes entre el paquete de medidas del nuevo presidente de Argentina y el paquete del Castrofascismo, ni creo tampoco que sean comparables en ningún sentido. Milei viene a ocupar la presidencia como resultado de un voto de castigo a la estafa que ha resultado el kirchnerismo, El cual ha partido la sociedad argentina en dos, de un lado una casta de políticos y enchufados al poder, unas centrales sindicales con dirigentes que ganan millones tienen carros del año y de marca, apoyados todos, en un aparato estatal hipertrofiado y corrupto, en constante crecimiento que levita sobre el despojo del sector productivo, ahogando a este en impuestos lo que que crea, ese déficit fiscal constante. Del otro lado hay cuarenta y cinco millones de pobres, que viven del invento y de los programas sociales creados para mantenerlos en la frontera del hambre y la esperanza.

La economía es una CIENCIA que obedece a leyes objetivas.
El liberalismo se ajusta mejor, tanto a dichas leyes como a la psicología humana.
La superioridad liberal sobre el estatismo socialista ya está fuera de toda duda.
El liberalismo actual o neoliberalismo es éxitoso y su inevitable "desigualdad social " puede ser amortiguada sin dudas con una lucha frontal contra la corrupción política.
No más quimeras sociales. Llegó el momento de entender que no hay sociedad humana perfecta y que la lucha contra millonarios solo creó dictaduras de corruptos y sociedades de pobres.
Imposible entender el mundo actual sin teorías conspiratorias:
El liberalismo tiene 2 lados negativos: aumento de la población mundial y contaminación ambiental.
Es posible que los grandes poderes ocultos, temerosos de un nuevo colapso civilizatorio asociado al éxito liberal, estén moviendo la balanza política hacia la izquierda, hacia un socialismo mucho menos productivo pero más sustentable a largo plazo.

La única sociedad perfecta es el capitalismo con libertades civiles.

Presidente Milei: Por la seguridad de Argentina, Ud debe romper relaciones con Cuba cuanto antes. Lo único que Cuba exporta es guerrillas y terrorismo. Mañana puede ser demasiado tarde.

El éxito o no de Milei está por verse. Hay una esperanza por al menos cambiar la fórmula que ha llevado al hundimiento económico de Argentina. En contraste en Cuba con los mismos métodos usados y reciclados durante 65 años, no hay ni la menor esperanza de un cambio positivo.

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Si se mira bien no hay ninguna diferencia entre el paquete de Milei y el "paquete" de los Boteros de Gaesa. En caso de Milei es un intento de salvar la economía con una nueva idea, por lo que al menos existe la posibilidad de esperar que funcione en un país donde la economía es libre y de mercado. En cuanto Díaz Canel, su paquete es una medida restricitiva cuyo único objetivo es seguir manteniendo la rigidez y centralización de la economía, o sea, que de eso no se puede esperar nada.

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Excelente articulo, pero es bueno destacar que las decadas de politicas estatistas en Argentina con controles estrictos al sector privado y emision monetaria, han producido una gran corruptela politica y empresarial, con millones de pobres y dependientes de las migajas del estado, los que aun teniendo empleos, dificilmente vuelvan a trabajar y cuya unica funcion es servir a lideres sindicales millonarios que los convocan a huelgas cuando ven amenazados sus privilegios.

No la tiene facil Milei, cuyas reformas economicas y politicas tambien se enfrentan a las narco tiranias del Foro de Sao Pablo (Grupo de Puebla), las que hace rato dieron la orden de combate para aniquilar su proyecto, con la indiferencia o la complicidad de EEUU.

Por su parte, Cuba es un campo de concentracion totalitario regentado por un cartel, asi que todo analisis que use los indices socioeconomicos clasicos, seguira quedandose corto ante la realidad miserable a la que el comunismo ha llevado a esa nacion.