La empresa francesa Malongó firmó un acuerdo con la estatal Empresa Agroforestal Gran Piedra Baconao, de Santiago de Cuba, para invertir en la producción cafetalera de un país cuyos habitantes apenas pueden beber la infusión debido al deprimido volumen del grano que se cosecha en la Isla.
El acuerdo, firmado dentro del Día Nacional de Francia en la XXXIX Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2023), fue rubricado por Jean Pierre Blanc, director general de Malongó.
En declaraciones a la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN), el empresario aseguró que el acuerdo beneficiará al Consejo Popular Ramón de Las Yaguas, en el territorio santiaguero, donde se emplazaba la antigua finca cafetalera La Fraternidad.
Ese sitio, ubicado en el municipio santiaguero de Songo la Maya, está relacionado con la presencia francesa y el cultivo del café en las montañas orientales de la Isla. Así mismo, forma parte del Paisaje Arqueológico de las Primeras Plantaciones Cafetaleras del Sudeste de Cuba, constituido por 171 fincas y declarado en el año 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En 2018, el sitio oficial Cubadebate mencionó la existencia desde 2014 del proyecto "Los caminos del café", financiado por la Unión Europea, la fundación Malongó y la Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba, para remodelar el lugar, convertirlo en parte de una suerte de Museo del Café y potenciar allí el "turismo responsable".
"Más allá de una idea, la iniciativa será real con la reproducción de cafetales de siglos atrás, de la misma manera en que lo hicieron los franceses, con las variedades de cafetos y árboles frutales que usaban, el secado del grano en el mismo sitio donde antes se hizo y la construcción de un antiguo molino impulsado por el agua, también muy parecido a otro que aquí existió", señaló el medio en su reporte.
El negocio ahora firmado en La Habana, buscaría, dice la ACN, "aumentar la productividad de ese grano, y al mismo tiempo, elevar el nivel de vida de los habitantes de la zona".
"Es un proyecto de negocio completo que requiere de una inversión extranjera, capacitación y transferencia de tecnología para elevar la calidad del café que se producirá y que luego se comercializará en el exterior", agregó Jean Pierre Blanc.
Malongó es, según su sitio institucional, "el especialista de los cafés biológicos y justos", pues vende "cafés de gama superior, procedentes de los más nobles terruños, cultivados según métodos agrícolas ancestrales dentro de pequeñas plantaciones familiares".
Este negocio, cuyo monto monetario no fue mencionado en el reporte, se produce mientras, como comprobó DIARIO DE CUBA, la torrefactora de café de la provincia de Sancti Spíritus realiza "pruebas de explosión" para comprobar que su producto no hará explotar las cafeteras de los espirituanos en sus casas.
A mediados de octubre, medios oficiales cubanos reportaron que, después de estar cuatro meses paralizada, la torrefactora holguinera de café Reynerio Almaguer Paz había retomado sus producciones para garantizar la entrega de este producto en la canasta básica de las provincias de Granma, Las Tunas y Holguín.
Rider Juan Sánchez Hijuelos, director de la industria, subrayó al anunciar el reinicio de la producción que no se repondrán los atrasos acumulados en la venta de café a los cubanos. Dicha decisión la justificó con la reducida materia prima que tienen, aunque sí alcanzaría para cumplir los ciclos de entrega del mes de noviembre "a partir de alternativas de abastecimiento establecidas".
La industria está diseñada para asimilar unas 3.000 toneladas anuales a partir de café en grano y chícharo de importación (grano que se mezcla con el café en una proporción del 50%), pero se ve afectada por la obsolescencia tecnológica y el déficit de materia prima, reconoció el funcionario.
A propósito de la gran escasez de café que hay en la Isla, DIARIO DE CUBA reportó hace poco cómo hasta en Guantánamo, una provincia productora del grano, es muy difícil encontrar el producto que el Gobierno sigue exportando.
Pese a ser una tradición, el consumo de esta bebida se ha convertido en un lujo para los cubanos. Incluso la ínfima cantidad que reciben mediante la distribución racionada peligra, pues la desaparición de la libreta de racionamiento parece cada vez más inminente.
Como recordó la economista Rafael Cruz, en 1967 Fidel Castro alardeaba: "llegará un momento en que podamos decirle también al pueblo: 'el café que quieran vayan a buscarlo al mercado gratuitamente'".
No obstante, desde que los Castro convirtieron la Isla en finca privada, la producción cafetera ha caído de más de 60.000 a menos de 6.000 toneladas anuales, lo que impide que Cuba aproveche los actuales precios récord de entre 3.000 y 4.000 dólares por tonelada de café que se pagan en el mercado internacional.
Asimismo, el precio del grano en Cuba no depende del libre mercado, sino del Gobierno, que decretó que las empresas procesadoras compren a los campesinos a razón de 149.000 pesos por tonelada el café arábigo, y a 83.000 el robusta, pero cuando después del proceso industrial lo venden a las exportadoras estatales solo pueden cobrar a 72.000 y 46.000 pesos la tonelada, respectivamente, lo que las condena a asumir pérdidas millonarias.
Espero que sea como el fracasado café caturra que tanto el fanfarron en jefe pregonó y se le volvió sal y agua hay que estar loco o ser muy HP para invertir en un país gobernado por diabólicos personajes.
Que bueno así el cartel de Punto Cero estafa a esos inversionistas tan tarados como ambiciosos
"...elevar el nivel de vida de los habitantes de la zona".
Los habitantes de esa zona lo único que elevarán serán sacos... lo demás se lo elevará el padrino.
Cada vez que veo una noticia de este tipo, de alguien invirtiendo en Cuba, me pregunto cómo harán para que no les roben descaradamente. Es decir, si DD está preocupado porque "los cubanos apenas pueden beber la infusión", yo diría que, si no es asalariado y pretende arriesgarse en serio porque no está lavando dinero , quien tiene que preocuparse es el francés "Jean Pierre Blanc, director general de Malongó" que no tiene la menor idea de dónde se está metiendo y acabará siendo obligado a cambiar el nombre de su empresa para "Malogré".
La Pernod Ricard se esta forrando hace años con la Habana Club, ahora estos quieren hacer lo mismo pero con el café.
Los colonos franceses huyendo de la revolución haitiana fueron los que impulsaron el cultivo y producción de café en Cuba. Ahora no hay café, los cubanos huyen, y si pueden hasta Haití, y los franceses vuelven a producir café en la isla, pero no para los cubanos. Un ciclo muy curioso.
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