El régimen planea descargar parte de sus deudas en entidades estatales exportadoras

El régimen cubano ató el pago de su deuda externa, que calificó de un asunto "estratégico y moral" en medio de crisis económica generalizada, a la capacidad que tengan las entidades u organismos productores para la exportación, descargando responsabilidades financieras en un sector plagado de ineficiencias, que frecuentemente incumple los planes de producción nacional.

El asunto fue planteado en un Consejo Interinstitucional encabezado el sábado por el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, donde se abordó un "proyecto para la sostenibilidad de deuda externa", según recogió la oficial Agencia Cubana de Noticias (ACN), sin mencionar una sola cifra ni entrar en muchos detalles de los planes.

"Los procesos de renegociación en que cada año el país se ve envuelto, para revertir la situación del endeudamiento, aconsejan que cuanto se haga esté en sintonía con los planes de la economía aprobados y la política crediticia. También, porque a diario, con la poca moneda dura disponible, hay que garantizar el pago de la canasta familiar, del combustible, de la energía, de los medicamentos y otros bienes y servicios importados, de por sí escasos, vitales y hoy a más altos precios", dijo Gil.

Esta reunión ocurre pocos días después de que el ministro compareciera en la radio y la televisión oficiales para anunciarle al pueblo más apagones, menos transporte y teletrabajo y que su Gobierno no tiene divisas para asumir la importación de alimentos incluidos dentro de la cada vez más escuálida libreta de racionamiento.

El sábado, el viceprimer ministro dijo que los financiamientos deben invertirse en proyectos que tributen ingresos a las arcas del régimen, aunque admitió insuficiencias aún presentes en el proceso inversionista que "hay que resolver".

Reconoció que fuentes de ingresos como el turismo y las remesas han reducido sus cifras "en comparación con años atrás" y pidió "recurrir a cuantos nichos de financiamientos sean posibles, como la inversión extranjera y las exportaciones".

"Dado que cualquier incumplimiento de los planes en el comercio exterior complejiza la situación, se hace imprescindible la participación de las entidades u organismos productores, es decir, no seguir viendo la gestión del cumplimiento de los compromisos internacionales financieros como un problema solo del Estado o del sistema bancario", dijo Gil.

Según la ACN, los reunidos el sábado coincidieron en que "urge diseñar un proyecto que haga sostenible un asunto tan estratégico y moral como el pago de la deuda externa, en los plazos acordados, lo cual contribuirá a una mayor inserción internacional de su economía y credibilidad entre los Estados e instituciones acreedoras".

Yamilé Berra Cires, vicepresidenta del Banco Central de Cuba (BCC), presentó el proyecto, del que el reporte oficial ofreció escasos detalles. Según Gil, el plan "no responde a una coyuntura, pues se requiere enfrentar ese proceso como parte de transformación estructural de la economía".

Berra Cires dijo que se trabaja en "lograr con las contrapartes acreedoras la inserción de Cuba en mecanismos de financiamiento innovadores".

Algunas propuestas se enfocan en "la posibilidad de efectuar operaciones con terceros a fin de obtener ingresos cuyo destino en parte sea para pagar deudas, e implementar nuevos mecanismos financieros no utilizados hasta el momento, como la emisión de títulos y los llamados swaps de deuda".

Un swap de deuda es una operación financiera en la que una persona o entidad canjea deuda con otra. Es una forma en que las empresas refinancian su deuda o reasignan su estructura de capital.

A inicios de septiembre, representantes de las 14 naciones acreedoras occidentales, agrupadas en el Club de París, participaron en un encuentro en Cuba buscando salvar un acuerdo de deuda con el régimen de la Isla, que incumplirá sus pagos por cuarto año consecutivo.

La estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) reconoce una deuda externa total de 18.284 millones, algo que el think tank Economist Intelligence Unit eleva a 27.205 millones de dólares, con lo que puede estimarse que el endeudamiento del Gobierno de Cuba con relación al PIB es de más o menos el 25%.

De acuerdo con la analista Rafaela Cruz, la deuda cubana, aun siendo minúscula en comparación con la de otros países, es una carga enorme para el país.
 
Para Cruz, que esta deuda externa sea nominalmente pequeña no se debe a que el castrismo haya sido fiscalmente responsable. En 2011 China le perdonó al Gobierno cubano 6.000 millones de dólares, en 2013 México lo eximió de pagar 487 millones, en 2014 Rusia hizo lo mismo con 35.000 millones, y en 2015 el Club de París le condonó 8.500 millones.

"Sin esos milagrosos perdones, entre principal e intereses la deuda externa cubana superaría por mucho el 100% de su PIB, algo que sería normal cuando la balanza de pagos (exportaciones menos importaciones) ha sido negativa durante décadas. Cuba consume más de lo que puede pagar; al socialismo siempre lo financia algún capitalista o la miseria del pueblo", consideró.

"Sin esos perdones de deuda que funcionan como una lamentable financiación directa de algunas democracias a esta dictadura, el Estado cubano, fiscalmente irresponsable y pésimo inversor, hace muchos años tendría que haberse declarado en default, lo que habría ayudado enormemente a ponerle un punto final a su gestión tan inepta como criminal", añadió.