Otro aliado de La Habana va a Cuba para tratar de cobrar una vieja deuda

Alberto Fernández estaría buscando despedirse de la Presidencia de Argentina resolviendo un acertijo diplomático que ninguno de sus antecesores, ni siquiera Néstor y Cristina Kirchner, consiguieron resolver: lograr que el régimen de Cuba pague la deuda de casi 3.000 millones de dólares que adquirió Fidel Castro con Buenos Aires hace 50 años. 

El medio local La Política Online reportó que en la agenda de la visita del mandatario argentino para asistir en La Habana a la Cumbre del Grupo de los 77 + China, el 15 y 16 de septiembre, buscaría hacer una propuesta de acuerdo al Gobierno de Miguel Díaz-Canel.

De acuerdo con el reporte, la deuda de 2.816 millones (aunque la suma difiere según diversos analistas) que tiene La Habana con Argentina es la mayor inactiva y pendiente de negociación de ese país.

Fuentes al tanto de las negociaciones confirmaron a La Política Online que la idea del Gobierno argentino es ofrecerle al régimen de la Isla reemplazar esa deuda por beneficios impositivos para empresas que se instalen en Cuba.

"Queremos darle un cause de solución a esto. Después veremos si vendemos frutillas o bananas", ironizó uno de los técnicos que trabaja en la iniciativa, que no fue identificado en el reporte.

Recuerda el medio argentino que no es este el primer intento de Buenos Aires para cobrar la deuda. En medio de la pandemia se intentó capitalizarla a cambio de las vacunas cubanas, "pero en La Habana continuaron con la tradición de hacerse los distraídos", señala la nota. 

Hasta ahora lo único concreto, confirmó la fuente consultada por La Política Online, es que hay conversaciones a nivel técnico para firmar una addenda al acuerdo de 1995, para definir una nueva tasa de referencia para reemplazar la tasa LIBOR por otra utilizada por diversos organismos internacionales.

El medio consultó a la Embajada de Cuba en Argentina sobre estas presuntas negociaciones, pero como es habitual, la sede diplomática no quiso responder.

"En Cuba la presión impositiva es baja, porque están en un proceso de transformación económica bastante desordenada", detalló un diplomático que conoce de cerca el tema, y que el reporte tampoco identificó.

La deuda se originó en una gira que hizo en febrero de 1974 el entonces ministro de Economía peronista, José Ber Gelbard, quien acordó un préstamo de 1.278,8 millones de dólares que permitió a Fidel Castro adquirir vehículos del mundo capitalista.

Gracias a ese dinero, llegaron a la Isla 1.000 tractores, maquinaria agrícola, 5.515 camiones pesados Fiat y 6.000 automóviles Fiat 125, además de otros miles de Renault 12, Ford Falcon, Citroën Ami 8, Peugeot 404, y 9.000 unidades Dodge 1500, ensamblados en Argentina. 

También se avanzó en la posibilidad de proveer modelos de empresas norteamericanas a Cuba, iniciativa que demandó la gestión de permisos en Washington de las casas matrices de las automotrices norteamericanas radicadas en Argentina.

Luego del golpe de Estado militar al Gobierno de Isabel Perón, la dictadura militar no hizo gestión ni reclamo por la deuda, que cayó en un limbo hasta el regreso de la democracia en 1986.

En 1995, con Carlos Menem en el poder, hubo una propuesta para capitalizarla a cambio de inversiones argentinas en Cuba, algo similar a lo que ahora intentará Alberto Fernández.

El entonces canciller, Guido di Tella, propuso saldarla con facilidades cubanas a inversiones argentinas en obras públicas y turismo en la Isla. Menem incluso conversó el tema con Fidel Castro en una visita a La Habana. Pero de nuevo sin resultados. 

Durante el kirchnerismo, el canciller Rafael Bielsa propuso al régimen cubano una quita del 75% de la deuda y saldar el 25% restante por diversas vías: pago de intereses en efectivo; atención médica gratuita a argentinos de bajos ingresos en la Isla; provisión por parte de Cuba de algunos medicamentos; capacitación en biotecnología a profesionales argentinos...

Pese a lo anterior, en 2009 Cristina Kichner firmó en La Habana 11 acuerdos con Fidel Castro, pero ninguno incluyó la deuda. 

Más próximo en el tiempo, Mauricio Macri intentó al menos consolidar el monto adeudado a través del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) y la gerente de Relaciones Institucionales del Banco Argentino para el Desarrollo (BICE), Agustina Tiscornia.

En ese momento se informó a La Habana que el monto de la deuda para marzo de 2017 era de 1.278,8 millones de "capital consolidado" y de 1.272,9 millones de "interés devengado", para un total de 2.551,7 millones. Ello, como resultado de "un acuerdo de conciliación y consolidación de la deuda al 31 de marzo de 1995 entre el BICE y el Banco Nacional de Cuba, ratificado por acta del 24 de agosto de 1995".

Finalmente, en 2018 el entonces jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, viajaron a Cuba para discutir el tema. Tampoco tuvieron éxito. Un año después, el secretario de Negociaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser, se reunió con el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba, Rodrigo Malmierca. Sin avances.

La situación de la deuda Argentina cae en el terreno de la absoluta incertidumbre si se toma en cuenta que el régimen cubano acaba de renegociar un calendario de pagos de su deuda, mucho menor pero más estratégica, con el Club de París. Con ese grupo de acreedores La Habana ha incumplido el pago de tramos de su deuda reestructurada por cuatro años ya.

Asimismo, Moscú acaba de otorgar un nuevo plazo para la devolución de una suma también menor que la argentina.  

Según los documentos del Club de París, al cierre del 31 de diciembre de 2022 la deuda cubana con ese mecanismo ascendía a 4.827 millones de dólares, una cantidad solo superada en América Latina por Venezuela, con 8.062 millones.

El economista cubano Pedro Monreal recordó que la suma adeudada al Club de París es apenas el 18% de la deuda total de Cuba. Citando a la entidad de análisis Economist Intelligence Unit (EIU, por sus siglas en inglés) en un informe acerca del primer trimestre de 2023, indicó que la estimación actual se corresponde con "una deuda total (pública + privada) de 27.205 millones de dólares en 2022".