A pesar de que los indicadores aún están lejos de las metas propuestas para el primer semestre de 2023, el régimen cubano insiste de manera optimista en apalancar el sector del turismo y confía en el empuje desde Rusia en medio de quejas por supuestas "campañas de descrédito" de las que acusó a Estados Unidos.
Juan Carlos García Granda, ministro de Turismo, dijo este miércoles ante los diputados de la Comisión de Atención a los Servicios de la Asamblea Nacional del Poder Popular que el turismo cubano mantiene la línea de recuperación, tras el impacto negativo que la pandemia de Covid-19 provocó sobre este sector estratégico para el régimen, publicó el diario oficial Granma.
García Granda añadió que el arribo total de viajeros en el primer semestre de 2023 ascendió a 1.298.539, que planteó como una recuperación del 50% respecto a 2019.
Sobre los principales mercados, dijo que Canadá continúa siendo el primer emisor, con más de 500.000 visitantes, seguido por los cubanos residentes en el exterior, Estados Unidos y Rusia.
Sobre este último mercado, el ministro dijo que "debe posicionarse en los próximos meses como el tercer país emisor, a partir del restablecimiento de las conexiones aéreas directas entre ambas naciones, que fueron afectadas por el conflicto ruso-ucraniano.
Al referirse a la transformación digital del destino Cuba, García Granda dijo que, del despliegue total de la cobertura WiFi en la infraestructura turística, hasta la fecha hay 286 instalaciones listas.
En cuanto a la participación de la industria nacional y las formas de gestión no estatal en las operaciones e inversiones en el turismo, admitió que es limitada, debido, entre otras causas, a la no disponibilidad financiera, de forma oportuna, que ha implicado retrasos en las materias primas para la producción.
Acerca del plan de recuperación de 5.528 habitaciones fuera de orden de la industria turística nacional, que se propuso en el año, informó que hasta el cierre de junio se han recuperado 1.397, para un 25% con respecto al plan del año, y de un 43% respecto al plan acumulado.
Según el ministro, aun cuando los arribos de visitantes se comportan al 79% del plan, los turistas días extranjeros se cumplen al 98% y se logran los niveles de exportación de servicios en un 99,9%.
El ministro de Turismo se quejó de "campañas de descrédito" contra el turismo en Cuba "que van desde el plano de las redes sociales hasta las acciones migratorias", dentro de las que ubicó la cancelación de los viajes a Estados Unidos sin visado a los ciudadanos europeos que hayan visitado la Isla.
Pese a que el turismo sigue sin repuntar y la tasa de ocupación de esas instalaciones en 2022 fue de apenas un 15,6%, la construcción de habitaciones de hotel en Cuba no ha parado.
Según cifras oficiales, las inversiones del Gobierno durante 2022 privilegiaron los llamados "Servicios empresariales, inmobiliarios y de alquiler" (incluye las obras para el turismo), que supusieron 23.359,6 millones de pesos, un incremento en comparación con los 20.735,1 millones de todo 2021. Eso equivale al 32,9% del total del presupuesto invertido en los 12 meses del año pasado.
La recuperación del sector es considerada "vital" por el régimen cubano para oxigenar su desastrosa economía. Cuba atraviesa una de las peores crisis de las últimas décadas que ha afectado especialmente a este sector clave, esencial para el producto interno bruto (PIB) y el ingreso de divisas.
De hecho, Cuba no ha logrado recuperar aún las cifras previas a la pandemia, cuando llegó a acercarse a los cinco millones de viajeros internacionales, cuando destinos similares en la región (Cancún, República Dominicana) están marcando máximos históricos.
El Gobierno de La Habana se ha fijado el propósito de alcanzar los 3,5 millones de turistas internacionales en 2023. Esta cantidad solo se puede alcanzar manteniendo las cifras logradas en los primeros cinco meses de este año, que son los de la temporada alta.
En 2022, visitaron la Isla 1,6 millones de viajeros internacionales (divididos en un millón de turistas y unos 600.000 cubanos residentes en el exterior de visita), por debajo de la meta de los 1,7 millones, que partió de un reajuste de la previsión inicial de 2,5 millones, según cifras de la ONEI.
Inversión extranjera
Según Ricardo Cabrisas, viceprimer ministro y titular de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX) de Cuba, los negocios concertados en los últimos años —y hasta mayo— ascienden a 327 con inversionistas de 40 países.
Cabrisas informó a los diputados sobre la marcha de la actividad que "abarca 167 negocios de contratos de Administración, 106 de empresas mixtas y 56 de capital totalmente extranjero", recogió la oficial Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Mencionó como principales países representados a España, Italia, Panamá, Canadá, México, Vietnam, China, Australia, Reino Unido, Alemania y Francia.
Culpó del estancamiento de la inversión foránea a "los obstáculos" del embargo de EEUU y a la inclusión del régimen en la lista de estados patrocinadores del terrorismo, aunque admitió que "también existen deficiencias internas, algunas de ellas trámites burocráticos que dilatan los procesos de aprobación de las propuestas, así como falta de preparación de funcionarios en entidades y territorios".
El viceprimer ministro cubano dijo que en el primer semestre del 2023 se concertaron 18 negocios, seis de ellos de contratación de administración (y comercialización) hotelera que abarcan más de 55.000 habitaciones.
Además del turismo hay inversiones extranjeras en exportaciones de níquel y cobalto, así como plomo y zinc; en la comercialización de los tabacos Premium y mecanizado, elaboración y comercialización de rones, producción de oxígeno y gases industriales, en la generación de electricidad, suministro de gas natural licuado a la capital; producción de cerveza, refrescos, agua, harina de trigo, productos cárnicos, confitería y café; producción de envases, artículos de aseo e higiene, mobiliario, y en los servicios de telecomunicaciones.
La gran mayoría de los negocios que hay en Cuba, son de la propia gente relacionada con el gobierno. La mayoría de los barrios en Cuba tienen muchas familias de militares; en caso de guerra que ya ellos están convencidos será el propio pueblo quien lo va hacer, serán desde esas propias viviendas donde empezará el ataque. Todo lo tienen pensado. Allí, la mejor forma de luchar, es no hacer nada, y el que pueda irse con toda su familia que se vaya, así no dejan manutención es detrás. Ellos saben que Cuba se está quedando vacía, por eso no han hecho el famoso Censo. La estancia hasta dos años en el extranjero la suspendieron, para evitar que entren nuevas gentes al campamento que no puedan controlar. Los viejos y los que no se puedan ir; hambrientos y sedientos (porque ni agua hay); son personas incapaces de sublevarse y hacerles contrapartida. Todo lo tienen bien pensado. Es un genocidio de nuevo tipo.