La decisión judicial dada a conocer el martes en la sala Comercial del Tribunal Superior de Londres por la reclamación de deuda del fondo de inversión CRF I contra el Gobierno de Cuba ha sido celebrada por La Habana como una victoria por el hecho cierto de que se reconoce la ausencia de jurisdicción de esa corte sobre el Estado de Cuba, uno de los demandados en el proceso.
No obstante, las conclusiones de la jueza Sara Cockerill sobre el juicio celebrado en febrero pasado no dejan dudas en torno a que el Banco Nacional de Cuba (BNC) y, por tanto, el Gobierno cubano, esgrimieron argumentos falsos para defender su posición en el proceso.
En primer lugar, y como reconoció en una declaración CRF I tras hacerse público el veredicto, la campaña de difamación en su contra llevada adelante por el régimen cubano, que calificó al tenedor de deuda como un "fondo buitre", es falsa.
En su primera reacción pública a la demanda en Londres, del 13 de enero pasado, la superintendencia del Banco Central de Cuba aseguró que "en el procedimiento judicial se dirime si CRF es acreedor del Banco Nacional de Cuba y de Cuba (por el monto de 72 millones de euros), quienes defienden que CRF no es acreedor del BNC ni de Cuba y nunca lo ha sido".
La defensa de La Habana esgrimió y defendió además que la cesión de la deuda cubana a CRF I fue conseguida a través del soborno de funcionarios bancarios, argumento que fue demolido por los abogados de la parte demandante.
Pero el veredicto de 94 páginas, al que tuvo acceso DIARIO DE CUBA, demuestra que ninguno de los argumentos del régimen cubano en Londres bastaron para probar tales alegaciones.
Según la jueza, el BNC "consintió en su propio nombre la cesión por parte de ICBC a CRF de sus derechos y obligaciones en virtud de los Acuerdos". Esto, en referencia a la cesión de la deuda que el fondo de inversión reclama, obtenida a través del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC).
"En consecuencia, los derechos y obligaciones de ICBC en virtud de los Acuerdos se asignaron válidamente a CRF, con el resultado de que CRF tiene derecho a invocar las disposiciones contractuales contenidas en el mismo en cuanto a la jurisdicción de los tribunales ingleses, la renuncia a la inmunidad y la notificación del proceso", prosigue Sara Cockerill en su veredicto.
"Por lo tanto, encuentro y declaro que: i) BNC, en su propio nombre, consintió en la cesión de las deudas representadas por los Acuerdos por ICBC a CRF; ii) en consecuencia, las deudas representadas por los Acuerdos han sido válidamente asignadas por ICBC a CRF; iii) El Tribunal es competente para conocer de las reclamaciones de deudas aquí contenidas; iv) el BNC no es inmune a la jurisdicción del Tribunal", finaliza en sus conclusiones.
De lo anterior se desprende que queda abierta la puerta al inicio de un nuevo juicio por el impago de esa y otras deudas del régimen cubano.
Pero, ¿no es acaso el BNC parte del Estado cubano y una más de las instituciones que el régimen de la Isla maneja a su antojo? La respuesta es sí.
El economista Emilio Morales advierte que llevar a juicio al BNC y sacar de la ecuación al Estado cubano supone una trampa semejante al sutil tecnicismo que utilizó La Habana al conseguir un fallo que exime al Gobierno de responsabilidad con la deuda.
"Hay que tener en cuenta un antecedente importante aquí: el BNC era el dueño de todas las empresas y activos que fueron confiscados en 1959, por eso tenía capacidad para endeudarse. Incluso en la década de 1980, cuando la deuda externa acumulada por Fidel Castro era enorme, podía conseguir préstamos, porque tenía esos activos para respaldarlos", señala.
"Pero a partir de los años 90 se crean las empresas mixtas y el banco tiene nuevos activos, que podrían ser blancos de reclamaciones de los acreedores. Por eso, en 1997 el Gobierno crea el Banco Central de Cuba (BCC) y separa sus funciones de las del BNC. O sea, le quitaron esos bienes y activos, que pasaron a la jurisdicción del BCC, y dejaron al BNC solo la deuda".
Morales subraya que en cualquier juicio sobre la deuda del régimen cubano analizar el mecanismo de traspaso de esa deuda es esencial, para determinar si los activos de La Habana están hoy en paraísos fiscales o en manos de entidades extranjeras que sí podrían ser demandadas.
"La génesis de este conflicto es determinar cómo hicieron el truco de quitar esos activos al BNC y pasarlos al BCC. Hubo un acto de mala fe en los 90 al dividir el banco", subraya.
De forma que la presunta victoria de La Habana en el juicio de Londres debería ser tomada con pinzas por quienes hacen negocios con el régimen cubano, advierte Morales: "El BNC es un cascarón hueco, que no tiene activos ni dinero, solo deuda. Deberían tomar nota en lo adelante quienes invierten en Cuba con la promesa de que algún día les van a pagar".
Hay que esperar a que un experto legal explique bien este veredicto. Albuquerque seguro trae a alguien a su show que explique el entuerto.
Parece que los del regimen se la jugaron a todo el mundo al pasar los activos al BCC y dejar al BNC mas pelao que un coco.
De ser asi esta gente de CRF no van a ver un kilo. Aunque en cuba todo pertenece al estado, pero eso es otra historia.
Conclusiones del caso. No inviertan en cuba. Si lo haces te van a joder.
Se la hicieron buena los chinos,al saber que no les pagarían le vendió la deuda al otro,en punto cero seguro creyeron que eso no traería consecuencias.El juez quiso ser imparcial o aparentó serlo, jodieron al diablo esta vez.
Muchos tontos creyeron que la dictadura iba a perder este juicio
Muchos tontos creyeron que la dictadura iba a perder este juicio
Moraleja para estos listos inversores; que se jodan.
¿Entonces? Tanto cacareo de los mafiosos y todo porque la jueza encontró al banco BNC dueño a pagar la deuda y no Cuba (los mafiosos). Como dice el autor, le jugaron un “Shell game” a los deudores. “El BNC es un cascarón hueco”. Trasladaron la riqueza de BNC al banco BCC.