El crecimiento económico para 2023 proyectado por el Gobierno cubano en la reunión anual del Ministerio de Economía y Planificación "parece subestimar la erosión del gasto real de los hogares debido a la inflación", señaló el economista Pedro Monreal.
En un hilo en su cuenta en Twitter, el experto advirtió que "lo más preocupante" de las declaraciones de las autoridades en ese encuentro "es persistir en la viabilidad de la planificación centralizada".
En la mencionada reunión, Alejandro Gil ratificó que se proyecta un crecimiento en torno al 3% para el año 2023. También anunció que este año está previsto iniciar la clasificación de la empresa estatal socialista y presentar una propuesta de una nueva ley al respecto.
"Utilizando datos de Economist Intelligence Unit (EIU), debido a la ausencia de estimaciones oficiales detalladas para 2023, el pronóstico de EIU de 3,8% de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023 (en mi opinión optimista) asume una inflación mucho menor que la que indica la tendencia actual", consideró Monreal.
"El pronóstico de 3,8% de crecimiento económico de Cuba (según EIU) estima un aumento muy alto (5,5%) del consumo privado —el mayor componente del PIB— con una tasa de inflación interanual del 23,1%, pero este indicador de inflación fue casi el doble en febrero 2023", apuntó
En opinión de Monreal, "parece alta la probabilidad de que la continuación actual de la tendencia inflacionaria —e inclusive una cierta moderación— erosione el gasto real del consumo privado hasta el punto de reducir significativamente su efecto en el aumento del PIB".
"A estas alturas del intento de reacomodo iniciado hace dos años con el 'ordenamiento', oficialmente debería haberse interpretado mejor la evidencia que indica que la prioridad no debe colocarse en reformar la empresa estatal, sino en desistir de la planificación centralizada", opinó.
"El cuestionamiento de la planificación centralizada no es un asunto ideológico ni solamente teórico. Se apoya en la evidencia, tanto en la de Cuba como en experiencias internacionales, o es que ¿dónde está el éxito actual de la planificación centralizada?", señaló.
"La insistencia en la planificación centralizada tampoco es un asunto ideológico, ni teórico, y mucho menos está avalado por la práctica. Es el resultado de la política, es decir, se explica por el ejercicio del poder. Existe una amplia bibliografía analítica sobre el tema", concluyó.
Por su parte, el economista Elías Amor consideró en un artículo publicado en su blog, que "crecer un 3% es plantearse una cifra poco ambiciosa, que no solo impide devolver a la economía a la situación anterior a la pandemia, sino que es insuficiente para corregir los graves problemas, como la inflación o la depreciación de la moneda".
A tenor de lo expuesto en la reunión, Amor advirtió que "la economía cubana se estancará en 2023 y ello tendrá lugar porque seguirán sin solución los efectos adversos de la dolarización de la economía, la inflación minorista, el acceso centralizado a las divisas, la inserción efectiva de los nuevos agentes económicos y los resultados adversos de las empresas con pérdidas, más de 400 todavía".
"La receta planteada por Gil, basada en consolidar la restructuración del mecanismo de asignación de divisas de la economía, la descentralización de competencias a los territorios y la transformación integral de la empresa estatal socialista no es la que necesita la economía cubana en estos momentos. Se queda corta y esto puede deberse o bien a desconocimiento técnico de las reglas de funcionamiento de una economía o a la carencia de instrumentos efectivos para afrontar los problemas. O las dos cosas a la vez", dijo Amor.
"Plantear en estos momentos la descentralización del gasto a los territorios corre el peligro de aumentar más el gasto, déficit y endeudamiento, que es justo lo que no se necesita en estos momentos. De igual modo, los comunistas cubanos dicen querer avanzar en la estabilización macroeconómica del país en 2023, pero ni adoptan medidas ni saben en qué dirección tienen que moverse para ello. El resultado será un fracaso", vaticinó.
Sobre los actores económicos, el primer ministro de Cuba, Manuel Marrero, dijo en el mismo balance que "aún quedan distorsiones que se deben corregir para seguir desarrollando su actividad y participación en la sociedad".
Para Amor, este es "un mensaje inquietante si no se especifican de qué se tratan esas distorsiones que, en cualquier caso, tienen su origen en el modelo intervencionista del régimen ya que solo se encuentran en Cuba".
Para el economista, "las propuestas de Gil para los actores económicos, consistentes en crear un instituto y una dirección general del ministerio para atención, coordinación y control de los actores económicos, más burocracia e intervención, tiene como objetivo principal supeditar más aún la actuación de actores económicos a las decisiones del régimen. Adiós a la libertad económica".
"En ese sentido, los anuncios de estímulos fiscales solamente a los agentes económicos dedicados a producir e importar bienes y materias primas en la economía cubana para realizar encadenamientos productivos con la empresa estatal socialista, parecen más un gasto improductivo que no sirve de nada que un programa orientado a consolidar las estructuras productivas de la economía. ¿Por qué no estímulos a todos? En realidad, este tipo de medidas asimétricas y parciales en vez de mejorar el funcionamiento general de la economía, ocasionan efectos negativos con peligrosos trasvases intersectoriales de recursos", opinó.
La economía cubana arrastra desventajas importantes en comparación a otros países. La pandemia pasa por Cuba arrasando con la productividad nacional. Sin embargo, la isla tiene muy pocos activos que pueden ser convertidos a efectivo mediante la redes bancarias. Y sumando la vida útil de toda la infraestructura nacional, llegamos a una etapa donde se producen arranques en falso. Independiente de la taza de crecimiento asignada, un sorbo de liquidez se evapora tan rápido como el agua sobre el metal a rojo vivo.