Oficialmente nada se ha dicho, pero una subida generalizada de salarios no debe anunciarse con demasiada antelación, pues solo se logrará mejorar el poder adquisitivo real de los trabajadores —que es para lo que se suben los salarios— si estos son sorprendidos y no pueden modificar con antelación sus pautas de consumo.
El secretismo intenta evitar que la expectativa de mejora en la renta disponible aumente precipitadamente la demanda, lo que provocaría que, incluso antes de que se pagasen mayores nóminas, el mercado eliminase vía aumento de precios cualquier mejoría real en el ingreso.
Entonces, ¿por qué estamos hablando de esto? Pues porque tanto Díaz-Canel como el ministro de Economía, Alejandro Gil, han hecho veladas declaraciones, probablemente dirigidas a la burocracia intermedia, que indican que se estaría preparando otro aumento de salarios y pensiones en Cuba.
En su última rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional, el ministro de Economía, hablando sobre cómo los trabajadores sufren la inflación, dijo: "tenemos que concentrarnos, más que en bajar los precios, en la recuperación gradual de la capacidad de compra". Como las dos únicas maneras de recuperar "capacidad de compra" son bajar precios —algo que el ministro descarta— y aumentar salarios, se deduce que se está apuntando a esto último.
Solo unos días después, en un Consejo de Ministros ampliado, muy difundido por la televisión castrista, Díaz-Canel dijo textualmente: "yo creo que tenemos que hacer nuevamente una mirada en medio de esta situación, y buscando otras fuentes (…) para buscar una transformación en el salario mínimo y en las pensiones, que son donde está el sector que está más complicado con los temas inflacionarios". Más explícito que esto solo sería un anuncio directo que, como dijimos, no harán hasta que tengan la medida lista para servir… pero cocinándola están.
Aumentar salarios generalizadamente, aunque a corto plazo alegra a todo el mundo pues crea la ilusión monetaria de que se está ganando más, no mejora la economía porque no tiene efecto sobre la productividad —la experiencia de 2021 lo evidencia—; sin embargo, sí implica aumentar la base monetaria pues, como no hay más bienes y servicios disponibles, la velocidad de circulación permanece constante a igualdad de transacciones, con lo que los nuevos salarios saldrán de nueva emisión de dinero. Aparentando que lucha contra la inflación, el Gobierno creará más inflación.
Esta medida es perfectamente coherente con la demagogia económica que caracteriza la etapa de Raúl Castro, que simula transformación, pero solo cambia el maquillaje, y lo que supuestamente es para bien termina en un empeoramiento. El Gobierno es un bombero pirómano.
Y la cosa no termina en un malsano ajuste al alza de los precios generales y en una disrupción adicional de los precios relativos; subir salarios generalizadamente en momentos de muy alta inflación crea, además, un cambio de expectativas llamado "efecto de segunda ronda", que incrusta en la sicología colectiva la idea de que la inflación es normal y durará mucho tiempo, lo que provoca que la inflación, efectivamente, termine durando mucho tiempo.
Una de las frases más intuitivas de El Alquimista, de Pablo Coelho, reza lo siguiente: "Todo lo que sucede una vez puede que no suceda nunca más. Pero todo lo que sucede dos veces, sucederá, ciertamente, una tercera". Así, una vez hayan subido el salario esta segunda vez, la teoría de las expectativas adaptativas asegura que los agentes económicos esperarán aumentos venideros, lo cual modifica pautas de consumo y de formación de precios, una espiral inflacionaria particularmente difícil de detener.
Pero eso no preocupa al castrismo, pues mantener viva la llama inflacionaria es su mejor baza para redistribuir los pocos recursos reales de la economía nacional, permitiéndole alinear los factores de producción, incluidos los trabajadores, de forma tal que las estructuras privadas que están surgiendo queden encadenadas a empresas estatales, gobiernos municipales, o cualquier otra estructura burocrática fiel al sistema.
No hay más camino para mejorar el poder adquisitivo de los cubanos que mejorar la economía real. Eso significa, en pocas palabras, que el castrismo desaparezca, pues este es el principal obstáculo entre el pueblo y los capitales necesarios para invertir en Cuba y hacerla próspera. Cualquier otra cosa, principalmente un aumento salarial, no es más que el bombero pirómano avivando el fuego inflacionario para, como Nerón, bailotear de gozo mientras arde Cuba.
Un aumento de los salarios va a generar inflación ... hay que sembrar boniatos , quemar marabú y ahorcar comunistas ...
Cubaexport, el gigante estatal del comercio internacional, deja de existir sin previo aviso.
Los directivos recibieron un correo sin mayores detalles sobre el motivo del cierre de una empresa muy rentable.
¿Quién da más ...? ¿Quién da más ...? ¿Quién da más ...?
A la una, a las dos ....