La prensa estatal de Cuba se ha hecho eco del discurso inaugural de Miguel Díaz-Canel en el congreso internacional Universidad 2022. Allí el máximo dirigente del régimen castrista volvió de nuevo a repasar su tesis doctoral, presentada en marzo de 2021 e insistió, una vez más, en la idea de que "la ciencia y la innovación son pilares fundamentales de nuestra gestión gubernamental, en todos los ámbitos, en todos los organismos del Estado, en todas las empresas y en todos los niveles: desde el comunitario hasta la Presidencia de la República".
En este casi año de ir insistiendo en este paradigma, el dirigente comunista cubano lo ha extendido de tal modo que parece un chicle que se puede aplicar a cualquier cosa. Y como no hay dos sin tres, Díaz-Canel aprovechó su discurso para recordar a Fidel Castro, e insistir en su papel como "fundador de la ciencia nacional revolucionaria e impulsor fundamental de los avances que en educación, salud e investigación científica distinguen a la nación", como si antes de la revolución Cuba hubiera sido un erial en este ámbito. Lamentable.
Explicó que la respuesta de la ciencia a la sociedad cubana tuvo un ejemplo reciente tras el impacto incalculable que significó para la salvaguarda de la población cubana el Covid-19, las vacunas y desarrollos que se han producido en el país, justo en el mismo momento en que se acentuaba el "genocida bloqueo estadounidense". Pero estas vacunas siguen sin obtener certificación de la OMS, y no parece que la vayan a lograr. Dijo que el 87,9% de la población del archipiélago esté inmunizado con esquema completo, pero el Covid-19 sigue asestando un duro golpe todos los días.
También habló, como ejemplo de ciencia e innovación, de los desarrollos de ventiladores pulmonares propios, que permitieron a Cuba sobreponerse a los impedimentos del "bloqueo" para importar piezas y equipos, y destacó que, a partir de los aprendizajes de la pandemia, se va a perfeccionar el sistema de salud y fortalecer la industria médico-farmacéutica, que, según su criterio, "debe estar cada vez más preparada para responder a las necesidades del sistema sanitario y garantizar niveles razonables de autonomía tecnológica".
Miguel Díaz-Canel anunció todos estos planes sin hacer referencia al dinero, es decir, de dónde piensa sacar los recursos económicos para acometer todas estas tareas. El paradigma de "ciencia e innovación" de Díaz-Canel no escatima en gastos, aunque el déficit del sector estatal ronde irresponsablemente, el 20% del PIB. Da igual, nunca se aceptará en la Cuba de Fidel una colaboración pública y privada en el sector de salud, tan solo por meras consignas revolucionarias. El gasto, siempre estará justificado, aunque sea un absoluto despilfarro, y existan formas alternativas, y más eficientes, de hacer las cosas.
Díaz-Canel habló también en su discurso de la "soberanía alimentaria, en la cual se viene trabajando, sistemáticamente, desde el primer semestre de 2020, con insistencia en los urgentes enfoques científicos", pero sin dar resultados (véase los problemas con café, leche en polvo, etc.) y habló de la "creación de capacidades, la capacitación de los actores, incluidos los gobiernos territoriales, y el empleo del conocimiento en la gestión municipal para el despliegue de las políticas a nivel local" en esa línea ya iniciada en los presupuestos de 2022 de entrar desde el Gobierno central, de forma directa, en la dirección de los gobiernos locales.
Díaz-Canel acabó diciendo que "hemos aprendido que la ciencia y la innovación tienen respuestas para todos". Y puede que tenga razón, pero como gobernante, debería prestar atención a las restricciones económicas derivadas la acción de gobierno. Tan solo por responsabilidad. Básicamente, porque el Estado no puede crecer de forma indefinida y sin límites.
Porque si importante es la ciencia y la innovación, también lo es el control, transparencia y responsabilidad en la gestión del sector estatal. Desde aquí se reclama una gestión eficiente y transparente de los recursos públicos antes que la economía cubana estalle. Los cubanos se juegan mucho, porque con un déficit reconocido cercano al 20% y una expansión monetaria de la M2 en un 120% del PIB, los márgenes de la política económica se estrechan. Está en peligro la credibilidad de la economía, su capacidad para atraer capital extranjero y más financiación.
Si no entran divisas del turismo, la situación puede llegar a ser insostenible si el gasto prosigue su aumento y los impuestos no crecen porque la economía lo impide. Cuba se tiene que plantear un ejercicio responsable de políticas públicas y borrar el pésimo desempeño de la política económica del régimen. La Tarea Ordenamiento ya confirmó que, por mucho que se había estudiado y valorado (estuvo casi diez años en ello el Gobierno) una vez implantada acabó generando graves problemas, de los que la economía no ha conseguido salir.
Y para mejorar la gestión pública, es necesario trabajar en el diseño de un marco administrativo y de gestión más claro y sencillo para los recursos presupuestarios, al tiempo que los controles que se establecen deben ser mucho más efectivos que los planteados por la contralora, cuyo silencio no deja de ser sospechoso. Sus informes deberían cuestionar de forma continua la manera con la que se gasta el dinero el Gobierno y, sobre todo, mediante evaluación, saber si se logran los resultados perseguidos.
Además, ahora que el régimen ha puesto el punto de mira de la voracidad presupuestaria en los gobiernos locales, en un intento de fagocitar los superávits que estos registran por su mayor eficiencia, sería conveniente avanzar en el proceso de eliminación de toda la grasa viscosa de organismos inútiles del sector presupuestado, y de empresas estatales que solo funcionan por medio de subsidios, y hacer limpieza antes que sea tarde. Esto supondría luchar contra duplicidades y, sobre todo, poner coto a empresas estatales gestionadas por los comunistas locales y gente con poca experiencia profesional directiva, pero que solo sobreviven con estas prebendas.
A estas empresas estatales hay que prestarles mucha atención, porque muchas de ellas, por culpa de la Tarea Ordenamiento, han dejado de ser solventes y apuntan hacia posiciones de quiebra y desaparición, lo que debería dejar espacio para el desarrollo de las más eficientes empresas privadas, las MIPYMES y cooperativas que las reemplacen.
Al mismo tiempo, el Gobierno debería profesionalizar las licitaciones y los concursos públicos para que sean justos y equitativos en cuanto la participación de todos los agentes. Ciencia e innovación están bien, pero control, transparencia y responsabilidad en la gestión estatal son fundamentales.
El Dr. SingA0 es más gris, que una tarjeta de grises Kodak R-27 ...
Diaz- Singao, Dr. Oloris Nalgas, Magna Culum Singum.
Es trágico el destino de Cuba. Primero, Fidel hizo una Revolución tal vez injustificada que perdió el rumbo con los injustos fusilamientos de los primeros años. El delirio de grandeza de Fidel convirtió aquella Revolución en un totalitarismo tropical que arruinó el país. El socialismo escogido por Fidel para barrer toda competencia, ha sido intrínsecamente perverso; pero a la vez se ha afincado en Cuba como la hierba mala, porque la gente ha perdido la iniciativa y los derechos individuales. En fin, esa historia la conoce todo el mundo; pero al salir Fidel del escenario, yo pensé que el pragmatismo predominaría y se producirían los cambios necesarios para darle oxígeno al país. Nada de eso. Díaz Canel ha sido un fraude y si algún delirio tiene, ese parece ser el darle justificación jurídica a la catástrofe. Como si los delirios de los dictadores no tuvieran final. El mundo ha cambiado y el pueblo cubano también. No hay justificación para la continuidad. Sépalo Sr. D-Canel.
El tipo tiene que hacer su show, y no tiene gran materia prima que digamos. Diera risa si no fuera tan grave la cosa. Pero, por muy farsante que sea, nadie le gana en ese giro al difunto Farsante en Jefe.
Este inepto vendedor de falsas esperanzas no termina de darse cuenta que la gente quiere ver obras, no estar escuchando frases que suenan a que la limonada es la base de todo.
Y este cipayo ignorante no sabe que cuando a Lopez Callejas y Alejandro Castro se les ocurra o les convenga darle dos patadas por el trasero no seran suficientes ni esa tesis fraudulenta ni su servilismo
¡Muchacho! Ese singaaaaaao si habla tonterías. Un campesino en Cuba o un carretillero o una enfermera le puedes impartir clases en sus respectivas labores y no necesitan un doctorado para dejarle saber como solucionar los problemas que tienen los ciudadanos de ese país. Y el autor le señala, donde está el dinero para darle solución a todos esos problemas.