La gestión del turismo en Cuba durante la pandemia del Covid-19 no ha dejado de causar polémica desde los primeros días, cuando cientos de ciudadanos y artistas exigieron el cierre de fronteras ante la inminente entrada del virus a la Isla.
Meses después, cuando las autoridades cubanas anunciaron la reapertura de "polos turísticos" para viajeros principalmente rusos y canadienses, volvió la controversia, pues justamente el ingreso de los viajeros extranjeros ha estado directamente ligado a la segunda y tercera ola de la pandemia.
No obstante, las autoridades cubanas no cejaron en el empeño de recibir ingresos del sector turístico pese al coste sanitario, y este mes de septiembre, cuando la temporada alta del turismo es inminente y los Gobiernos de la región se preparan para atraer viajeros, la Isla se encuentra entre los diez países del mundo con mayor tasa de infecciones.
Desde inicios del septiembre tres de las principales aerolíneas rusas restablecieron los vuelos hacia los balnearios de Punta Cana y La Romana en República Dominicana, lo que resulta preocupante para el Gobierno cubano, pues los escasos turistas que ha recibido en lo que va de año son mayormente rusos.
Además, el destino turístico dominicano se presenta mucho más flexible en cuanto a medidas epidemiológicas, dada por la situación sanitaria del país, y para muchos especialistas cuenta con mejores instalaciones y suministros que las de sus vecinos cubanos.
Las medidas sanitarias de la Isla, que las autoridades hacen cumplir mediante la aplicación de elevadas multas, han generado descontento tanto entre turistas rusos como canadienses, dos de los mercados más significativos para el país.
Con una campaña de vacunación muy avanzada, República Dominicana no ha dejado de sumar vuelos de nuevos destinos e incrementar los que ya se realizan, por lo que este martes anunciaron el incremento de las aerolíneas que conectarán al país caribeño con Europa y Rusia.
Y a esto se suman los malos augurios para Cuba, donde las cifras de la pandemia se encuentran entre las más altas del mundo y escasean los medicamentos y camas de hospital, lo que ha desencadenado una crisis humanitaria en la Isla, donde tampoco es sencillo conseguir alimentos.
Por esas razones las autoridades panameñas decidieron incluir a Cuba en una lista de 20 países considerados de "alto riesgo" epidemiológico debido a la elevada transmisión del Covid-19 y la circulación de variantes del virus potencialmente peligrosas, lo que supone medidas de control más rigurosas para los viajeros procedentes de esos destinos.
En ese escenario, el Gobierno cubano, que ha enviado delegaciones a Moscú para promover el turismo hacia la Isla, decidió flexibilizar las medidas sanitarias a quienes entren al país, no exigir test PCR negativo y reconocer los certificados de vacunación.
De acuerdo con la información oficial, será el 15 de noviembre, coincidiendo con la temporada alta del turismo, el día escogido para la reapertura de las fronteras cubanas y la aplicación de nuevas medidas sanitarias que no han sido anunciadas hasta el momento.
Pero a falta de una estrategia para contener la transmisión del virus en Cuba será muy difícil que la situación cambie durante los próximos meses.
Todo parece indicar que la prisa del Gobierno por abrir las fronteras al turismo, una de las principales fuentes de ingresos del país, puede haber resultado contraproducente, pues ahora, cuando la mayor parte del mundo comienza a recuperarse de la pandemia y con ella el mercado turístico, los destinos cubanos lucen sumamente rezagados.
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