El activista y exprisionero político cubano Miguel Ángel López Herrera, quien padece una hiperplasia prostática severa, enfrenta serias dificultades para operarse, según denunció este domingo en un video que fue publicado en Facebook por el grupo de asesoría jurídica Cubalex.
López Herrera, miembro de la organización Cuba Independiente y Democrática en Guantánamo, explicó que depende de una sonda desde el 2 de enero y que ha podido disponer de los medicamentos necesarios para controlar su enfermedad, gracias a amistades.
"Gracias a la colaboración y la ayuda de amistades dentro y fuera del país, especialmente del Partido, me hicieron llegar Terazocina y la Tamsulosina para tratar de solucionar mi enfermedad, porque aquí en Cuba, en Guantánamo, no había medicamento, no había tratamiento", contó el activista, víctima de la escasez de medicamentos e insumos médicos que golpea a los cubanos.
Después de seis meses de tratamiento, en el policlínico a López Herrera le orientaron una consulta para 2025, "cuando lo que se recomendaba en este caso era que se procediera a la operación", criticó.
Solo después de presentarse en la Dirección Provincial de Salud y reclamar, el activista consiguió que lo pusieran en la lista para ser operado. Sin embargo, supo después que hay personas con situaciones similares o necesitadas de otro tipo de cirugías, "que llevan más de un año, dos años, estando en esa lista sin ser operados".
"¿Acaso tengo que esperar yo a morirme?", cuestionó López Herrera y señaló que en la calle se comenta que quienes tienen necesidad urgente de una cirugía o de un tratamiento, para ser atendidos con rapidez, deben pagar "más de 30.000 pesos", a pesar de que la salud en Cuba es gratuita, según la Constitución.
En agosto, un reportaje de DIARIO DE CUBA mostró que los cubanos se ven obligados a pagar para resolver sus urgencias médicas, debido al colapso del sistema sanitario, aunque no todos pueden hacerlo. También son frecuentes los pedidos en redes sociales de personas que necesitan un medicamento o buscan ayuda para obtener una visa humanitaria que les permita tratarse fuera del país.
El artículo reflejó el empeoramiento de la situación revelada en junio de 2023 por el proyecto Cubadata, a través de una Encuesta de Salud Integral.
El 57,6% de los cubanos encuestados entonces enfrentaba serios obstáculos para obtener atención médica. El 80,3% de la población consultada tenía serias dificultades para conseguir medicinas.
López Herrera no es de los cubanos que tienen recursos para pagar por una cirugía. Es padre de tres hijos, entre ellos uno de tres años que se encuentra dentro del espectro autista y está bajo su cuidado, según explicó en el video difundido por Cubalex.
Hacia el final de su video pidió "un poco de justicia", ya que, gracias a algunas amistades había conseguido el kit de la operación. Pero pese a tener esos insumos "todo son evasivas", respecto a la cirugía.
La hiperplasia prostática consististe en un agrandamiento de la glándula, que suele aparecer a partir de los 60 años. Sus síntomas incluyen el incremento de la frecuencia para orinar y dolores al hacerlo.
Cuando los síntomas no se alivian mediante la toma de fármacos, el especialista valora la cirugía para reducir el tamaño de la próstata.
Aunque la hiperplasia prostática es una enfermedad benigna, que no debe confundirse con el cáncer de próstata, en algunos casos en los la retención de la orina en la vejiga ha provocado una distensión de esta y un daño posterior de los uréteres y el riñón, lo que ha desembocado en una insuficiencia renal.
Miguel Ángel López Herrera es también uno de los cubanos a los que el régimen les ha violado su libertad académica. Su caso fue expuesto por el Observatorio de Libertad Académica (OLA) en septiembre de 2023.
En 2002, comenzó a estudiar Licenciatura en Educación, especialidad Informática, en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Raúl Gómez García, de Guantánamo". Al mismo tiempo, trabajaba como profesor de Computación en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas José Maceo.
Ya entonces, López Herrera integraba la organización opositora Jóvenes por la Democracia. Por ese motivo, cuando terminó el cuarto año de la carrera universitaria fue condenado a tres años de prisión.
En 2009, cuando ya había cumplido su condena, el activista intentó volver a trabajar como profesor, pero el Ministerio de Educación (MINED) de Cuba se lo impidió, pese a que no tenía ninguna sanción accesoria de limitación de derechos.
Aprovechando un cambio legal ocurrido años después, López logró matricularse en Ingeniería Informática en la Universidad de Guantánamo. Pero volvió a sufrir represión por sus ideas políticas en marzo de 2023, cuando criticó al régimen en un chat estudiantil y una decana, identificada como Anabel Rodríguez Cumba, le comunicó su expulsión sin entregarle siquiera una notificación escrita.