La oleada represiva contra miembros de la sociedad civil cubana se profundizó el jueves 10 de julio, en la víspera del tercer aniversario del estallido social del 11 de julio de 2021, luego de más de una semana de amenazas y hostigamiento contra activistas, opositores y periodistas independientes.
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) denunció que desde el lunes último esa ONG con sede en Madrid ha estado recibiendo "denuncias de activistas y familiares de presos que están siendo vigilados por la policía política desde las inmediaciones de sus viviendas".
De acuerdo con la denuncia de la organización, los familiares de presos políticos encarcelados por manifestarse el 11J que están bajo arresto domiciliario arbitrario, una de las formas de control más socorridas por el aparato represivo cubano, son Wilber Aguilar, padre de Walnier Luis Aguilar; Nelvis Rodríguez, esposa de Yeriel Cruz, y Delanis Álvarez, esposa de Duniesky Ruiz.
Los allegados de presos políticos cubanos que han permanecido denunciando las arbitrariedades cometidas contra sus familiares y exigiendo justicia han estado en la mira de la policía política durante años, y sufrido amenazas, así como otros han sido obligados a emigrar.
El propio OCDH informó que el líder opositor y Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo, Guillermo "Coco" Fariñas, "fue arrestado por la policía política en el día de ayer, 9 de julio; tras confirmar que se encontraba con fiebre y al negarse a ser llevado a un hospital militar, fue liberado en la tarde".
Aparte de lo anterior, el independiente Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR) denunció que las activistas Marthadela Tamayo y María Elena Mir, y el rapero Osvaldo Navarro, más conocido por su nombre artístico de Navy Pro, se encuentran sin servicio de internet desde horas tempranas del miércoles.
A ellos se suma el activista y líder opositor cubano Manuel Cuesta Morúa, político socialdemócrata y vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática, así como de la plataforma civil D Frente.
También la periodista independiente Yunia Figueredo, quien el martes último denunciara la presencia frente a su vivienda de agentes de civil que le impiden ejercer su derecho a la libertad de movimiento, publicó en su muro de Facebook una foto de otro represor de la policía política apostado junto a la cerca perimetral de su casa en La Habana.
"Y este acaba de venir a amenazarnos por segunda ves hoy, que hasta el día 14 o más estaremos bajo prisión domiciliaria, y si no cumplimos incurrimos en desacato. Mi casa no es calabozo", enfatizó.
El martes último, el laico católico Dagoberto Valdés Hernández, director del independiente Centro de Estudios Convivencia, de Pinar del Río, y el escritor y crítico de arte Raymar Aguado Hernández, de La Habana, denunciaron haber recibido citaciones para este miércoles 10 en estaciones de la Policía. Ninguno de los dos ha vuelto a hacer publicaciones en sus redes sociales desde entonces.
El pasado 5 de julio, la Seguridad del Estado arrestó al periodista independiente José Luis Tan Estrada en Camagüey, mientras se encontraba en el parque Ignacio Agramonte de esa ciudad, para liberarlo horas después con una advertencia en la que se le prohíbe salir el día 11 de julio de su casa.
"De hacer lo contrario, sería procesado por el delito de desacato y llevado a los tribunales", indicó la activista Yamilka Lafita al hacer la denuncia.
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) denunció que en el primer semestre de 2024 se produjeron al menos 1.932 acciones represivas contra la población civil en la Isla, entre ellas 488 detenciones arbitrarias y 462 retenciones ilegales en viviendas.
La primera mitad del año estuvo caracterizada por detenciones ilegales; abusos contra presos políticos y sus familiares; sitios ilegales de viviendas; amenazas; citaciones policiales; hostigamientos; multas; juicios y condenas, así como violaciones de derechos religiosos, entre otras formas de represión, indicó la ONG con sede en Madrid.
Como los extremistas que se cargan de bombas, se inmolan en un local lleno de gente inocente y van directo al cielo a fornicar con cien mil vírgenes por una eternidad. El galardón para estos de aquí es mudarse para Estados Unidos luego de repartir palos a la población y torturar presos políticos.
Lo triste es que estos esbirros reprimen a su pueblo para que los Castro y sus secuaces sigan disfrutando su vida de lujos, mientras ellos se están comiendo el mismo tremendo cable; no lo entiendo, reprimir para qué?
Yo aquí me repito, no una segunda vez, pero ya van tres veces. A los esbirros como a ese de la foto no le están guardando su imagen para cuando estos decidan abandonar el barco como hizo la ex jueza cubana denunciarlo a inmigración y no dejarlo entrar a este país. Ya es hora que el cubano de afuera empiece a señalar a los esbirros que abusaron de sus libertades. Aquí en Miami viven miles, en Tampa son muchos más. Es hora que lo presenten como lo que fueron, abusadores y oportunistas, porque partidario de una idea política nunca fueron.
Esos esbirros como el de la foto, asesinos, harapientos e ignorantes, no se han enterado de la miseria y el desprecio más absoluto que les espera de parte de sus amos cuando envejezcan en ese campo de concentración totalitario.
Aunque tal vez, como miles de sus colegas sicarios, les orienten cruzar la frontera estadounidense y esperar nuevas órdenes.