Tres años después de las históricas protestas del 11 y 12 de julio de 2021 en Cuba, las condiciones de vida de los manifestantes presos se han agravado, en un escenario de apagones, ausencia de alimentos y más represión, denunciaron activistas y periodistas en el programa Los Puntos a las Íes, de DIARIO DE CUBA.
"Hay más denuncias sobre maltratos y represalias, por haber denunciado las condiciones en prisión, y el Estado no ha emprendido ningún procedimiento para revisar los procesos y violaciones de las garantías que se dieron durante los juicios y la posterior sanción", dijo Laritza Diversent, directora ejecutiva de Cubalex.
Javier Larrondo, presidente de Prisoners Defenders, apuntó que, entre julio de 2021 y junio de 2024, su organización contabilizó 2.331 presos políticos en Cuba, con 1.573 nuevas altas en la lista durante los tres años.
"En los últimos 12 meses, la tendencia se mantiene en el ingreso en prisión de más de 15 personas nuevas al mes, por lo que la lista sigue creciendo y la represión aumenta en Cuba sin freno aparente", denunció el activista.
El periodista Waldo Fernández Cuenca calificó el actual escenario de "muy complicado, porque sigue habiendo muchísima represión". Recordó que "muchos familiares no desean hablar con la prensa, porque todavía tienen miedo y no quieren denunciar".
Cubalex anunció la próxima publicación de un estudio sobre las represalias contra los presos y sus familiares por denunciar los abusos desde la prisión. "Hay un aumento significativo con respecto a 2022", precisó Diversent.
Para Fernández Cuenca, la reacción internacional ha sido "contundente, sobre todo de los países democráticos", pero Diversent consideró que "aún hay mucho por hacer, pues todavía la comunidad internacional no tiene la información suficiente para dar esa solidaridad".
Al valorar los datos represivos provisionales del primer semestre de 2024, ofrecidos por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos —1.792 acciones represivas, de ellas 432 detenciones arbitrarias—, Waldo Fernández consideró que "las condiciones están dadas para que haya otro estallido social".
"Eso siempre ha estado ahí después del 11 de julio, y se ha visto con protestas en Nuevitas, Santiago de Cuba, Bayamo, Matanzas, Caimanera… Y ahora, si continúan los apagones y el desabastecimiento crónico, habrá nuevas protestas", advirtió el periodista.
Al finalizar el programa, Diversent opinó que en Cuba "estamos ante una crisis humanitaria", debido a la incapacidad demostrada por el Estado para resolver los problemas básicos de la población.
"Las personas van a salir a buscar sustento y a demandar a los gobernantes que resuelvan su situación. Si no pueden hacerlo por los canales oficiales, la protesta es el único remedio que les queda", aseguró la directora de Cubalex.
En cuba son más de esperar la remesa.
Los sucesos del 11J, tuvieron algún impacto internacional, quizás por haberse divulgado ampliamente por las redes sociales, pues en aquel momento nadie pensaba que la represion se extendería más allá de los manifestantes, hacia los que simplemente se limitaron a divulgar los sucesos que eran reales. Si bien las protestas posteriores no han sido de la magnitud de las de 11J , la propagación de las noticias ha sido mucho más limitada por el miedo infundido y hasta la creación de nuevas “leyes “para justificar el encarcelamiento de quienes filmen y divulguen las protestas. No es de extrañar que los presos políticos no tengan más apoyo internacional, pues la izquierda que domina los medios, prefiere mirar para otro lado, más triste aún es que internamente no haya más apoyo y empatía hacia los valientes manifestantes que hoy cumplen condenas inhumanas e injustas.
La vida de los cubanos en la isla se puede complicar aún más. Digamos que (hasta-ahora) cuando la gente protesta por agua, ellos traen una pipa.
Excelente artículo.