Un padre y su hijo, condenados por las manifestaciones del 11 de julio de 2021, denunciaron desde la prisión de máxima seguridad Combinado del Este, en La Habana, la represión que sufren, reportó Martí Noticias.
"Nos maltratan aquí como locos", dijo José Luis Castillo de la Torre, de 58 años, sancionado a 11 años de privación de libertad. Él y su hijo, José Luis Castillo Bolaños (32 años de edad), quien cumple diez años de condena, estuvieron en las protestas de La Güinera, en el municipio habanero Arroyo Naranjo, y fueron sentenciados por el delito de sedición.
A través de una llamada telefónica, estos presos políticos explicaron que tienen todos los derechos negados como reclusos. "Somos los de La Güinera y nos negaron la mínima, por gusto", aseguró Castillo Bolaños, quien se dedicaba a tatuar antes de ser detenido.
"Aquí no hay atención médica, soy asmático y nunca me han dado ni un aerosol. Soy diabético, al igual que mi papá, y no tenemos ayuda. Mi mamá falleció en el 2022. No tienen ni cómo justificar las cosas que han hecho y entonces están amenazándonos con que nos van a dar golpes", denunció el joven.
Su padre también alertó: "Nosotros no tenemos familia afuera, nadie nos ayuda. Llevamos dos años y pico aquí, entonces ahora fui al lío de la mínima y me aparece una pila de cosas que yo no he hecho. Los comunistas estos te ponen cosas por gusto, no te dan medicamentos, yo soy diabético, no dan atención médica, no dan nada".
Cada vez se hacen más frecuentes las quejas de los presos cubanos sobre la exigua atención médica que reciben. Una denuncia similar fue divulgada por Magalys González, quien explicó el delicado estado de salud en que se encuentra su hijo preso político, Ismael Rodríguez González (26 años). Sentenciado a nueve años de cárcel por su participación en las protestas populares de Güira de Melena, en la provincia de Artemisa, el joven sufre un trastorno bipolar y no está tomando los medicamentos requeridos.
González explicó que su hijo estaba en el campamento de trabajo Ceiba Cinco, donde tuvo un enfrentamiento con otros reos. Debido a este incidente fue trasladado a la prisión de máxima seguridad de Guanajay, y allí lo mantienen en una celda aislada, sin medicación ni atención siquiátrica.
"Ya hace 20 días que está en Ceiba Cinco, él tuvo una recaída porque los medicamentos nunca se los dieron como debe de ser. Desde que lo llevaron para Guanajay no ha salido más, no ha tomado medicamentos ni lo ha visto un siquiatra", denunció la madre.
"Ismael tiene deficiencia mental, le dan ataques de epilepsia, es bipolar desde los ocho años, lo mismo se ríe que llora. Los certificados se los di al abogado y los presentó allí en el juicio. Él no puede seguir encerrado ahí porque se va a volver más loco", concluyó la mujer.
