Once organizaciones, agrupadas en la Red de Observatorios Independientes de Cuba, condenaron, en una declaración, el proceder arbitrario del régimen contra la intelectual Alina Bárbara López Hernández, quien será juzgada el 16 de noviembre por "desobediencia", tras negarse a asistir a una citación de la Policía de Matanzas.
El comunicado recuerda que López Hernández, doctora en Ciencias Filosóficas, es una "historiadora de reconocida formación marxista y compromiso con causas de izquierda".
El documento recuerda que el régimen cubano se ha encargado de "acosarla profesionalmente, detenerla, interrogarla y bloquear su salida para participar en eventos en el exterior".
Los firmantes piden al alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que exija "el cese de esta arbitrariedad" del régimen cubano contra la intelectual y solicitan la intervención a su favor de otros académicos de la Isla y de otros países.
También sugieren al representante especial de Derechos Humanos de la UE, Eamon Gilmore, quien tiene previsto viajar a Cuba en noviembre, que sea "informado en detalle de los procedimientos seguidos" contra la académica.
Según el documento, la represión contra López Hernández se intensificó luego de que conversara con el canciller europeo sobre las protestas antigubernamentales de julio de 2021 y los presos políticos, en mayo, en La Habana.
"Quienes la conocen reconocen en ella una persona comprometida con las angustias de la población más humilde y con la rigurosidad en las investigaciones de ciencias sociales. Alina ha desnudado repetidamente y con datos irrefutables el discurso oficial de quienes detentan el poder en Cuba", sostiene el comunicado.
Entre las organizaciones que firmaron el documento parece Cuba Siglo 21, cuyo presidente Juan Antonio Blanco, describió el caso de la académica como altamente simbólico, en declaraciones al medio estadounidense Martí Noticias.
"El caso de Alina Bárbara López es altamente simbólico y, sobre todo, tiene un gran impacto en los medios culturales, académicos e intelectuales de la Isla. Si tú le preguntas a cualquiera, dime las cualidades con las que tu caracterizarías, describirías la personalidad de Alina, lo primero que le viene a todo el mundo a la cabeza es su honestidad, su decencia", dijo.
La profesora López Hernández se manifiesta en solitario en el Parque de la Libertad de Matanzas, cada día 18, llevando una hoja en blanco.
Las demandas de la académica son "una Asamblea Nacional Constituyente elegida democráticamente para redactar una nueva Constitución aplicable en todas sus partes", "que el Estado no se desentienda de la crítica situación de ancianos, jubilados, pensionados y familias que están en pobreza extrema", "libertad para los presos políticos sin exilio obligatorio" y el "cese del hostigamiento a personas que ejercen su libertad de expresión".
Por hacer esas demandas y defender su derecho a manifestarse, López Hernández ha sido arrestada por la Seguridad del Estado y la Policía en varias ocasiones y limitada en su libertad de movimiento.
La historiadora y politóloga ha sufrido detenciones y amenazas. También fue incluida en la categoría de "regulada", que el régimen emplea para los cubanos a los que impide salir del país. Antes, la Seguridad del Estado intentó que aceptara el exilio forzado.
Tras meses de hostigamiento, López Hernández ha emplazado a los operadores jurídicos de la Fiscalía Provincial de Matanzas, particularmente a los fiscales.
De acuerdo con los juristas cubanos Edel González y Maylín Fernández, asesores en materia legal de DIARIO DE CUBA, este caso evidencia una vez más "el empobrecimiento profesional existente en la Isla entre fiscales y jueces activos de nueva generación", así como "la gravedad del escenario", cada vez "más estrecho para la realización del derecho, la justicia, las libertades, la dignidad y el bienestar de los cubanos".
Borrell, amigo oficial de la dictadura cubana, tiene ahora la bola de su lado.
¿ Qué hará este cómplice declarado de la dictadura cubana?
No hace falta ser adivino para conocer la solución salomónica del mediador europeo. La única solución agradable para todos excepto para esta heroína y para su pueblo: sacarla del país en un viaje sin regreso.
El destierro político en pleno siglo XXI, impensable en la mayoría de los países de este planeta, es el pan nuestro de cada día en una isla de dictadores con grandes amigos por el mundo.
El caso es que Borrell o es más mafioso que los antillanos o los antillanos lo tienen cogido por sus partes.
Esa cubana merece toda la solidaridad. La movilización que se ha hecho puede que haga al régimen pensar dos veces en la sentencia. Declararla inocente sería pedirle peras al olmo de Díaz-Canel y su MININT-MINFAR.