La influencer cubana Sulmira Martínez Pérez cumplió cinco meses de encarcelamiento este 10 de junio sin haber sido acusada formalmente de ningún delito, según declaró su madre, Norma Pérez, al medio estadounidense Martí Noticias.
La joven de 21 años, conocida en las redes sociales como Salem, fue encarcelada el pasado 10 de enero por sus publicaciones en Facebook, en las que convocaba protestas contra el régimen cubano.
De acuerdo a su madre, el abogado que contrató para defender a su hija asegura que no tiene el auto de imposición de medida cautelar, que sería el documento donde constaría oficialmente la acusación que pesa contra su hija, recluida en El Guatao.
Norma Pérez dijo al medio estadounidense que todavía no sabe con seguridad si a su hija la acusan de propaganda contra el orden constitucional o de instigación a delinquir, porque en Villa Marista le han mencionado ambos delitos, pero hasta ahora ella no dispone de ninguna documentación al respecto. Lo último que le dijo una oficial fue que la petición fiscal debería estar lista antes de que concluyera 2023.
Hasta el momento, el único documento con que cuenta la madre de la joven influencer cubana es un acta de ocupación de unos equipos (tres celulares, una computadora, entre otros) que fueron confiscados varios días después de la detención de Martínez Pérez.
La falta de información constituye el principal motivo de preocupación para la familia, pues la diferencia entre las sanciones para los mencionados delitos es considerable.
El nuevo Código Penal, que entró en vigor en diciembre pasado, considera la "propaganda contra el orden constitucional" un delito contra la seguridad del Estado y se castiga con privación de libertad de dos a diez años.
La instigación a delinquir puede ser sancionada con multas o penas de cárcel que van desde seis meses a un año y medio.
Sobre la situación de su hija en la prisión, la madre dijo que la joven está "más o menos" y que la tienen "chapeando con las manos, desyerbando con las manos, y sin pagarle ni un medio. Tiene callos en las manos".
"Las condiciones de la comida son perras. Por eso me llamaron a mí también a la dirección en una visita, por denunciarlo en las redes, igual que lo de las chinches en los colchones, pero es la verdad", añadió.
"Yo no tengo miedo. Yo puedo hablar de mi hija lo que a mí me dé la gana. Además, a mi hija la sacaron por el noticiero, sin el consentimiento de nadie, y es mi hija", dijo, en referencia a la exposición de Martínez Pérez en la televisión estatal.
A mediados de abril, el régimen cubano se sirvió de una "confesión" arrancada a la joven durante los más de 40 días que estuvo detenida en el cuartel general de la Seguridad del Estado de Villa Marista para exponerla públicamente en el Noticiero Nacional de la Televisión.
En el material, aparte de capturas de pantalla de las publicaciones de Martínez Pérez, y de la repercusión que ha tenido la detención y procesamiento de la joven en redes sociales y medios independientes, no se ofrecían otras evidencias que sustentaran las acusaciones del régimen.
Días más tarde, Norma Pérez denunció que a su hija en Villa Marista "le pusieron un papel para que leyera todo, todo, todo lo que tenía que decir".
En declaraciones dadas al Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) tras visitar su hija en la cárcel de mujeres del Guatao, Pérez aseguró que a la joven de 21 años la engañaron, "le dijeron que si decía todo eso la iban a soltar".
Abogados consultados por DIARIO DE CUBA consideraron "una probabilidad alta" que "los órganos de inteligencia de Cuba planearan como estrategia convertir a la joven en figura más mediática para sembrar el terror entre aquellos que como ella se dedican a la misma actividad".
Martínez "es un posible mensaje de advertencia preventivo y ejemplarizante" a todo influencer o persona que se dedique a denunciar, publicar o movilizar a las personas por algo que no anda bien dentro de Cuba y critique a las autoridades, opinaron los expertos y señalaron que la estrategia se hacía más firme en medio de la agudización de la crisis sistémica en la Isla, con la escasez de recursos de todo tipo, en especial de combustible, y cuando se acerca el caluroso verano, el incremento de la demanda energética, los apagones y vuelve el fantasma de las protestas.
Según la opinión de los letrados, la influencer es pieza clave en la tarea que corresponde al Ministerio del Interior por mandato del Decreto-Ley 35 y normas conexas, como la Resolución 105 de 2021, del Ministerio de Comunicaciones.
El Decreto-Ley contiene el "Reglamento sobre el Modelo de Actuación Nacional para la Respuesta a Incidentes de Ciberseguridad" por cada ministerio. Tanto el Decreto-Ley como la Resolución fueron redactados y aprobados en tiempo exprés tras las históricas protestas del 11J y el anuncio de Estados Unidos de realizar mayores esfuerzos para proveer internet a los cubanos.
La tienen "chapeando con las manos, desyerbando con las manos, y sin pagarle ni un medio. Tiene callos en las manos". Eso es esclavitud de tiempos inmemoriales.