La Fiscalía Provincial de Cienfuegos negó esta semana al activista cubano Carlos Ernesto Díaz González, conocido por el sobrenombre de Ktivo Disidente, un cambio de medida cautelar que buscaba que pudiera esperar en libertad su procesamiento judicial por los presuntos delitos de desacato y desobediencia, tras manifestarse pacíficamente en una céntrica calle de La Habana a fines de abril pasado.
En el Auto de la Fiscalía, al que DIARIO DE CUBA tuvo acceso, el fiscal Alexis Guada del Castillo expone que "del resultado de la investigación consta que el imputado se vinculó de manera intencional y consumada en ilícitos penales que, si bien en su marco sancionador no permiten matemáticamente considerarlos de aquellos con corrección extensa en cuanto a la pena, sí son relevantes en cuanto a la lesividad social que se materializó y la objetividad jurídica menoscabada".
Pese a esa aseveración, en ningún momento de su argumentación el fiscal explica cómo, cuándo y con qué fines el activista cometió el supuesto delito.
El opositor se encuentra en la prisión de Ariza, en Cienfuegos, adonde fue trasladado luego de que protagonizara una protesta pública en el boulevard de San Rafael, en la capital del país, donde reclamó el derecho de todos los cubanos a participar en la vida política del país.
Díaz González eligió el mismo sitio en que se manifestó el 4 de diciembre de 2020 el joven Luis Robles, también encarcelado por razones políticas y sentenciado a cinco años de cárcel por salir con un cartel a la calle. Su objetivo declarado era respaldar a Robles y reafirmar su convicción de que "donde cae uno, otros tienen que seguir levantando sus voces".
En otro fragmento del Auto, el fiscal rechaza que sean las ideas políticas del activista el motivo por el cual se encuentra en prisión y se opone a otorgarle la libertad provisional por motivos de salud, tras considerar que "el establecimiento penitenciario cuenta con condiciones para brindarle la atención que requiere".
Sin embargo, muchos presos han denunciado la grave escasez de medicamentos que enfrentan en el presidio y aseguran haber padecido diversas enfermedades debido a las pésimas condiciones higiénicas y la mala alimentación de las prisiones cubanas.
Los presuntos delitos de desobediencia y desacato no serían los únicos por los cuales el régimen intentaría procesar a Ktivo; a estos se suma el de "atentado", por un supuesto altercado con otros reclusos. En cambio, el activista denunció haber sido golpeado por varios presos mientras se encontraba esposado, sin haber respondido él a sus provocaciones.
Contrario a lo que afirma el fiscal, el opositor dejó claro en una carta escrita en prisión que su condena tiene motivaciones políticas: "Lo que no tiene lógica y es un total descaro es que por mis cuestionamientos políticos me haya tocado padecer acoso policial, calumnias, persecución, secuestro, asedio e intimidación contra familiares y amigos, violación de mis derechos, desatención médica en la cárcel, 'carretillas', que otro recluso autorizado por los guardias del penal lanzara sobre mí, a través de una reja, orine y excrementos, y ahora este proceso penal, que disfrazan de una auténtica venganza", denunció.