El 11 de julio de 2021, las cubanas Sissi Abascal, María Cristina Garrido y Brenda Díaz fueron detenidas por participar en las históricas protestas que estallaron ese día en más de 50 ciudades de Cuba. Las tres son activistas y han expresado su inconformidad con el régimen cubano. Las tres han denunciado maltratos físicos y hostigamiento en prisión. Sus casos son tres ejemplos de violencia política contra las mujeres cubanas recogidos en la guía "Toda violencia es política", presentada por la Alianza Cubana por la Inclusión (ACI) este 8 de marzo, en ocasión del Día Internacional de la Mujer, a través de su página de Facebook y de DIARIO DE CUBA.
Las golpizas sufridas por Garrido y Abascal no constituyen solo violencia de género. Tampoco el hostigamiento del que ha sido víctima Díaz en prisión por ser una mujer transexual es solo violencia o discriminación basada en la identidad de género. El hecho de que las manifestaciones de represión se produzcan mientras las mujeres ejercen un derecho político, como el de protestar de manera pacífica, constituye un factor determinante para que clasifiquen como formas de violencia política en la guía elaborada por ACI.
Otro elemento que permite identificar la violencia política contra las mujeres es que sea perpetrada por miembros de partidos políticos, autoridades gubernamentales, el Estado o sus agentes. En el caso de Cuba, las víctimas entrevistadas por ACI expresan que es ejercida comúnmente por la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).
Las activistas, artistas, influencers y periodistas independientes cubanas cuyos casos recoge la guía han sido violentadas también mediante la sextorsión, término que define la amenaza de divulgar imágenes y vídeos relacionados con la intimidad sexual de la mujer. De este tipo de chantaje afirma haber sido víctima la curadora de arte Claudia Genlui.
"La noche del 21 de septiembre del 2020 fue tirado por debajo de la puerta de mi casa un sobre amarillo sellado que contenía 15 fotos personales que habían sido enviadas por WhatsApp a mi novio, parte de una conversación íntima (cibersexo/sexting). Yo, Claudia Genlui, soy un ser humano libre y mis preferencias sexuales o las de mi pareja son parte de nuestra intimidad, nada ni nadie tiene el derecho de invadirla. Confieso mi preocupación no solo por la desprotección legal que tenemos todos los activistas por los derechos humanos en Cuba, sino también por las acciones de violencia sexual que lleva a cabo el Gobierno para intentar neutralizar nuestra incidencia política en la sociedad, y que repercuten en nuestras familias, amigos y compañeros de trabajo, estén o no relacionados con nuestros ideales", dice en su denuncia, citada en la guía de ACI.
A esta forma de violencia política se suman la vigilancia, la invasión de la privacidad, la violencia económica y patrimonial, la violencia psicológica, la difamación y el ciberacoso. Aunque el 96,8% de las mujeres entrevistadas para esta guía denunció haber sido víctima de alguna práctica represiva debido a su activismo o sus ideas, solo una de cada diez fue capaz de identificar concretamente que había sido sometida a violencia política.
Este dato demuestra la importancia de la información contenida en esta guía, que no se limita a ofrecer conceptos y ejemplos de violencia política ejercida contra mujeres cubanas, sino que, además, ofrece vías legales de respuesta, que no deben ser desechadas pese a la impunidad de que gozan quienes ejercen esta violencia en Cuba.