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REPRESIÓN

El régimen intenta apuntalar su versión del #11JCuba: con policías 'agredidos' y manifestantes 'arrepentidos'

Trata de reforzar su discurso de que las protestas antigubernamentales fueron 'disturbios violentos'.

La Habana
Vista de un juicio cubano.
Vista de un juicio cubano. tribunal supremo popular/granma

Granma, el órgano del Partido Comunista de Cuba (PCC), publicó el domingo sobre el juicio oral contra 33 acusados que participaron en las protestas antigubernamentales del 11J en las inmediaciones de Toyo, en La Habana, en una nota en la que presentó declaraciones de manifestantes "arrepentidos" para reforzar el discurso del régimen de que lo ocurrido en todo el país fueron "disturbios".

El reportaje incluyó testimonios durante la vista de policías, testigos de la Fiscalía y de la defensa, así como de jóvenes con severas peticiones fiscales. Justificó la excepcionalidad judicial para imponer condenas ejemplarizantes, pese a que la mayoría de las manifestaciones fueron pacíficas. Se saltó, sin embargo, detalles como las peticiones fiscales específicas y los delitos imputados.

Según testimonios de oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), ellos fueron "agredidos" por los manifestantes en Toyo.

"Nos cayeron a pedradas y tuvimos que separarnos. Ellos venían agresivos, tirando piedras y palos, gritando. Intentamos conversar, persuadirlos, pero no hubo modo", dijo Jorge Luis Gael Zamora, jefe de sector de La Güinera, quien afirmó haber estado en Toyo.

"Cuando llegué, vi cómo viraban el patrullero y luego dos ciudadanos cogieron un cesto grande, de esos de basura, lo tiraron arriba del carro, y se encaramaron. Y además de las piedras, nos gritaban de todo. Hasta escuché decir: ¡Vamos a matar a todos los policías singaos estos!", declaró.

Desiderio Sánchez Hernández, jefe de Consejo de la Policía en 10 de Octubre, por su parte, negó que él y sus compañeros estuvieran armados.

Ricardo Duque Solís, uno de los 33 acusados en el juicio, dijo a Granma que lo que ocurrió el 11 de julio fue una "manifestación sin lógica" y dijo que se ha sentido "bien y agradecido con el trato" que le han dado las autoridades. Este testimonio intenta rebatir las decenas de denuncias de familiares y prisioneros tras las protestas, que en determinados lugares se tornaron violentas, pero en la mayoría fueron pacíficas.

El diario oficial también citó declaraciones de Rowland Jesús Castillo Castro, de 18 años de edad, y Yunaiky de la Caridad Linares Rodríguez, a quienes describió como conscientes de lo sucedido y "arrepentidos".

"No sé decir qué fue lo que me pasó, no soy una persona violenta. Yo sé bien lo que hice y que tengo que cumplir la ley", dijo Castillo Castro, quien practicaba lucha antes de los sucesos y dijo que esperaba la oportunidad de volver a su formación como deportista.

"Nunca tuvimos que haber llegado a eso, porque la violencia genera más violencia. Espero que nunca más vuelva a pasar algo parecido, y les aconsejo a los jóvenes que no incurran en ese error que hoy tanto nos pesa", dijo, por su parte, Linares Rodríguez, según Granma.

El diario oficial omitió decir que la madre de Castillo Castro, Yudinela Castro Pérez, fue una de las detenidas con violencia el día del juicio a su hijo frente al Tribunal Municipal de Diez de Octubre. Ese día también fueron arrestados los activistas Camila Rodríguez, Carolina Barrero, Arián Cruz Álvarez (conocido como Tata Poet), Daniela Rojo y Leonardo Romero Negrín.

Posteriormente, Castro Pérez, madre de Rowland Castillo Castro, informó que a su hijo le fue rebajada la condena a 12 años de privación de libertad, inferior a los 23 años que le pedían inicialmente.

En una reiteración del discurso del régimen, el periódico añadió que "en un coordinado guion desde el sur de la Florida, un grupo de vándalos provocaron importantes daños a la propiedad pública los días 11 y 12 de julio del pasado año".

Granma, que se ha limitado a presentar el testimonio de unos pocos condenados por delitos de violencia, sin dar voz a las decenas de personas llevadas a la cárcel solo por filmar, expresarse libremente y por otras cuestiones menores, continúa adelante con una campaña comunicativa encaminada a blanquear los sucesos del 11J tras el incremento de las denuncias por parte de organizaciones internacionales, así como de artistas y demás figuras de relevancia pública.

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