Cubanos del barrio de San Isidro: 'No confundan nuestro miedo con apoyo al socialismo'

En las últimas semanas la barriada San Isidro ha sido foco de atención tanto en Cuba como en diversas partes del mundo. Sus vecinos fueron testigos del operativo represivo desplegado por la Seguridad del Estado contra 14 personas que, dentro de la sede del Movimiento San Isidro, realizaban una huelga de hambre exigiendo la liberación de uno de sus miembros, el rapero Denis Solís González, condenado en juicio sumario a ocho meses de cárcel por un falso delito de desacato.   

A pesar de la campaña de descrédito que inició el régimen contra el Movimiento San Isidro, con amplia cobertura en todos los medios controlados por el Partido Comunista, vecinos entrevistados en la barriada coincidieron en que lo divulgado por el Gobierno "son simplemente mentiras".

"No confundan nuestro miedo, nuestro temor a hablar en voz alta, con apoyar al socialismo ni los mítines de repudio contra esos jóvenes", aclaró Rosa refiriéndose a que ninguno de los vecinos entrevistado autorizó a publicar su nombre completo por miedo a las represalias de la policía política.

"Vimos con nuestros ojos cómo actuó el Gobierno contra un grupo de personas que, dentro de una casa y sin escándalos, protestaban porque dejaran en libertad a uno de sus miembros. Fuimos testigos de todo lo que sucedió: desde cómo maltrataban o impedían que llegaran hasta la casa familiares y a personas solidarias, hasta el desalojo", añadió Rosa, quien también aseguró que la Seguridad del Estado advirtió a decenas de vecinos de la propia calle Damas sobre represalias en caso de apoyar de una manera u otra a los huelguistas.

Ninguno de los vecinos entrevistado dijo estar de acuerdo con la propaganda gubernamental, que insiste en catalogar a los miembros del Movimiento San Isidro de mercenarios y los relaciona con "terroristas", organizaciones anticubanas y con "funcionarios del Gobierno de Estados Unidos, encargados de la atención y avituallamiento de su base operacional en Cuba", como afirmó Miguel Díaz-Canel.

"El único conflicto que alteró a este barrio en los últimos años lo creó la propia Seguridad del Estado con el constante aparataje policiaco desde que esos artistas se instalaron allí, en Damas 955, hace dos años", consideró José Alberto, vecino que afirmó ser "revolucionario" y vivir en San Isidro desde hace más 45 años.

"Cuesta trabajo creer que ahora también estos artistas son mercenarios y terroristas. Ni siquiera se podría decir que son contrarrevolucionarios porque, a mi entender, hacer una huelga de hambre dentro de una casa por la liberación de un amigo o miembro está muy lejos de ser un asunto de contrarrevolución y mucho menos de terrorismo. Nuestro Gobierno tiene que entender que nadie está obligado a ser revolucionario, y aprender a convivir con los desacuerdos y los disidentes", opinó José Alberto, señalando que su bajo nivel cultural —apenas concluyó la secundaria— no le "impide distinguir entre alguien que actúa contra la revolución y alguien que la crítica públicamente".

Ubicado al suroeste de la Habana Vieja, con una extensión de 0,3 Km2 y una población de aproximadamente 11.830 habitantes, San Isidro, además de ser el barrio natal de José Julián Martí Pérez y de Alberto Manuel Francisco Yarini Ponce de León, tiene una historia cultural definida a través de la impronta de figuras como Miguel Valdés, Ciro Rodríguez y el trío Matamoros, por citar tres ejemplos.

"Que vivamos en pésimas condiciones de vivienda, que la mayoría seamos de bajos recursos económicos, o que digan que San Isidro es un barrio marginal, no nos hace ignorantes", señaló Sandra, otra de las vecinas, quien recalcó que el miedo de expresar apoyo de forma manifiesta al Movimiento San Isidro y sus integrantes no significa que el barrio esté de acuerdo con la constante represión a que han estado sometidos durante estos años.

"Pienso que muchas veces esa misma represión los ha obligado a manifestarse abiertamente contra el Gobierno y a ser vistos como contrarrevolucionarios. Pero en honor a la verdad, lo que expresan es lo que todos en este país pensamos y no nos atrevemos a gritar. Si el Gobierno garantizara que no habría represalias, todo el barrio de San Isidro diría que esos jóvenes artistas están siendo atropellados y maltratados solo por decir la verdad", apuntó Sandra.

Miguel Ángel, vecino que vive a escasos metros de la sede del Movimiento San Isidro, también coincidió en que los últimos eventos del régimen contra los 14 huelguistas, fueron distorsionados y manipulados en los medios de prensa estatal.

"Utilizaron para denigrarlos imágenes y videos que por lo general suelen hacer estos artistas, porque todo lo hacen desde un ambiente festivo y de alegría, dándole vida al barrio", dijo Miguel Ángel.

"De eso no hablan el noticiero ni Díaz-Canel. A ningún vecino de San Isidro le preguntaron su opinión sobre estos jóvenes, que en definitiva están reproduciendo lo que creemos actualmente muchísimos cubanos. Al contrario, lo que hicieron fue coaccionar a la gente y culparlos a ellos de que el barrio esté lleno de policías y segurosos", concluyó Miguel Ángel.