El joven cubano Manuel Guerra, residente en Holguín, denunció el lunes que la Seguridad del Estado está investigándolo en su barrio y también en el Hospital Municipal Nicodemus Regalado donde ejerce como médico en la sala de Ginecología y Obstetricia.
"El pasado martes seis de octubre me incorporo a mi centro laboral (…) Apenas fue entrar por la puerta de dicho hospital, cuando se me pone al corriente, y preocupados por mi situación, me informan mis compañeros de trabajo, que un agente de la Seguridad del Estado había estado indagando acerca de mi persona con pacientes, trabajadores del centro, incluso en la dirección", explicó Guerra en una publicación en Facebook.
"Dicho agente intenta hacerlo todo (de) bajo perfil, pues no fue a citarme, no fue a hablar conmigo, no fue ni siquiera a conocerme, él solo se dirigió a realizar averiguaciones debido a mis recientes publicaciones en las redes sociales", precisó.
Guerra describió "cierto grado de impotencia" por la situación y se hizo varias preguntas.
"¿Qué tienen que averiguar sobre mí? ¿Acaso me están haciendo un levantamiento para las filas del Partido? ¿Acaso me voy como mano de obra barata para alguna misión internacionalista? Definitivamente no tienen argumentos consistentes para estarme investigando, mi vida es más transparente que el agua", aseguró.
El joven describió su rutina diaria en la que da prioridad a su formación profesional y capacitación diaria "para poder hacer su trabajo lo más actualizado posible".
El galeno denunció que además fueron citados en el municipio de Buenaventura seis ciudadanos "por el simple hecho de ser conocidos".
"Les preguntaron acerca de cómo me expresaba, y si les incitaba a hacer algo en contra de la dictadura vigente. ¿Hasta cuándo tenemos que pasar por esto? ¿Hasta cuándo van a violar nuestros derechos y nos vamos a quedar callados? El artículo 54 de nuestra actual Constitución expresa que 'El Estado reconoce, respeta y garantiza a las personas la libertad de pensamiento, conciencia y expresión'", señaló.
Condenó que el pasado 10 de octubre tres agentes de la Seguridad del Estado estuvieron situados frente a su casa desde la 1:00AM.
"Parece que a alguien no le gustan mis publicaciones. Son arbitrarios, corruptos y abusivos", añadió en referencia al cuerpo represivo.
"Tengan algo claro, no pienso dejarles pasar una sola. Lo que no me guste lo voy a denunciar, si ustedes no respetan su nefasta Constitución eso no es asunto mío, van a tener que desaparecerme para silenciarme. Ya en dos ocasiones he sido llamado por la dirección de mi centro laboral por mis críticas al corrupto Gobierno en las redes sociales, he sido víctima de insultos, incluso me han intentado desacreditar en el ámbito personal", sostuvo.
"Sé hasta donde son capaces de llegar, pero no les temo (…) Tengo clara mi ideología. El actual sistema no funciona, tienen al país al borde del colapso. Han triturado nuestra economía. Aprueben la democracia. Exijo la libertad de nuestro pueblo. Nuestra tierra es demasiado heroica para permitir que se nos pise de esta vil manera. Hasta cuándo van a explotar a nuestro lastimado pueblo. El cambio es ya... Viva Cuba Libre", concluyó.
Guerra, además de sus críticas al régimen, mostró apoyo a su colega Alexander Raúl Pupo Casas, otro profesional de la salud sancionado por expresar libremente sus opiniones.
Pupo Casas denunció en septiembre las primeras amenazas en el centro hospitalario donde laboraba en Las Tunas, específicamente por criticar en sus redes sociales asuntos como los bajos salarios de los profesionales en la Isla, la falta de libertad de expresión y los injustos contratos de las misiones médicas.
Posteriormente fue expulsado de la beca donde vivía en Las Tunas y ha recibido numerosos ataques en las redes sociales.
El Observatorio de Libertad Académica, que tiene como objetivo "documentar y visibilizar la discriminación por motivos políticos" y las violaciones a la libertad de cátedra en las universidades cubanas, denunció el caso de Pupo Casas durante la 117 sesión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Las expulsiones de estudiantes y profesores por cuestiones políticas en la Isla no son más frecuentes porque muchos se limitan a expresar sus ideas, e incluso las ocultan con el fin de evitar las mencionadas sanciones.