'Yo soy tu dueño y a ti lo único que te toca es obedecer': el interrogatorio a la curadora Anamely Ramos

La curadora de arte Anamely Ramos denunció este domingo en una directa la violencia que ejercieron contra ella en las últimas detenciones del fin de semana agentes de la Seguridad del Estado y la Policía del régimen.

Ramos, integrante del Movimiento San Isidro, denunció que el viernes 20 hombres de la policía política se dedicaron a reprimirla con la anuencia de personas e instituciones estatales, lo que describió como una "muestra del totalitarismo del Estado" y de cómo la Seguridad del Estado ejerce el control sobre todo.

Desde Cuba y Chacón Ramos fue conducida a la EGREM el viernes, supuestamente para "mayor comodidad" y después de haberse utilizado la violencia para conseguir su arresto.

En la segunda detención el sábado, por el simple hecho de querer salir de su casa, Ramos fue perseguida por una patrulla con la sirena puesta por calles de Centro Habana "como si fuera una delincuente".

"Lo duro", así lo describió, comenzó en la unidad de la Policía de Alamar, adonde fue conducida tras la detención.

La "lógica del régimen", según la primera de las conversaciones que intentó establecer una mujer agente de la policía política que se presentó por las buenas, es que "los derechos se ganan".

"Le expliqué que no, que hay derechos fundamentales con los que se nace. La libertad de expresión y de movilidad son derechos básicos. No pueden de ninguna manera poner personas frente a mi casa diciendo que el espacio público es de ellos, que no puedo salir de mi casa, es una total arbitrariedad, una injusticia mayúscula", relató.

En un cambio de estrategia un teniente coronel que describió como "muy violento, agresivo", la sometió a un segundo interrogatorio.

"El instructor penal Vladimir vino con otro oficial y todos los instrumentos para comenzarme un proceso legal supuestamente por alteración del orden", dijo la activista, algo de lo que se enteró "después de discutir mucho con él".

"Ya él quería hacerme pruebas de orine, muestras de pelo, es decir quería procesarme criminalmente…", añadió Ramos, quien estuvo negada todo el tiempo a realizarse tales pruebas.

"Insistió mucho en que lo único que yo tenía que hacer era obedecer, me habló en términos muy violentos: 'Yo soy tu dueño y a ti lo único que te toca es obedecer' (…) Dijo que no le interesaba lo justo, que él era la autoridad y que yo tenía que someterme a las pruebas", contó.

El teniente coronel la amenazó con otra causa por desobediencia: "me dijo que iba a ir tres días para el Vivac".

"Les cuento todo esto porque ellos están subiendo la parada y están intentando procesarme por algo, por ser cabecilla de algo. Fue muy grosero todo el tiempo, gritando (…) le corrijo todo el tiempo las ofensas que usaba contra mi y eso por supuesto lo alteraba más, se abalanzó sobre mi en un momento, con total machismo, con total abuso de poder", continuó su relato.

"Nosotros somos los dueños de la revolución, nosotros somos los dueños de la libertad de opinión (…) Me repitió muchas veces que él era policía y estaba para reprimir a personas como yo".

Al final la Seguridad del Estado determinó liberar a Ramos y que una patrulla la condujera a su casa.

"Que estuviera feliz porque por esta vez me habían perdonado la vida, así me dijo (Vladimir). No obstante, como él tenía que vengarse me puso una multa de 2.000 pesos por supuesto mal uso del nasobuco", añadió.