2024 fue otro año difícil para el béisbol de Cuba, desde los resultados en eventos internacionales hasta la postergación, por falta de recursos, del torneo nacional que se preveía fuera la liga invernal cubana en los próximos años. Por último, uno de los mercados más fuertes que tiene la Federación Cubana de Béisbol (FCB) también sufrió una caída en las contrataciones.
La tercera edición de la Liga Élite del Béisbol Cubano debió comenzar en noviembre de este año y concluir en enero. Sin embargo, a mediados de octubre el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) anunció que la competencia, que en sus primeras ediciones ha exhibido muy poca calidad, se desarrollará entre marzo y junio de 2025.
La razón alegada fue "la no presencia de Cuba en la Serie del Caribe", por lo que resultaba "innecesario continuar apegados a los cambios realizados hace dos años en nuestros calendarios para ajustarnos a la fecha de ese torneo".
Sin embargo, fuentes dentro de la Isla aseguran a DIARIO DE CUBA que la razón real de que se pospusiera el certamen doméstico fue la falta de recursos.
El nuevo año se vislumbra aún más complicado para el béisbol cubano y el presidente de la Federación, Juan Reinaldo Pérez Pardo, tendrá que hacer malabares para poder cumplir con los principales objetivos en los próximos 12 meses.
Pérez Pardo ha sido creativo todo el tiempo. Bajo su mando muchas puertas se han abierto, aunque no completamente. Pero cuando tienes que llevar el peso de una federación tan importante como la de Cuba con pocos recursos y sin el mando total de las situaciones, todo se complejiza.
En un año, la FCB logró dos grandes acuerdos: uno por cuatro años y 26.4 millones de dólares con Liván Moinelo y otro de 32.5 millones por cuatro temporadas para Raidel Martínez. ¿Del 20% que cobra la Federación del valor total de cada contrato, cuánto será destinado a los proyectos de la entidad y a las competencias? Es muy complicado cuando no tienes todo el poder sobre ese dinero para invertirlo en mejorar las condiciones de la Serie Nacional o las categorías inferiores.
De igual forma, mientras haya venta en el mercado japonés, la Federación Cubana sentirá un alivio. Pero la contraparte ha sido el mercado de la Liga Mexicana de Béisbol, con los equipos contratando a 20 importados y sin tiempo garantizado, además de la pérdida de confianza en los talentos de la Serie Nacional. Hoy en día, un jugador de la Serie Nacional se valora menos que hace cinco años. Lamentablemente, el mundo se ha dado cuenta de la calidad real que tiene la liga de béisbol con más prestigio de Cuba.
En 2025, las miradas deben estar sobre los resultados de Cuba en algunos eventos internacionales, como la Serie de las Américas, que será a finales de enero, o la segunda Liga de Campeones de Américas que se jugará en abril. También, sobre el modus operandi de la nueva agencia que ha llamado la atención de muchos: CurveBall Agency.
Para muchos, esta agencia se ha creado para representar al talento cubano en las ligas de Asia o América; otros han apuntado a que puede abrir una forma para negociar jugadores en el mercado de Estados Unidos.
Personalmente, me gustaría esperar, pero parece más una agencia de marketing que de representación. Han mostrado muchas fotos, mucha propaganda y eso es más parecido al corte que tiene una empresa que se hace cargo de la imagen de los peloteros que de representación.
¿A dónde puede estar apuntando el Gobierno cubano con ella? La lógica indica que buscan ganancias extras con los jugadores; algo parecido sucede con los peloteros dentro del sistema de las Grandes Ligas: Ronald Acuña Jr., por ejemplo, tiene como agente a Magnus Media, pero su imagen pertenece a Rima Sports, la controvertida agencia de Bad Bunny.
La FCB debe estar haciendo lo mismo con sus jugadores: ellos negocian la parte contractual con los equipos y, de una manera sorpresiva, CurveBall Agency cubriría la imagen. Lo llamativo es que, fuera del mercado de las Grandes Ligas, el derecho de imagen del jugador no es tan importante, aunque en Japón se valora un poco más. Solo toca esperar lo que sucederá con este nuevo plan que a todas luces parece bien descabellado, pero quizás no lo sea si saben manejar los negocios de imagen en Japón.
Fuera del mundo de las contrataciones, 2025 tiene que ser un año muy estratégico para ayudar a que el equipo Cuba se prepare de cara al Clásico Mundial de 2026. Sería bueno ver a la FCB haciendo un cambio radical en su cuerpo de dirección y también que comience las conversaciones con ciertos jugadores para que refuercen al equipo cubano en el torneo más prestigioso del béisbol.
Hablar de la Serie Nacional es caer en un limbo en el cual se desvanece cualquier esperanza. No tiene remedio mientras no se comience a invertir seriamente en una competición que lo necesita urgentemente. Mientras eso no se haga, muchos jugadores, a pesar del gran talento que puedan tener, se mantendrán estancados en un nivel muy bajo.
Tendrán que suceder muchas cosas para que nuestras predicciones para 2025 se rompan, pero lo que es casi seguro es que el próximo año debe ser más duro que 2024, tanto en resultados como en calidad. Solo esperemos que las individualidades de los jugadores mantengan vivo a un béisbol que pasó de terapia intermedia a intensiva hace mucho rato.