El Gran Maestro de ajedrez cubano residente en España Arián González, quien fuera encarcelado por el régimen tras el 11J, afirma que respira "más tranquilo" tras su regreso a la Península y que solo espera que la situación de la Isla "tenga una salida pacífica".
Arián llegó a Cuba a principios de julio para visitar a su madre y días después de su aterrizaje, el 12 de ese mes, fue detenido por participar en las protestas pacíficas que sacudieron el país y acusado del presunto delito de incitación a delinquir.
De allí pasó a los calabozos de la comisaría de Camajuaní, hasta su posterior ingreso en la prisión de La Pendiente, donde hizo una huelga de hambre y sed.
Ya de regreso en Orense, adonde llegó el domingo, reflexionó en una entrevista concedida a EFE sobre todo lo vivido en Cuba, desde su encarcelamiento hasta su posterior puesta en libertad, previo pago de una multa.
Su convulsa vivencia desató una oleada de solidaridad mundial en la que tomaron parte numerosas personalidades, entre ellos el excampeón mundial de ajedrez Garry Kasparov.
Cansado y todavía con los síntomas de haber sufrido dengue se mostró "perplejo" por todo lo que está pasando en su país de origen.
"El COVID está disparado, el régimen está mintiendo con las cifras de fallecidos, no cuenta que están muriendo diariamente personas por falta de oxígeno", relató González, quien advirtió que la situación en Cuba "es caótica".
"Cuba está humanitariamente hundida y el régimen sigue controlando el poder por todos los medios", señaló Arián, quien está convencido de que las protestas "van a volver a estallar" en todo el país, incluso de una forma "más violenta".
En el actual escenario de "calma tensa", el ajedrecista y abogado consideró que "el régimen tiene que darse cuenta de que su sistema ha sido un fracaso" y facilitar en consecuencia "una transición pacífica" que permita llegar "a un estado de derecho" ya que, de lo contrario, lo que habrá es otro "estallido social" liderado por la juventud cubana.
Convencido de que la situación no tiene salida, aseguró que la juventud seguirá "dando la batalla por un futuro habitable que no existe" pues "no hay comida, ni medicinas. No hay nada".
El calvario sufrido por el ajedrecista comenzó cuando fue detenido. "Me golpearon", contó, e incluso vio cómo la propia Policía era quien "lanzaba piedras a la gente, algo insólito", pese a que las protestas fueron pacíficas, subrayó.
Una vez entre rejas, todas las preguntas que le hicieron eran sobre "quién" le "pagaba, qué vínculos tenía y a qué grupo pertenecía".
Arián agradeció la respuesta internacional tras su detención, venida desde ajedrecistas como Kasparov y Leinier Domínguez, además del embajador español en La Habana, Martín Peccis.
"Esta solidaridad es lo que me salvó de la prisión", afirmó.
La Fiscalía archivó su caso debido a que no había delito, según dijo el ajedrecista tras salir en libertad con una multa de 2.000 pesos. No obstante, las autoridades le advirtieron que de volver a manifestarse sufriría las consecuencias.
La principal preocupación de González ahora se centra en saber si se le permitirá volver a su país. De hecho, esa fue una de las razones por las que se declaró en huelga de hambre. "Quería evitar que me desterrasen y que no me dejasen entrar en mi país", señaló.
"Cuba es mi país y allí está mi familia", sentenció.
