Ya les dimos nuestro voto a los tres mejores peloteros por posición que se han desempeñado en Cuba después de que fuera eliminada la pelota profesional en el país.
Receptores, defensores de la inicial, la intermedia y la antesala, del campo corto y de las tres praderas (left, center y right) fueron elegidos según nuestro criterio, siempre polémico, tal y como es natural cuando se habla de pelota.
Hoy toca el turno a los bateadores designados, y la selección se hace difícil, teniendo en cuenta que la gran mayoría de los peloteros nominados han cubierto una posición al campo en algún momento de sus carreras. Sin embargo, por su gran poderío ofensivo y la ausencia de algunas herramientas defensivas, este rol les vendría a la medida dentro de cualquier equipo de béisbol.
Alfredo Despaigne, consistencia y poder
No hay que esperar a que "El caballo de los caballos" se retire del deporte activo para seleccionarlo desde ya como el mejor bateador designado que pudiéramos tener en un equipo de béisbol de Series Nacionales.
Bateador de gran poder, con 247 bambinazos en solo 13 temporadas, es el máximo jonronero cubano de la actualidad. Dueño absoluto del récord de más vuelacercas para una campaña, con 36 (conectó cinco más en los playoff), es también el segundo bateador que logra comandar los jonrones y el promedio de bateo en una misma campaña.
Con un promedio ofensivo de por vida de .347, un OPS de 1.100 y 857 carreras impulsadas, Despaigne ha sido seleccionado en varias ocasiones para el Juego de las Estrellas, tres veces como el Jugador más Valioso del campeonato, e implantado récord de dobles y extrabases en una campaña regular.
Desde hace seis años se encuentra contratado en la Liga Japonesa, donde ha conectado 154 jonrones con 452 carreras impulsadas, siendo en una ocasión líder en ambos departamentos, además de resultar elegido dos veces en el equipo ideal del campeonato.
Con la selección nacional, Despaigne fue campeón en la Copa Intercontinental de China Taipéi-2010, en los Juegos Centroamericanos de Veracruz-2014, y en la Serie del Caribe de San Juan-2015, así como subcampeón en los Juegos Olímpicos de Beiging-2008.
Osmany Urrutia, tacto y empuje
Llamado "El señor 400" por la cantidad de veces que promedió por encima de esa cifra en torneos domésticos, el tunero colgó los spikes siendo el segundo mejor bateador de average en toda la historia de las Series Nacionales, solo superado por el mítico Omar Linares.
A pesar de no tener una buena velocidad en las bases ni ser un típico jonronero, Urrutia fue un bateador de líneas sólidas —el mejor, el más natural—, insuperable en la caja de bateo durante toda la época en que le tocó jugar.
De sus seis títulos de bateo (cinco de ellas de forma consecutiva), cuatro fueron con promedio superior a los .420 puntos, y en uno alcanzó los .469, récord absoluto para cualquier bateador en la historia del béisbol nacional.
En 16 campañas, Urrutia promedió para un altísimo .366 de average (3.999-1.463), con 131 cuadrangulares y 747 carreras impulsadas. Con la camiseta del equipo Cuba, logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas-2004, dos en Juegos Panamericanos y una en Centroamericanos, así como una plata en el primer Clásico Mundial de Béisbol.
Romelio Martínez, fuerza y temeridad
Tan solo 15 temporadas necesitó este fornido pelotero bejucaleño para sacar 370 pelotas del terreno. Bendecido con una fuerza tremenda, se puede decir que Martínez es el mayor jonronero puro que ha pasado por campeonatos nacionales, al conectar un vuelacercas cada 12.8 veces al bate, la mayor frecuencia de cuadrangulares en Cuba y, posiblemente, una de las mejores del mundo en cualquier liga.
Romelio terminó su carrera con un promedio ofensivo de .271 (4.752-1.289), con 174 dobles, 6 triples y 1.055 remolques (uno cada 4,5 veces al bate).
El slugger fue líder jonronero en una oportunidad y en otra exhibió un impresionante OPS de 1.816, el más alto alcanzado por nadie en 59 Series Nacionales.
A pesar de su impresionante poder y de ser uno de los bateadores más temido de su época, se le hizo esquivo el equipo Cuba, integrando durante varios años la selección B en eventos internacionales.
Con el equipo grande, Martínez ganó la triple corona en el torneo de Rotterdam-1987, y promedió para 4.09 en los Juegos Panamericanos de La Habana-1991.
De todos los seleccionados en estos trabajos, es el único que ha fallecido, víctima de un paro cardiaco cuando solo contaba con 52 años de edad, el 17 de diciembre de 2017.
