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Béisbol

Mejores peloteros cubanos en Series Nacionales: jardín central

DIARIO DE CUBA elige a los tres peloteros más destacados por posición en torneos nacionales. Hoy, 'center field'.

La Habana
Javier Méndez.
Javier Méndez. DDC

Continuamos con la selección de los mejores tres peloteros por posición que han pasado por las 59 Series Nacionales jugadas en Cuba, una vez eliminada la Liga Profesional. Después de darles nuestro voto a receptores, inicialistas, camareros, antesalistas, torpederos y defensores del jardín izquierdo, hoy llega el turno de la pradera central.

Algo clave en la confección de un equipo de béisbol es contar con un jardinero que tenga herramientas por encima de la media, para patrullar el medio del campo. Buenas manos, velocidad de piernas y fuerza en el brazo, capacidad para estudiar al contrario en busca de una mejor posición en el terreno, certeza en el tiro, y además ser un buen bateador, son los elementos más importantes a la hora de valorar la calidad de un pelotero que se desempeñe en una posición tan vital.

En la vasta historia de la pelota cubana han existido múltiples jugadores que cumplen con estos requisitos. Escoger solo tres es un reto que, como ha ido sucediendo con nuestras elecciones anteriores, generará polémicas y descontentos en algunos aficionados, porque la verdad absoluta no la tiene nadie en sus manos y el impacto que dejaron estas figuras en sus años nunca será el mismo en cada uno de nosotros, por razones obvias. Aquí van, pues, los centerfielders.

Víctor Mesa, explosividad y espectáculo

Por muchas diferencias que tengamos y por muy distintos que sean los intereses y las pasiones provinciales, la gran mayoría de los amantes de la pelota en Cuba estarán de acuerdo en que no ha existido jamás un jardinero central en el país como Víctor Mesa.

Pocas veces se han reunido en una sola persona tantas cualidades para jugar al béisbol. Explosividad, rapidez, tacto y fuerza son solo algunos rasgos distintivos de este pelotero que marcó a toda una generación por su forma de comportarse dentro del terreno de juego.

Líder natural, se las ingenió para arrastrar multitudes hasta el último día que se paró en una caja de bateo. Sus jugadas espectaculares atrapando pelotas dentro y fuera de los límites del terreno serán recordadas a través del tiempo, y su impronta —tanto con el uniforme de Villa Clara como con el del equipo Cuba— es una de las más fuertes jamás dejadas por cualquier jugador de esa o de cualquier otra posición.

En 19 temporadas, Mesa lideró el departamento de bases robadas en 14 ocasiones, cuatro veces dominó las carreras anotadas, y también tuvo el privilegio de producir más dobles e imparables que nadie en tres campeonatos diferentes.

Dejó en los archivos un promedio histórico de .318 (6.834-2.171), con 273 cuadrangulares y 1.174 carreras remolcadas en campañas nacionales. Durante 15 años fue el dueño indiscutido de su posición en el equipo nacional, bateando en eventos foráneos para .370 (675-251), con 33 jonrones y 183 impulsadas.

En sus vitrinas, el de Las Villas exhibe las medallas de oro en todos los torneos regionales organizados por la IBAF, incluidos los Juegos Olímpicos de Barcelona-92, donde fue líder en promedio ofensivo y carreras empujadas

Al momento de su retiro, Mesa estaba entre los diez primeros en Series Nacionales en la mayoría de los acápites ofensivos. En su última competencia con la selección nacional (Juegos Panamericanos de 1995), comandó a los bateadores (.394) y fue el que más remolcó (16).

Javier Méndez, elegancia y prestigio

"El zurdo de oro" de Industriales fue otro de esos peloteros espectaculares que llenaba estadios en Cuba. Su forma elegante de fildear bolas en la pradera central, con un "guantazo", levantaba al público de sus asientos en cada atrapada.

Disciplinado, trabajador y entregado a la causa de los equipos donde militó, Méndez no fue segundo de nadie con el bate en ristre, ocupando casi siempre el tercer turno en la alineación de los conjuntos capitalinos en Series Nacionales y Selectivas.

Luchando siempre contra las lesiones, se mantuvo durante 22 campañas dando lo mejor de sí en cada desafío. Su promedio histórico de .327, con 191 vuelacercas y las 1.174 carreras impulsadas, habla por sí solo de su calidad y constancia en los clásicos nacionales.

El cuatro veces campeón nacional se retiró por todo lo alto, disparando 19 jonrones, promediando para .327 y remolcando 92 carreras (récord en su momento), para ser seleccionado el jugador más valioso de aquel, su último campeonato.

Méndez integró cinco veces la selección nacional. Obtuvo la medalla de plata en las olimpiadas de Sidney-2000, y si no tuvo ese privilegio en más ocasiones fue debido a sus continuas lesiones en el campo de juego.

José “Pepito” Estrada, rapidez y productividad

Pocos jardineros centrales en Cuba han podido cubrir tanto terreno como Pepito Estrada. Muy rápido de piernas, hacía fácil las jugadas difíciles, y sin mucha espectacularidad, siempre mantuvo protegido al máximo su territorio en los equipos matanceros y en la selección nacional.

Primer bate por excelencia, con poder ocasional, Estrada jugó durante 18 años en Series Nacionales, dejando un promedio ofensivo de .316, con 1.140 carreras anotadas y 337 bases estafadas, además de 127 jonrones.

Poco mediático y de carácter tímido, el matancero fue de esos peloteros silenciosos que cumplían a cabalidad con su tarea, imprescindible en los conjuntos en que militó.

Fue dos veces campeón nacional con Henequeneros y obtuvo un título de bateo durante su carrera. Vistiendo los colores del equipo Cuba durante varios años, fue medallista en Juegos Centroamericanos y Panamericanos, en tres campeonatos mundiales y en dos olimpiadas.

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2 comentarios

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Espero que cuando pongan a los lanzadores todos hayan jugado ante del año 90

En que lugar se queda Fermin Lafita o es que ante de estos tres jardineros en cuba no se jugaba pelota